Tecnopoéticas materiales del 5G: "Chile y el aceleracionismo sudaca"
Hubo una vez en Chile un proyecto que asoció socialismo y cibernética. Se llamó Synco o Cybersyn y fue desmantelado tras el golpe de Estado en 1973. Décadas después, en la postdictadura chilena, el discurso de modernización se ha vinculado estrechamente con la implementación y consolidación del proyecto neoliberal.
Este periodo, que comenzó con la transición a la democracia en 1990, ha estado marcado por un fuerte énfasis en el crecimiento económico, la apertura a los mercados globales y la adopción de tecnologías como un pilar central de desarrollo. La rápida implementación de la tecnología 5G en Chile, siendo el primer país latinoamericano en hacerlo, es un claro ejemplo de cómo esta agenda de modernización tecnológica ha sido priorizada como una estrategia para mantener y reforzar la competitividad económica en el escenario global.
Este avance no sólo posiciona a Chile a la vanguardia tecnológica de la región, sino que también refleja una continuidad de las políticas neoliberales instauradas durante la dictadura de Augusto Pinochet, paradójicamente presentadas como sinónimo de democracia en la post transición.
El discurso de la modernización tecnológica, enmarcado en el neoliberalismo, ha encubierto el origen dictatorial del sistema económico, creando una narrativa que equilibra neoliberalismo, avance tecnológico y democracia.
El "aceleracionismo chilensis" aparece como una modalidad particular de aceleracionismo sudaca, un fenómeno donde Chile, con su particular historia de colonialismo, dictaduras y neoliberalismo, adopta una postura de aceleración tecnológica y económica para alcanzar rápidamente el desarrollo y la modernidad.
¿Será que en una vuelta de tuerca inesperada, la aceleración de la tecnología y el neoliberalismo digital en Chile se vuelvan una fuerza incontrolable que impulse las dinámicas del capital hacia sus límites, con la esperanza de una transformación radical del capital, un futuro posthumano, una tecno-utopía social?
Al subir a la terraza del edificio en Santiago Centro, el aire fresco del atardecer nos envuelve. Miramos hacia el horizonte, donde el cielo se tiñe de tonos anaranjados, rosados y púrpuras. Los edificios, altos y robustos, se recortan contra la luz, creando una silueta urbana que se funde con el crepúsculo. Nuestra mirada se detiene en una antena 5G de metal, erguida y solitaria.
A contraluz, su estructura aparece como una silueta nítida, oscura, con una columna vertical y una copa ramificada, similar a la forma de una araucaria. De este extrañamiento surge nuestra exposición 5G, que inauguramos el sábado 17 de agosto en OMA Galería.
Con esta exposición, en la que enfrentaremos al público a una antena en tamaño real, buscamos proponer un extrañamiento y una reflexión respecto a la "opacidad tecnológica", esa sombra impenetrable que envuelve el funcionamiento interno y las implicaciones de nuestras herramientas más recientes.
En un mundo donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, esta opacidad se convierte en un enigma crítico, especialmente cuando se trata de estructuras fundamentales como la tecnología 5G. La complejidad técnica de estas innovaciones, como la inteligencia artificial o el blockchain, es tan profunda que incluso los expertos a menudo se pierden en sus laberintos.
La tecnología 5G no es una excepción. ¿Qué sabemos realmente de las torres que nos rodean y de los algoritmos que gestionan el flujo de nuestros datos? Muy poco, y esta falta de claridad alimenta tanto la desconfianza como las teorías conspirativas.
La opacidad tecnológica en el contexto del 5G subraya una necesidad urgente: desentrañar estos misterios y proporcionar claridad. No se trata solo de entender lo técnico, sino de iluminar el camino hacia una adopción informada y consciente. Es un llamado a gobiernos y empresas a romper el silencio, a desmitificar, a educar, a abrir las puertas del conocimiento.
Crédito de la fotografía: Estudio San Martín