Falso patriotismo
Hablar de patriotismo o de la patria significa enfrentarse a un concepto que la ultraderecha en el mundo ha buscado privatizar para sí misma. En medio de este mes patrio y considerando ciertos acontecimientos recientes -y otros no tanto-, cabe preguntarse, en nuestra versión nacional de la estrategia global: ¿son Chile Vamos y el Partido Republicano realmente patriotas? ¿es nuestra patria lo que efectivamente defienden?
Por mi parte, tengo serias dudas sobre ello. Desde la derecha se promueve un patriotismo tremendamente superficial, que muchas veces se limita a la reivindicación de elementos como la bandera, el himno nacional o el campo como un abstracto, omitiendo de partida la precariedad y el abandono de la agricultura familiar campesina.
Desde nuestra perspectiva, el patriotismo es mucho más. Los símbolos de nuestra patria cobran vida a través de su gente, los millones de trabajadores y trabajadoras que hacen de Chile su hogar y que necesitan de lo que nos es común a todos, nuestra patria, para vivir mejor.
Un verdadero patriota debería trabajar para que la patria fuese sostén de los adultos mayores, quienes desgastaron sus fuerzas para que Chile creciera, y así dejen de recibir pensiones de hambre. Un verdadero patriota se enorgullecería de que nuestro país pueda recaudar más recursos para sostener sobre los hombros de la patria las muchas necesidades de su gente.
De un verdadero patriota se esperaría una condena sin matices de los horrores que enfrentaron miles de compatriotas bajo la dictadura militar auspiciada desde Washington.
En su lugar, la derecha niega pensiones, reforma tributaria y celebra la intervención de un dictador que exterminó a quienes pensaban distinto y se enriqueció a costa de los recursos que le pertenecían a todas y todos.
Pareciera ser además que los falsos patriotas de ayer y hoy son los primeros en estar disponibles a entregar nuestros recursos naturales a precio de huevo a empresas transnacionales, diseñar nuevas maneras de evadir o eludir impuestos, constituir verdaderas zonas de sacrificio ambiental en nuestros territorios o concesionar servicios clave a capitales extranjeros, debilitando nuestra soberanía nacional y sacrificando el futuro de las próximas generaciones.
Históricamente han utilizado el patriotismo además para silenciar las críticas al sistema, como si la patria fuese un ente inerte y congelado en el tiempo. 'El rodeo debe mantenerse por ser tradición y quien aduzca lo contrario resulta un antipatriota'. 'Quien crea que los pueblos originarios merecen el reconocimiento y respeto de quien habitó y cuidó el mar que tranquilo nos baña, antes que nosotros, resulta que es un anti chileno'.
No nos equivoquemos: para ellos la patria no tiene que ver con el bien común, sino con la mantención del espacio de privilegio y el status quo.
Por mi parte, creo que una patriota se preocupa de lo público por sobre lo privado, procura el buen vivir de sus vecinos y vecinas, los del campo y la ciudad, los del norte y los del sur, los ricos y los pobres. Un patriota defiende libertades y derechos, para que todos y todas, podamos vivir un futuro esplendor.