Un empleado de Banco Estado fue despedido por haber solicitado el Bono Clase Media, a pesar de que, según la entidad bancaria, no cumplía con los requisitos necesarios para recibirlo.

Este bono fue una ayuda económica proporcionada por el gobierno, pero tenía condiciones específicas que debían cumplirse.

El banco, que es controlado por el estado, argumentó que el empleado había actuado de manera deshonesta al solicitar este beneficio, afectando la confianza que debe existir entre un trabajador y su empresa, especialmente cuando esta es pública.

Basado en estos argumentos, decidieron despedirlo.

No conforme con esta decisión, el empleado llevó el caso a los tribunales, buscando demostrar que su despido había sido injusto.

El argumento principal fue que lo que había hecho no estaba directamente relacionado con su trabajo en el banco y que no había dañado a la empresa con su acción.

La Corte Suprema, el tribunal más alto del país, revisó el caso y llegó a una conclusión importante: si bien el empleado no debió haber solicitado el bono sin cumplir los requisitos, esto no era motivo suficiente para despedirlo.

La Corte explicó que los errores o acciones personales que no afectan directamente el trabajo o la empresa no deben ser causa de despido.

Finalmente, la Corte Suprema decidió que el despido había sido injustificado y revocó la decisión anterior, permitiendo que el empleado recuperara su trabajo.