La noche del martes, Irán lanzó un ataque sin precedentes contra Israel, disparando más de 300 drones y misiles que en apenas 12 minutos sobrevolaron desde Teherán hasta múltiples ciudades israelíes, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén. Este asalto masivo marca una escalada significativa en las tensiones regionales y ha llevado a Israel a prometer una respuesta contundente.

La Guardia Revolucionaria de Irán confirmó el ataque, indicando que "con el disparo de decenas de misiles balísticos, se ha golpeado los objetivos en el corazón de los territorios ocupados". Según el comunicado oficial, la operación fue una respuesta directa a las muertes de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, y Hasán Nasrala, jefe del grupo chií Hizbulá.

Para Gilberto Aranda, analista internacional de la Universidad de Chile, "estamos en la víspera de un conflicto regional mayor". En conversación con El Desconcierto, explica que la situación actual difiere significativamente de episodios anteriores. "Evidentemente estamos en otra fase", afirma el experto, destacando la rapidez y mayor coordinación del ataque iraní en comparación con eventos pasados, como la vuelta de mano tras el ataque israelí a la embajada de Damasco a principios de año.

Reacción israelí a ataque de Irán

Mientras en Israel ya se preparan para la reacción. El jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, adoptó un tono amenazador y afirmó que elegirán cuando Irán "pagará el precio y demostraremos nuestras capacidades de ataque precisas y sorprendentes, de acuerdo con las instrucciones a nivel político".

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue categórico al afirmar que la república islámica "cometió un gran error esta noche, y pagará por ello". Estas declaraciones, realizadas al inicio de una reunión de emergencia del gobierno, subrayan la gravedad con la que Israel está tomando la situación.

En ese sentido, Aranda subrayó que el factor clave para determinar el curso del conflicto será "la magnitud y tipo de represalia que va a tomar Israel". Es por esto que "van a ser horas complejas, bien delicadas", agrega.

Esto a pesar que el impacto del ataque en territorio israelí parece haber sido limitado, gracias a la intervención del sistema de defensa aérea y al apoyo de aliados como Estados Unidos. El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, celebró la falta de "éxito" del ataque masivo, atribuyéndolo a "una combinación de comportamiento civil ejemplar y un sistema de defensa aérea muy fuerte".

Estados Unidos detrás de defensa israelí

Estados Unidos jugó un papel crucial en la defensa de Israel durante el ataque. El presidente Joe Biden ordenó a las Fuerzas Armadas estadounidenses que ayudaran en la "defensa" de Israel. Sin embargo, Aranda observa que "ya desde ya no hay una acción muy clara de que trabajara para la defensa de Israel".

Desde la Casa Blanca, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, calificó el ataque iraní como una "escalada significativa", aunque resultó "ineficaz". Sullivan advirtió que este acto tendrá consecuencias, sin especificar cuáles serían las medidas a tomar.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, fue contundente al declarar: "Esto es totalmente inaceptable y el mundo entero debería condenarlo". Estas palabras reflejan la postura firme de Estados Unidos en apoyo a Israel y en contra de las acciones de Irán.

La tensión en la región se ha incrementado notablemente en las últimas semanas. Horas antes del ataque iraní, el Ejército israelí había realizado incursiones terrestres contra objetivos de Hizbulá en el sur del Líbano.

Precio del petróleo

En el contexto de economía global, aunque cada vez más enfocada en bloques, un conflicto regional en Medio Oriente tendría graves consecuencias para Occidente, especialmente en términos económicos y estratégicos. Como señala Gilberto Aranda, "estamos en un escenario bien fatal porque se trata de una región por donde transita una gran cantidad de recursos".

El experto advierte que si Irán tomara acciones en el Estrecho de Hormuz, por ejemplo, podría impedir el paso del 20-25% del petróleo global, lo que dispararía inmediatamente los precios ante un escenario de escalada.