La gran guerra por el fraccionamiento de jurel y merluza que agita las aguas políticas del Biobío
La Región del Biobío ha sido históricamente un centro neurálgico para la pesca artesanal e industrial. Sus puertos, como Talcahuano, Coronel, San Vicente, entre otros, son fundamentales para la economía nacional y el abastecimiento de productos del mar. Además, la región destaca por su volumen de capturas, capacidad de procesamiento y como polo de desarrollo tecnológico e innovación en el sector pesquero.
En 2023, los desembarques en la Región del Biobío alcanzaron 1.407.544 toneladas, de las cuales el 51% correspondió al sector artesanal y el 49% al industrial
La pesca industrial genera más de 6.500 puestos de trabajo directos en la región, concentrados principalmente en las comunas de Tomé, Talcahuano y Coronel. Además, las plantas pesqueras industriales compran materia prima a proveedores artesanales por más de 105 millones de dólares anuales. La región también se destaca por su alta tasa de sindicalización en el sector pesquero, alcanzando el 65%, muy por encima del promedio nacional del 22,2%.
Además, actualmente existen en el Biobío alrededor 6.000 pescadores artesanales. Junto a esto varias de las organizaciones representantes del sector son de esta zona, como Consejo para la Defensa del Patrimonio Pesquero (CONDEPP) o la Asociación Gremial de Mujeres de la Pesca.
La región tiene la mayor representación en la Comisión de Pesca de la Cámara, con 4 diputados de los 13 miembros totales. Estos son María Candelaria Acevedo (PC), Eric Aedo (DC), Sergio Bobadilla (UDI) y Leonidas Romero (RN).
Es por esto que la aprobación del fraccionamiento pesquero en la Comisión de Pesca el pasado martes 1 de octubre mueve las aguas políticas y gremiales de la región, sumado a al contexto del reciente cierre de la planta siderúrgica Huachipato, que ha aumentado el desempleo en el Gran Concepción. Es así como los trabajadores pesqueros, especialmente del sector artesanal, ven en el nuevo fraccionamiento una oportunidad para revitalizar la economía local y crear empleos más sostenibles.
Jurel: Un nuevo sistema dinámico
La Comisión de Pesca estableció un nuevo sistema dinámico de cuotas para el jurel. Para la zona que incluye al Biobío, entre Atacama y Los Ríos, se fijó un fraccionamiento de 65-75% para la industria y 35-25% para el sector artesanal, con ajustes anuales según el desempeño de cada sector.
Un porcentaje aún lejos de lo que solicitaban distintos sectores artesanales, que buscaban alcanzar un 50% de captura. Una indicación de los parlamentarios del oficialismo Manoucheri (PS), Ciccardini (PS) y Tello (FA) avanzaba en ese sentido, pero según el subsecretario de Pesca, Julio Salas, volvía inviable el proyecto de Ley de Fraccionamiento.
El diputado Jorge Brito, presidente de la Comisión de Pesca, explicó la situación en entrevista con El Desconcierto. "Una vez expuestos los antecedentes que hacían inviable financieramente el proyecto, lo reformulamos. En el análisis de los datos era justamente con un 35% para la pesca artesanal. Hubiese preferido que fuera cerrado un 35%, voté por aquello. Sin embargo, la mayoría de la comisión optó por un 25-35% dinámico", señaló.
Merluza: 70% artesanal y 30% industrial
El cambio más notable se da en el fraccionamiento de la merluza común, con una nueva distribución del 70% para el sector artesanal y 30% para el industrial, un cambio importante con respecto al 60-40 anterior. Una que modificación promete revitalizar las comunidades pesqueras artesanales del Biobío, pero ha generado preocupación en el sector industrial.
Juan Carlos González, presidente del sindicato Interempresas de Patrones de la Pesca Industrial, advirtió sobre las consecuencias de este cambio al medio regional Sabes. "El fraccionamiento de la merluza que antes estaba 60-40 y ahora queda 70-30 lo que genera en forma inmediata es el cierre de la planta de Pacific Blue donde en forma directa hay 800 trabajadores. Eso sin considerar todo lo que genera en la industria metal mecánica, de transportes, servicios y muchas cosas más", señaló.
En contraste, Hernán Cortés, vocero de la Alianza Nacional por la Defensa de la Pesca Artesanal y representante de los pescadores artesanales del Biobío, celebró la decisión. "El voto unánime en el nuevo fraccionamiento demuestra que el fraccionamiento vigente fue obtenido por corrupción en desmedro de 'la pesca para quién la pesca'. Esta decisión es un paso hacia la justicia para los pescadores artesanales de nuestra región, quienes han sido históricamente marginados en la distribución de los recursos marinos", afirmó luego de la aprobación del proyecto.
Reacciones parlamentarias: Aedo (DC) y Candelaria (PC)
La diputada Candelaria Acevedo (PC), por su parte, defendió enérgicamente el nuevo proyecto aprobado. "Este nuevo fraccionamiento viene a darle una mayor justicia a la distribución, la que sabemos ha sido totalmente desfavorable para la pesca artesanal al amparo de la corrupta Ley Longueira", argumentó a El Desconcierto.
Además, la parlamentaria comunista fortalecer la cadena productiva artesanal y crear nuevos emprendimientos. "Es cierto que existe preocupación por el momento económico que atraviesa la región del Biobío, pero la amenaza de cierres y despidos no la puedo compartir. En términos simples, el recurso que se capture va a llegar de igual forma a las plantas de proceso", añadió.
En tanto, el diputado Eric Aedo (DC) reconoció a El Desconcierto la complejidad de la situación tras la aprobación del fraccionamiento. "Lo que se votó en la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados y que dice relación, por ejemplo, con el tema de la merluza y su fraccionamiento, obviamente que genera una situación compleja de la región del Bío Bío", admitió.
Sin embargo, Aedo sugirió que aún hay posibilidades de seguir discutiendo el fraccionamiento . "Si eso no da resultados, obviamente que creo que esta situación va a ser corregida también en el Senado. No podemos generar una Ley de Pesca que finalmente genere desempleo, principalmente en mujeres, y un deterioro económico aún mayor en la región del Bío Bío", afirmó.
"Este nuevo fraccionamiento no solo trae justicia a nuestros pescadores artesanales, sino que abre un camino hacia un modelo de pesca más sostenible y equitativo. Estamos sentando las bases para que las futuras generaciones de pescadores del Biobío puedan vivir dignamente de su trabajo, preservando al mismo tiempo nuestros recursos marinos. Es un paso histórico hacia la democratización de nuestro mar", cerró Acevedo.