Una ciudadana venezolana, madre de un niño en edad preescolar, fue testigo de la decisión de la Corte Suprema, la cual anuló la orden de expulsarla del país.

Esta mujer, quien ha formado un hogar en Chile junto a su hijo, enfrentó la posibilidad de tener que dejar todo atrás debido a una decisión administrativa que no tomó en cuenta su situación familiar ni las necesidades de su niño.

Su hijo, actualmente alumno regular en un jardín infantil en Chile, ha establecido su vida aquí, rodeado de amigos y un ambiente educativo estable.

Según se explica en el fallo judicial, la decisión inicial de expulsar a su madre amenazaba con separarlos y desestabilizar su desarrollo, ignorando el impacto emocional y social que tal acción podría tener sobre él.

La Segunda Sala de la Corte Suprema intervino para revisar el caso, después de que la madre presentara un recurso de amparo, una herramienta legal utilizada para proteger los derechos fundamentales de las personas.

Los jueces encontraron que el proceso que llevó a la decisión de expulsión fue inadecuado. Señalaron que no se permitió a la madre defenderse adecuadamente ni presentar pruebas que justificaran su permanencia en el país.

El fallo del tribunal destacó la importancia de considerar el bienestar del niño y la necesidad de mantener la unidad familiar.

La corte dejó claro que cualquier decisión de este tipo debe basarse en un procedimiento justo y transparente, que respete el derecho de las personas a ser escuchadas y a defender sus intereses legítimos.

Finalmente, la Corte Suprema revocó la orden de expulsión y confirmó que la madre y su hijo pueden permanecer en Chile.