Lince ibérico se salva de la extinción: Hace 100 años el caso pionero de los bisontes le precedió
Desde la Unión Internacional para la Conservación informaron que el lince ibérico, una de las especies de felinos más raras del mundo, ya no está más en peligro de extinción. Según los expertos es la mayor recuperación de una especie de felino jamás lograda a través de la conservación. Una historia parecida ocurrió antes, pero con el bisonte americano en Canadá.
El resurgir del lince ibérico: un éxito actual
Considerado una de las especies de felinos más raras del mundo, el lince ibérico hasta hace poco estuvo al borde de la extinción. Según la UICN, desde 2001 a 2022, su población creció de 62 individuos maduros a 648. Hoy, después de décadas de un gran trabajo de conservación y protección, alcanzó un máximo histórico de 2.021 ejemplares.
Ahora la especie pasó de estar clasificado como “en peligro” a ser ubicada en la categoría de “vulnerable”. Además, la población de linces sigue expandiéndose tanto numéricamente como territorialmente, con 14 áreas de reproducción y nuevas zonas con presencia estable en varias regiones de España y Portugal.
Esta exitosa recuperación se debe principalmente a los esfuerzos de conservación enfocados en aumentar la población del conejo europeo, su principal alimento, y en liberar linces cautivos y restaurar sus hábitats. La iniciativa fue un trabajo conjunto de 21 entidades diferentes entre ellas WWF, el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF) en Portugal, entre otras.
Según Francisco Javier Salcedo Ortiz, coordinador de la iniciativa en conservación con el diario El País, esta es "la mayor recuperación de una especie de felino jamás lograda a través de la conservación".
La recuperación de los bisontes en Canadá, un ejemplo histórico de conservación
Otra especie que se salvó de la extinción es el bisonte, cuya historia de supervivencia es un testimonio de la capacidad humana para revertir el destino de una especie al borde de la extinción.
Los bisontes son el mamífero terrestre más grande de América del Norte y una vez vagaron en números de hasta 60 millones a lo largo del continente, desde Alaska hasta México. Sin embargo, la caza intensiva de los colonos europeos en el siglo XIX redujo su número a menos de mil individuos, poniendo a la especie en grave peligro de desaparecer.
Ante esta crisis, el gobierno canadiense tomó medidas decisivas para salvar a los bisontes. Entre 1907 y 1912, más de 700 bisontes fueron trasladados a Elk Island, un parque nacional que se convertiría en un santuario seguro para estos animales. Este esfuerzo pionero de conservación permitió que los bisontes no solo sobrevivieran, sino que prosperaran en un entorno protegido.
Después de 100 años, Elk Island sigue siendo un refugio crucial para los bisontes, albergando tanto a bisontes de las llanuras como de los bosques, junto con otras especies unguladas como ciervos mula, ciervos de cola blanca, alces y wapitís. Hoy en día, el parque posee la segunda mayor densidad de animales ungulados salvajes del mundo, solo superado por el Serengeti.
Actualmente, se estima que hay unos 20 mil bisontes en Norteamérica, con la población más grande ubicada en el Parque Nacional de Yellowstone, seguida por Elk Island. Estas son las únicas dos manadas públicas de bisontes que no han mostrado evidencia de mestizaje con ganado vacuno, lo que subraya la importancia de estos esfuerzos de conservación para mantener la pureza genética de la especie.
Foto: Parks Canada / Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España