En el país galo, las izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) y de Juntos, el partido centrista del presidente Emmanuel Macron, obtuvieron una aplastante victoria (61%) sobre la coalición de extrema derecha de Marine Le Pen, pese a que todos los pronósticos electorales de la primera vuelta (33,15%) auguraron el triunfo de la Agrupación Nacional (AN). En la Bretaña, el Partido Laborista vuelve al gobierno británico luego de 14 años fuera del poder y de la mano de su líder, el moderado Keir Starmer.

No es posible aplicar un mismo modelo a los resultados electorales en distintas partes del mundo, pues las razones de la vuelta a la izquierda en Europa son muy variadas. En Reino Unido, el Brexit, el Covid-19 y el aumento de la pobreza se dan como argumentos fundamentales para el triunfo de los laboristas (El Dínamo, 07/07/2024).

En Francia, el voto joven y la agenda sobre inmigración e identidad nacional serían los detonantes de una ‘estrategia de contención’ anti-derechista (Jean-Yves Camusm, BBC, 08/07/2024), que se resiste a destruir el modelo de integración eurocéntrico que se fundó en 1949 con la creación del Consejo de Europa, en 1951 con la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, y en 1957 con la firma de los Tratados de Roma que crea la Comunidad Económica Europea (CEE).

Del péndulo se puede pasar al análisis del dominó, dado que las votaciones en Europa estarían marcando una tendencia e impactando las decisiones electorales en el resto del mundo en un año súper electoral como éste, donde 100 países en el mundo estarán celebrando elecciones a lo largo de estos 12 meses (El Explicador, 20/01/2024).

Se podría argumentar que el impacto zurdo europeo impactará inevitablemente la región; sin embargo, ya algunos medios auguraron el ‘tinte rojo’ que estaba tomando América Latina tras el triunfo de Daniel Noboa en Ecuador (Emol, 16/10/2023).

A esto se suma que las experiencias de derechas libertarias como Argentina no están dando el resultado esperado, pues crece la preocupación en el país trasandino por el aumento de la pobreza, la desocupación y la desigualdad social (El País, 08/07/2024). Por lo tanto, la ecuación nos lleva a pensar que las izquierdas podrían tener una nueva opción política a nivel internacional.

Y si bien los vientos soplarían a favor de pensar en un próximo gobierno de derecha moderada en nuestro país, los efectos a largo plazo de la consolidación de opciones políticas de izquierda con agendas más pragmáticas nos hacen pensar que no todo está perdido para la centro-izquierda chilena.

Recordemos que, desde la vuelta a la democracia, Chile mira con cariño a la Unión Europea, existiendo razones histórico-políticas para dejarse guiar por sus horizontes políticos. A esto podríamos agregar los guarismos, la exPresidenta Michelle Bachelet toma el segundo lugar en las opciones presidenciales (un 9% en la Encuesta Criteria), dejando atrás a un alicaído José Antonio Kast.

La pregunta final que subyace es si serán tiempos de izquierdas moderadas, o la vuelta a los radicalismos nos presenten escenarios políticos y sociales extremadamente polarizados, como está ocurriendo en Francia con la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon, el centro con Emmanuel Macron y la extrema derecha con Marine Le Pen.

Es el péndulo político que determina si se viene una moderación política internacional o más bien una profunda fragmentación política y caída de las democracias representativas de Occidente (Rosendo Fraga, El Clarín, 19/06/2022).

Autora de la columna: Dra. Francis Espinoza , Académica UCN

Crédito de la foto: Wiki Commons / Labour Party