Larry Álvarez Núñez, alias Larry Changa, es uno de los líderes y cofundadores del Tren de Aragua sindicado como uno de los autores intelectuales de diversos delitos cometidos en nuestro país, entre ellos varios secuestros y homicidios.

De acuerdo a la información de las autoridades, entró de forma legal por el aeropuerto de Santiago en 2018 y se mantuvo cuatro años viviendo en el territorio nacional hasta su escape por un paso no habilitado en Colchane.

Es por ello que, luego de una orden de captura internacional emitida por la Interpol, fue arrestado en una zona rural de Circasia, en el departamento de Quindío en Colombia, por los delitos denunciados en 196 países de secuestro, terrorismo, tráfico de armas y municiones y extorsión agravada.

La ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, dijo que pedirán su extradición. "Cuando entró a Chile no tenía antecedentes y lo hizo legalmente. Pero cuando huyó, lo buscamos y logramos identificar que estaba en Colombia, donde pedimos ayuda a las autoridades", aseguró la secretaria de Estado.

Según los antecedentes oficiales, el ciudadano venezolano usaba una identificación falsa para transitar en territorio colombiano, aunque al momento de entrar a Chile no tenía antecedentes en el sistema nacional ni tampoco algún requerimiento a nivel internacional. Con todo, era el encargado de expandir las redes de la organización criminal a lo largo de toda Sudamérica.

Al respecto, la titular de Interior fue tajante: "esta persona seguía organizando desde el exterior y esperamos que desde la cárcel no siga haciéndolo. En Chile hemos tenido operaciones tremendas de desmantelación del Tren de Aragua y avances importantes (...) Hoy esas personas van a ser seguidas por los daños que han causado".

Sin embargo, esta no es primera vez que delincuentes internacionales atraviesan las fronteras chilenas sin ser detectados.

Otro caso emblemático fue la detención, también en Colombia, de Dayonis Orozco, quien sería el responsable del asesinato del teniente de Carabineros Emmanuel Sánchez el 10 de abril recién pasado en Quinta Normal y cuya extradición todavía se encuentra en proceso.

Fronteras y el crimen organizado

Para los expertos, las perspectivas de la seguridad no son muy optimistas dada la porosidad de las fronteras chilenas y la extensión del territorio.

Pedro Valdivia, experto en seguridad ciudadana y ex Coronel de Carabineros, afirma que el crimen organizado se instaló en el norte durante la pandemia para explorar las posibilidades de fortalecer su red de narcotráfico internacional.

"Ello permitió que este avance abarcara prácticamente todo el país, por una parte, y por otro lado, incursionara específicamente el Tren de Aragua, en una cantidad de delitos increíble", sostiene el especialista.

Respecto de las vías de entrada, Valdivia plantea que hay dos maneras:

"Una es la entrada legal, porque es permeable el sistema de la misma manera que entran las armas a través de las aduanas, también las fronteras. Uno trata de buscarle alguna explicación, que con la tecnología que hay no solamente en Chile sino que en todas partes del mundo, este sistema siga siendo tan vulnerable para ingresar, por ejemplo, a través de Bolivia y no Perú (porque indudablemente el control fronterizo que tiene Perú es bastante más eficiente)".

"Si bien es cierto que se movilizaron las fuerzas armadas, hay reforzamiento de las unidades de Carabineros y se ampliaron los plazos de control para los que ingresan en términos legales, el fenómeno sigue de la misma manera y lo que es peor, los delincuentes no solamente ingresan sino que además, posterior a cometer delitos, salen de la manera que lo hicieron los asesinos del teniente Ojeda", critica Valdivia.

Policía fronteriza

En paralelo, el profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Chile y ex director del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la misma casa de estudios, Hugo Fruhling, propone como solución la creación de una policía fronteriza.

"La porosidad de nuestras fronteras crea un riesgo de seguridad importante, tanto por el ingreso como por la posibilidad de que personas buscadas por la policía se puedan fugar hacia otros países, y eso requiere contar con una fuerza entrenada con capacidad técnica para vigilar todos esos pasos fronterizos", refiere.

Pero el experto matiza en la situación: "es necesario discriminar los casos de los que estamos hablando. En algunos de ellos efectivamente las personas se fugaron pero no existía una orden de captura. En consecuencia, no había ninguna razón para impedir su salida del país".

"Cuando hay fugas hacia otros lugares, una medida esencial allí es la posibilidad de contar con una cooperación internacional. Si esa cooperación internacional es estrecha y el país al cual se van los fugados es un país que cuenta con una policía eficiente dispuesta a colaborar, existe la posibilidad de que sean detenidos posteriormente, que es lo que pasó con el líder del Tren de Aragua", alude el también abogado.

Y contrasta que "si, en cambio, no existe esa posibilidad de cooperación por razones políticas o de otro tipo (como podría ser eventualmente el caso de Venezuela), eso realmente dificulta mucho la situación".

"Está faltando en el debate si sería buena idea una nueva policía fronteriza o no. Si bien no tiene evidencia que lo sustente, yo creo que es una proposición que valdría la pena considerar. Comparar con otros países y además ver cuáles son las dificultades que tenemos en la frontera. O sea, tenemos una frontera larguísima y en consecuencia la posibilidad de monitorear adecuadamente es difícil", sincera.

Créditos fotografía: Agencia Uno