Horizonte FA: Desafíos para el nuevo partido
Hace pocas semanas la fundación Rumbo Colectivo publicó el documento “Horizonte Frente Amplio: Diagnósticos y Perspectivas”. Elaborado por importantes liderazgos, resulta un insumo fundamental para pensar cuál debe ser la orientación estratégica del nuevo partido.
Si bien el trabajo aborda amplios y variados temas relevantes para el futuro de nuestro proyecto, en esta columna me referiré a dos, que me parecen fundamentales, para ponerlos en discusión.
Me parece que este ejercicio tiene sentido por dos razones: Por una parte, debido a la amplia extensión del documento original, esta columna puede servir como puerta de entrada y contribuir en su difusión y llegada a mayor cantidad de espacios. Por otra parte, creo que la realidad política nos obliga siempre a priorizar algunos debates y, sobre todo, decidir dónde poner nuestras fuerzas en la acción.
En el tercer capítulo del documento, se aborda la pregunta por el sujeto político y social que constituye el Frente Amplio, identificando desafíos como la profundización del arraigo social; la ampliación y diversificación de su base; el aporte a la constitución de nuevos sujetos; y la vinculación con organizaciones y movimientos sociales.
El tema del sujeto político al que el partido debe su existencia y para el cual debe trabajar, y qué tipo de relación debe establecer con él, ha sido una preocupación permanente en los partidos que hoy fundan el FA. No obstante, acorde a mí experiencia en estos casi 10 años de militancia, diría que en la realidad dicha preocupación no se ha expresado con suficiente fuerza en nuestras acciones políticas, quedando relegada por un trabajo principalmente orientado a las tareas de la política institucional y electoral.
Los -buenos- resultados de estas decisiones están a la vista (triunfo de Gabriel Boric en elecciones presidenciales, constituir hoy el partido más grande de Chile, obtención de Municipios relevantes por todo Chile), por tanto, en ningún caso tiene sentido, me parece a mí, cuestionar lo ya avanzado. Por el contrario, lo que sostengo es pensando en el futuro de nuestro proyecto político y sobre todo en el futuro de nuestro país.
Creo que hoy se hace más importante que nunca que en el nuevo partido la inserción y vinculación social tenga un papel protagónico. Esto debe traducirse en destinar trabajo, energía y tiempo a todas aquellas tareas no relacionadas exclusivamente con la política institucional, vale decir, que el despliegue militante se mantenga activo en periodos no eleccionarios, y sobre todo, que se institucionalicen a nivel orgánico acciones de carácter territorial de forma permanente.
En segundo término, pero siguiendo la misma lógica, creo que es muy relevante revisar que nuestros partidos no han logrado diversificar su base dirigente, que en su gran mayoría provienen de capas medias universitarias.
Del mismo modo que en el apartado anterior, me parece que no tiene mucho sentido realizar una crítica autoflagelante al respeto, ya que es comprensible que las primeras generaciones de referentes y dirigentes del Frente Amplio tuvieran esta composición, dado que su surgimiento está principalmente vinculado a las luchas estudiantiles.
No obstante, y nuevamente mirando hacia el futuro, creo que el nuevo partido debe imponerse como tarea prioritaria la incorporación de nuevos sectores sociales como referentes y dirigencias.
No solo porque eso permitirá hacer sentido en un espectro mucho más amplio de la sociedad chilena, sino que principalmente, porque contribuir a que ocupen espacios de poder y toma de decisiones los sectores más explotados y vulnerados de nuestra sociedad tiene valor en sí mismo para un proyecto político que tiene por objeto transformar el orden vigente.
En un escenario general de pesimismo y dispersión política, la creación de un partido único que agrupe a las fuerzas constituidas de la nueva izquierda chilena es una decisión muy valiosa y que da cuenta de la madurez del proyecto que encarnamos.
No obstante, es también un profundo desafío que requiere de un alto compromiso por parte todas y todos quienes creemos que el Frente Amplio puede ser una herramienta al servicio de las mayorías sociales que requieren con urgencia transformaciones a un sistema que los ha excluido y maltratado de forma permanente.
Autor de la columna: Andrés Argandoña
Crédito de la foto: Agencia Uno