La “República de Berlín” en problemas: La extrema derecha avanza y la socialdemocracia retrocede
Peligrosamente para la democracia, la Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), partido populista de extrema derecha alemán, que alimenta un discurso nacionalista y xenófobo, y que además tiene un líder nacional filonazi, acaba de erigirse en la primera fuerza electoral para formar el parlamento estatal en el estado federado de Turingia, además de obtener el segundo lugar en el estado federado de Sajonia, formando ambos estados parte de la antigua y extinta Alemania del Este.
En cuanto a la socialdemocracia y sus socios que gobiernan a nivel federal, tanto los socialistas como los verdes y los liberales sufrieron, en palabras del canciller socialdemócrata Olaf Scholz, “amargos” y “preocupantes” resultados.
El avance de AfD en estas elecciones, partido que tiene presencia en todos los estados federados pero sin formar parte, hasta ahora, de ningún gobierno estatal, y también con presencia en el Parlamento Europeo, refleja un evidente malestar del Este alemán con las políticas que impulsa el gobierno federal.
Un Este que se siente postergado social y económicamente ante Berlín, desde que se incorporó a la República Federal de Alemania al derrumbarse la exRepública Democrática de Alemania entre 1989 y 1990.
No obstante que AfD obtuvo la primera mayoría en Turingia, gobierna una coalición formada por el Partido de Izquierda, el Partido Socialdemócrata (SPD, por sus siglas en alemán) y el Partido de los Verdes.
En estas elecciones el partido de extrema derecha logró hacerse de un 32,8% de los votos y 32 escaños de un total de 88, para el parlamento estatal en la capital Erfurt, pero se espera que AfD no logré ningún cargo en el próximo gabinete de coalición del gobierno de Turingia, debido a que las otras fuerzas políticas no estarían dispuestas a negociar con ellos.
Lo mismo ocurre para Sajonia, donde gobierna una coalición formada por los demócratas cristianos, socialdemócratas y verdes. Allí la AfD se ubicó en el segundo lugar de las preferencias, obteniendo el 30,6% de los votos y 40 escaños de un total de 120, para el parlamento estatal de Dresden, la capital del estado, detrás de los demócratas cristianos, que obtuvieron la primera mayoría.
Deberían operar los cortafuegos históricos y democráticos de los demás partidos contra la derecha extremista, impidiéndole a AfD ser parte de una coalición de gobierno en ambos estados. Sin embargo, en Turingia, el grupo parlamentario de AfD, que acaba de obtener más de un tercio de los votos, está en condiciones para imponer bloqueos en algunas cuestiones de importancia que requieren una mayoría de los 2/3 de los votos.
En cuanto a los resultados electorales del SPD en las pasadas elecciones del 1 de septiembre, estos fueron decepcionantes: en Turingia obtuvo el 6,1% de los votos y 6 escaños parlamentarios y en Sajonia obtuvo el 7,3% de los votos y 10 escaños parlamentarios, sin olvidar que sus actuales socios, los verdes y los liberales, no pudieron superar el obstáculo del 5% y se quedaron fuera del parlamento turingio y en el parlamento sajón los liberales siguieron igual suerte.
Conocido el desastre eleccionario en el SPD, la frustración y el ánimo culposo del Ejecutivo del partido no se hizo esperar. El presidente del SPD Lars Klingbeil llamó a “recuperar la confianza de los votantes, abordar las preocupaciones cotidianas de la gente y entablar un diálogo. Los problemas son evidentes. Se trata de seguridad, salarios dignos, vivienda asequible, asistencia, educación, pensiones. Son las preocupaciones cotidianas que mueven a la gente. Combinado con un estilo político que esté en pie de igualdad, que explique las cosas a la gente y se las tome en serio, es la oportunidad de recuperar votos. Tenemos que luchar por ello ahora”.
Sin embargo, este llamado a recuperar el sentido de la socialdemocracia se ve muy tensionado por las diferencias ideológicas que tiene la coalición de gobierno federal, llamada “semáforo”, ya que restringen el margen de maniobra del SPD para llevar adelante su Programa Futuro, que aprobó para las elecciones federales de 2021 y que pusieron a Scholz en la cancillería después de 16 años.
Lo cierto es que el importante avance electoral de AfD en Turingia y Sajonia no deja de evocar enero de 1930, en el periodo final de la República de Weimar, cuando los nazis, gracias a los avances electorales que obtuvieron en las elecciones de fines de 1929 y las presiones de Hitler, por primera vez desde que adoptaron la vía electoral al poder, lograron la designación de un nazi, Wilhem Frick, como ministro del Interior y de Educación en el gabinete de gobierno turingio. En retrospectiva, fue un claro síntoma de la inminente destrucción de la República y la democracia.
Al igual que el partido Nazi, que entre 1930 y 1933 siguió avanzando electoralmente hasta el día de “la toma del poder”, el 30 de enero de 1933, cuando Hitler fue investido canciller de la República de Weimar, tomándole apenas 6 meses para destruirla e instaurar la dictadura y luego el infame Tercer Reich, mostrándose los demócratas impotentes para defenderla de sus enemigos, la AfD gana en popularidad y pareciera que seguirá amasando fuerza política en muchos de los estados federados del Este de Alemania, mostrando sus electores una desenfadada proclividad hacia posiciones extremistas como solución de sus problemas.
¿Podrá la “República de Berlín” hacer frente al desafiante crecimiento electoral de AfD y la amenaza que ello representa para la democracia, la cultura democrática y las instituciones republicanas?
Pronto, el 22 de septiembre, se realizarán las elecciones del estado de Brandeburgo, también ubicado en el Este de Alemania, allí gobierna una coalición socialdemócrata, demócrata cristiana y verde, y cuyo jefe de gobierno es un socialdemócrata. El favorito para ganar las elecciones es AfD.
Crédito de la fotografía: Flickr vfutscher