En medio de las intensas negociaciones que permitan viabilizar la dilatada reforma de pensiones en nuestro país, con el Ejecutivo intentando alinear a la oposición para generar un sistema que garantice una mejor vejez a los jubilados, consultamos a un experto para entender qué tan relevante es avanzar en esta materia.

En este contexto Miguel Lorca, economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP), comenta en diálogo con El Desconcierto que “el sistema de pensiones en Chile, compuesto por un pilar contributivo que define la pensión autofinanciada y un pilar no contributivo que se materializa con la PGU, otorga la garantía de que todos los adultos mayores puedan acceder a ingresos por sobre la línea de la pobreza durante su vejez”.

No obstante, sincera, este es “lucrativo para las AFP”, cuyas utilizades “se explican por la rentabilidad del encaje y los ingresos por comisiones. Las AFP están obligadas a invertir en los fondos que administran un monto equivalente al 1% de su patrimonio. Luego, las ganancias o pérdidas por concepto de encaje están directamente relacionadas con la correcta administración de los fondos y su rentabilidad, por lo que no se puede criticar la existencia de dichas utilidades”.

Comisiones, la génesis del problema

Pero de acuerdo a lo que comenta Lorca, “el problema radica en las comisiones por administración, las cuales siguen siendo elevadas para la estructura de costos de las AFP.

De hecho, agrega, estas se traducen en “un ingreso seguro que no genera incentivos suficientes a competir en mejorar la administración de cuentas y fondos previsionales”.

En consecuencia, comenta, “estas comisiones deberían reducirse incorporando mayor competencia vía licitación de un porcentaje del stock de afiliados”.

Consultado luego respecto de cómo se explica la desigualdad entre las pensiones de los funcionarios de sectores como las Fuerzas Armadas (FF.AA) y la del ciudadano de a pie, el experto comenta que “no es recomendable mezclar las pensiones de los civiles con las de las FF.AA. dentro del actual debate previsional, ni mucho menos usar dicha comparación para defender la supuesta conveniencia de los esquemas de reparto”.

No obstante, plantea Lorca, “si bien existen diferencias significativas en los beneficios que otorgan ambos sistemas, estos radican en sus lógicas y requerimientos, donde el sistema de las FF.AA. es completamente deficitario y financieramente inviable para ser replicado en la población civil”.

Siguiendo con su análisis, asegura que “las bajas pensiones autofinanciadas se deben al bajo porcentaje de cotización, las extensas lagunas previsionales, los menores niveles de rentabilidad de los fondos, y al aumento en los años esperados en retiro”.

En definitiva, complementa, “estos son los aspectos que debe mejorar nuestro sistema de pensiones para lograr mejores beneficios”.

Sistema perdió legitimidad

Por último, cuando le consultamos acerca de qué tan necesario es para el país una reforma para mejorar las pensiones de los jubilados, nuestro entrevistado releva que “el sistema requiere una reforma hace más de 10 años para mejorar la adecuación y desigualdad de ingresos en la vejez”.

De hecho, recalca que la realidad nacional en el ámbito de las pensiones, “se ha traducido en una pérdida de legitimidad del sistema, donde si bien los retiros fortalecieron el respaldo a la capitalización individual, se requiere asegurar mejores beneficios durante la vejez, hacerse cargo del envejecimiento de la población y enfrentar los desafíos y desigualdades que provienen del mercado laboral”.

“Sin una reforma de pensiones que vaya en dicha dirección, se hace imposible mejorar de forma financieramente sostenible las pensiones de los jubilados en Chile”, concluye.

Crédito foto: Agencia Uno