Carabineros de Chile entregó nuevas informaciones que dieron completamente vuelta la noticia del funcionario policial que falleció este domingo al ser baleado a la salida del Teatro Caupolicán.

Los cambios previos de noticias ya hablaban de un intrincado caso, pues preliminarmente se dijo que había ido al show de rock de la banda Rata Blanca, a los pocos minutos se descartó pues el hecho ocurrió cerca de las 04:00 horas y fue a la salida de una fiesta temática de disidencias sexuales.

Estaba pituteando

Pero la noche de este domingo, la institución policial aclaró todo: El funcionario fallecido no fue al Teatro Caupolicán como público, sino que fue junto a otro compañero a trabajar como guardia de seguridad privado en la fiesta antes mencionada.

Por razones que aún no son esclarecidas, a la salida hubo un conflicto que derivó en un disparo mortal que se alojó en el tórax del sargento segundo Rodrigo Puga Herrera, de 38 años, perteneciente a la Tercera Comisaría de Santiago Central, el cual le quitó la vida.

Lo sorprendente es que el balazo no fue de un grupo delictivo, sino del otro carabinero que lo acompañaba, el cual fue dado de baja de forma inmediata y detenido por la culpabilidad en el hecho.

El coronel Fernando Albornoz, jefe de la Prefectura Central, declaró a la prensa que “es en estas circunstancias, además, que se logra establecer la participación de otro carabinero, quien ejecutaba las mismas labores de seguridad privada”

"No obstante, la confesión no aduce directamente a que él haya sido el autor material del disparo hacia el otro carabinero. Es materia de investigación establecer si el armamento y los disparos que ejecuta son los que efectivamente dieron muerte al carabinero", añadió.

Recordar que para un funcionario de Carabineros de Chile es una falta grave tener un trabajo paralelo, pero muchos lo hacen debido a los bajos sueldos que se perciben.

“Un carabinero, mientras se encuentre en servicio activo, no puede efectuar trabajos en el área de seguridad privada: Pasa a ser una irregularidad, no obstante, no es un delito, (sino) es una falta grave, porque se aleja de la doctrina institucional", cerró Albornoz.