Rafah, el polvorín al que fueron conducidos los refugiados palestinos
Por Fredy Montecinos y Felipe Avendaño
“Todos los ojos puestos en Rafah” fue la frase que en mayo pasado se viralizó por redes sociales para llamar la atención de lo que estaba ocurriendo en el campo de refugiados que el domingo 26 de ese mes fue atacado por el Ejército israelí, matando a 45 palestinos y dejando decenas de heridos.
Si bien, la frase fue utilizada por grupos humanitarios y propalestinos como Save the Children International y Oxfam, el autor es Rik Peeperkorn, a cargo de la oficina de la Organización Mundial de la Salud en el Territorio Palestino Ocupado, quien en febrero de este año advirtió sobre las posibles consecuencias de las acciones militares israelíes en el área.
Desde el inicio de la guerra tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, Rafah se ha convertido en refugio para más de un millón de palestinos desplazados.
El jefe del Consejo Noruego para los Refugiados, Jan Egeland, describió a Rafah como “el mayor campo de desplazados del mundo".
Sin embargo y pese a todos los llamados de la comunidad internacional para que el Ejército israelí detuviera los ataques en esa zona, la ciudad de Rafah tiene una importancia estratégica que va más allá del campo de refugiados, lo ha convertido esa zona en un polvorín que deja acorralados a los desplazados.
Punto estratégico y único paso fronterizo habilitado
La ciudad fronteriza es un punto estratégico en el que se cruzan intereses políticos, económicos y geográficos, los cuales dejan a los refugiados en medio de un polvorín, el cual no es primera vez que es blanco de ataques por parte del Ejército israelí.
En la ciudad, ubicada a 30 kilómetros al sur de Gaza, existe además el cruce en la frontera con Egipto, uno de los tres pasos fronterizos de la Franja de Gaza.
Si bien existen otros dos pasos fronterizos: el de Kerem Shalom que solía ser el punto de entrada de ayuda humanitaria y Erez al norte de Gaza, actualmente los dos están cerrados y Rafah es el único que no conecta con Israel.
Desde el inicio de la guerra, miles de palestinos han sido desplazados al centro de refugiados de Rafah, sin embargo, el gobierno de Egipto no ha permitido una masiva salida de palestinos a su territorio.
Egipto argumenta que permitir la entrada de refugiados a su territorio podría ser un riesgo para una mayor ocupación israelí, además de una posible infiltración de Hamás. Por esta razón, solo ha permitido la salida de enfermos graves y ciudadanos extranjeros.
La inteligencia israelí sostiene que Rafah alberga una red de túneles utilizados por Hamás para sus operaciones militares, Israel, afirma que estos túneles esconden cohetes y armas, justificando así los continuos ataques en la zona. "El ejército israelí evalúa que cuatro batallones de Hamás han sobrevivido sobre y bajo tierra en Rafah y quieren terminar el trabajo tal como se lo han planteado. Pero incluso si logra destruir estas unidades, las posibilidades de que los rehenes escapen ilesos son escasas", dijo en su momento Frank Gardner, corresponsal de la BBC.
Los “percances” de Israel
"Un percance no es cómo describiría algo de esta gravedad. Así describes cuando te equivocas con la reserva de un taxi o de un hotel", dijo el director de planificación de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Sam Rose, sobre el término que ocupó Benjamín Netanyahu para justificar el ataque a Rafah en mayo pasado.
"Estamos hablando de mujeres y niños asesinados en las circunstancias más graves y brutales", agregó Rose.
Como ya es habitual, el primer ministro israelí utilizó la palabra “percance” para justificar el brutal ataque a refugiados. Sin embargo, como ha ocurrido en otras ocasiones, los ataques del Ejército de Israel no pecan precisamente de imprecisos, más allá de la narrativa que quiera instalar Netanyahu.
Según los datos recopilados por el centro B'tselem, Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, en las últimas dos décadas Rafah ha reportado más de 800 muertes de palestinos a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel.
La información del centro B'tselem arroja que entre los años 2000 y 2023 -justo antes de iniciada la guerra-, más de 7.000 palestinos fueron asesinados por el Ejército israelí. Muertes ocurridas en los llamados “tiempos de paz”.
En los datos del centro B'tselem se asoman tres ciudades que lideran el triste ranking de fallecidos: Gaza, Jan Yunis y Rafah.
Mientras Gaza reportó 916 víctimas fatales entre los años 2000 y 2023, Jan Yunis -donde también hay un campo de refugiados-, registró 910 muertes. En el caso de Rafah se registraron 830 fallecidos en las dos últimas décadas.
El historial de ataques a campos de refugiados no es un fenómeno reciente. En noviembre de 1956, durante la guerra del Sinaí, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo una masacre en Jan Yunis, en la que murieron 275 civiles, entre ellos 140 refugiados y 135 residentes de la localidad. Este patrón de violencia subraya una estrategia de décadas por parte del gobierno israelí, que parece indiferente a las condiciones de paz o guerra, perpetuando una brutalidad sistemática en la región. Según el historiador israelí Benny Morris, entre 1956 y 1957 los soldados israelíes mataron a más 200 palestinos en las zonas de Jan Yunis y Rafah.
Previo al ataque a Rafah, Estados Unidos pidió a Netanyahu evitar lanzar una ofensiva militar en la zona. También Turquía instó a Israel a retirar sus tropas en el cruce fronterizo.
"Una operación dirigida a Rafah afectará no sólo a la región sino al mundo entero", afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores turco, Oncu Keceli.
Advertencias a las que Netanyahu hizo oídos sordos, ya que Israel ve a Rafah no precisamente como un campo de refugiados, sino como "el último bastión de Hamás", al que prometió destruir.
*Esta investigación se hizo utilizando ciencia de datos aplicada al periodismo, trabajo realizado por Fredy Montecinos Ugas, periodista de la Universidad de Santiago, magíster en Edición de la Universidad Diego Portales y posgrado en Data Science de la Universidad de Texas.