Un estudio elaborado por la revista Environmental Science & Technology (Ciencia y Tecnología Ambiental) reveló que caminar media hora por un bosque reduciría el estrés y aumentaría la actividad de sistema parasimpático, encargado de la relajación.

Además, el contacto con la naturaleza fomenta el incremento de células fundamentales para combatir infecciones y enfermedades.

El estudio afirma que realizar actividades en entornos naturales reduciría en un 12% la tasa de mortalidad.

La hormona del estrés, el cortisol, disminuye, al mismo tiempo que el sistema parasimpático se encarga de aumentar los niveles de relajación en el cuerpo.

No es casualidad que especialistas recomienden a pacientes que sufren de enfermedades mentales o trastornos, como la depresión, la ansiedad o el déficit de atención, mantenerse en contacto con la naturaleza.

En palabras de Camilo González, miembros de Genau Green, "la efectividad de esta terapia está ampliamente comprobada”.

Por ejemplo, "refuerza el sistema inmunológico y la protección de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y musculares. Combate la ansiedad y la depresión, fortalece la capacidad cognitiva y tiene un efecto terapéutico", asegura.

Por otro lado, practicar actividades al aire libre fomenta la responsabilidad ambiental, el cuidado del medio ambiente a través de la ejecución de prácticas sostenibles, y la conservación de la biodiversidad.

"La vida moderna, caracterizada por el ajetreo urbano y la dependencia de la tecnología, ha distanciado a las personas del vínculo con el entorno, lo que se refleja en la falta de acceso a espacios verdes y la poca prioridad a la educación ambiental", afirma González.

Sin embargo, destaca que cada vez existe mayor conciencia de esto, "lo anterior, abre la puerta a nuevas estrategias de salud pública, políticas de planificación urbana y programas educativos que promuevan dicha conexión como una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas y del planeta".