Profesor chileno en Sierra Leona ayuda a que jóvenes dejen las armas y tomen los libros
Se trata del chileno Héctor Opazo, profesor de educación diferencial que participará de la reforma educacional del país Sierra Leona, ubicado en África, incentivando a las y los jóvenes a dejar las armas a cambio de que tomen los libros e incentivar la educación cívica.
Su estadía en el país africano se extenderá por seis años, que es lo contemplado en el programa impulsado por la UNESCO, el PNUD y el NY Center for Peace.
Héctor Opazo, quien es el actual director de Innovación de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), destaca por aplicar la metodología de Aprendizaje Servicio en Chile.
Asegura que "en Chile hemos trabajado a escala local y con la realidad nuestra en ocupar esta misma metodología de aprendizaje servicio con jóvenes en reinserción escolar y hemos visto grandes resultados”.
Por lo mismo, recibió el llamado a colaborar en la educación cívica de las y los jovenes que habitan en Sierra Leona.
"Nos llamaron principalmente porque ven en la metodología de Aprendizaje Servicio una opción de masificar la educación cívica en un país que ha estado golpeado por muchas tragedias, donde es relevante buscar soluciones innovadoras”, expresó Opazo.
Motivado principalmente por generar un cambio "en la educación de los niños y niñas del mundo. Especialmente en entornos castigados por la marginalidad. No tiene sentido enseñar datos, sin antes enseñar una forma de integrar la comunidad, el tejido social".
Su propia experiencia lo lleva a asegurar que es posible "ver la esperanza en la mirada de los jóvenes que han preferido dejar las armas para tomar los libros, pero eso no ocurre solo, es el Estado quien se tiene que hacer cargo con reformas como esta en darles la oportunidad de tener un futuro mejor a millones de ciudadanos".
Un país azotado por la guerra civil
En su viaje a Sierra Leona, Opazo quedó impactado al observar "la pobreza, las condiciones en las que viven millones de personas, donde tener agua o comprar comida es un lujo".
El país, que limita con Liberia y Guinea, atravesó por un complejo escenario que involucra a grupos por el control de la producción de diamantes, que ocasiono una guerra civil de 11 años, situación que acabó con la vida de 120 mil personas.
Fue en 2002 que la guerra finalizó, y desde entonces diversos organismos internacionales han colaborado en la reconstrucción del país.
Para el docente, enfocar la ayuda en incentivar la educación cívica es clave para que los ciudadanos conozcan sus derechos.
"Una de las líneas de trabajo para superar la masacre que significó la guerra civil es la educación cívica, para que todos los habitantes conozcan sus derechos y deberes desde la infancia. De esta manera pueden convertirse en actores sociales que cambien su historia”, manifestó.
Por lo tanto, la meta para 2030 es "construir en Sierra Leona un ecosistema de educación cívica que involucre a las instituciones públicas, las escuelas sistema, partes interesadas nacionales e internacionales y organizaciones comunitarias hacia la unidad nacional, la democracia, desarrollo sostenible y bienestar integral de niños y jóvenes y participación ciudadana”, indicó Opazo.
La colaboración también se alinea con los objetivos estratégicos a nivel internacional, como el Plan de Mediano Plazo de Sierra Leona 2024-2030, la Agenda 2063 para África y la Agenda 2030 de la ONU. Esto garantiza que las iniciativas sean sostenibles y tengan un impacto duradero en la educación y el desarrollo social.