Desviaciones: Resignificando prejuicios en una historia que no se escribe en línea recta

Desviaciones: Resignificando prejuicios en una historia que no se escribe en línea recta

Por: Ernes Orellana | 10.07.2024
Estar en la disidencia sexual implica encarnar un disenso sexopolítico a los imaginarios heredados del hétero-patriarcado y su dominación masculina. Y cuando se instala el disenso se produce un desvío, porque la linealidad de la recta que produce la heteronormatividad se fragmenta, se interrumpe, colapsa, colisiona.

Una línea implica una vía y una orientación. Y puede funcionar como una forma de estar alineadx y/u orientadx con lo demás en el espacio, señala la teórica feminista Sara Ahmed.

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Esa línea es una recta, demarca señales y fronteras por donde orientarse y transitar. Una línea orienta una forma de vida. El patriarcado y su hegemonía heterocentrada han construido una alineación de la sociedad mediante la imposición de normas que producen su organización

Para el pensamiento crítico disidente sexual las líneas normativizadas y culturizadas, desde la invención de la modernidad, se traducen mediante hegemonías hétero-sexuales que orientan a los cuerpos, las cosas, los espacios y deseos. Históricamente, desviarse de aquellas líneas ha sido condenado y criminalizado.

Desde allí, la conciencia del desvío implica un riesgo, un acto de desobediencia epistémica, y una forma de resistencia en la vida. Cruzar aquella línea es crucial para la configuración de otras alternativas de producción de subjetividades en esta época de disputas de identidades sexogenéricas y conflictos epistemológicos sobre lo “normal. Desviarse, no sólo implica salirse o perderse de un camino, significa tomar distancia del mismo, reconociéndose como cuerpos disidentes a la normatividad de la cultura hegemónica.

Significa deslizar una línea oblicua en su línea recta homogénea centralizadora y trazar una reivindicación heterogénea y periférica de otras formas de existencias, cuerpos, deseos, cosas, espacios, imaginarios, creatividades y representaciones artísticas colaborando a construir nuevas huellas para la construcción rizomática de otras rutas y sensibilidades.

Desviaciones, es la resignificación política a un insulto categorizado por la hegemonía cultural heteronormativa que categoriza de “desviado”, “desorientado”, “descarrilado” e “invertido” a quienes nos resistimos a sus normatividades identitarias, culturales, sociales, políticas, coloniales, capacitistas y sexistas. 

A diferencia de lo que piensa el conservadurismo y su moral masculina arcaica, en ningún caso nos ofende que se nos trate como “desviadxs”, porque en las disidencias sexuales precisamente lo que hemos ido construyendo rizomáticamente son desvíos a la centralización y alineación normativa de sus hegemonías heterosexistas consensuadas entre regímenes políticos patriarcales de derecha a izquierda. 

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Estar en la disidencia sexual implica encarnar un disenso sexopolítico a los imaginarios heredados del hétero-patriarcado y su dominación masculina. Y cuando se instala el disenso se produce un desvío, porque la linealidad de la recta que produce la heteronormatividad se fragmenta, se interrumpe, colapsa, colisiona.

Se bifurca la organización del deseo. Y en esa torsión de la recta normativa asociada al deseo heterosexual, las disidencias sexuales amplían las maneras de habitar la vida, celebrando la creatividad en la diversidad de la diferencia, construyendo otras maneras de habitar el cuerpo, el deseo, los afectos, sensibilidades, imaginarios; asumiendo nuestras contradicciones, utopías y sueños.

Nuestra historia no se escribe en línea recta. Por eso hemos denominado al Primer Festival de Artes Escénicas y Disidencia Sexual como “DESVIACIONES”, para celebrar esa creatividad, reuniendo prácticas y expresiones artísticas escénicas que provienen desde trabajadorxs culturales sexodisidentes.

Conmemoramos los 25 años de la despenalización de la homosexualidad en el país (1999-2024), reuniendo a nueve producciones artísticas, talleres, charlas, conversatorios con activistas, encuentros, feria, almuerzos comunitarios y fiestas, circulando entre seis comunas populares de la Región Metropolitana y la colaboración de sus centros culturales; porque desviarse, también implica tomar distancia crítica del centro tejiendo culturalmente.   

Las obras que hemos programado para esta primera versión del festival surgen desde artistas del teatro, la danza y la performance que provienen desde la disidencia sexual, y problematizan en sus producciones artísticas, discursos, imaginarios y estéticas que se desvían de los relatos que produce la cultura heterosexual.

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Sus expresiones poéticas, escénicas, dramatúrgicas, corporales y estéticas, dan cuenta de formas de vidas disidentes de los marcos hegemónicos de la cultura. Entretejen imaginarios críticos con respecto a identidad de género, derechos humanos, justicia sexual y memoria política de la disidencia sexual. Propuestas escénicas atravesadas por las sensibilidades e identidades de quienes las encarnan y realizan. Producciones artísticas que alteran la cultura masculinizada y heteronormativa.

Otra cultura, es posible.

Autor de la columna: Ernes Orellana G/Director Festival DESVIACIONES

Crédito foto: Jorja Psd, Festival Desviaciones