Socavones: Ingeniero advierte riesgo de desmoronamiento de edificios en campo dunar de Viña
Con pronósticos que apuntan a que este jueves 13 de junio la zona central enfrentará un sistema frontal de envergadura, con montos de agua caída que se proyectan entre 80 y 100 milímetros sólo para la Región Metropolitana, lo que incluso se cataloga como un evento histórico en el país, las alertas se levantan en medio de la preocupación ciudadana respecto de cómo este podría afectar a los edificios del campo dunar de Viña del Mar.
Considerando las características que propias que debiera tener este evento, consultamos a Enrique Leiva, académico de Geología de la Universidad Andrés Bello (UNAB) Viña del Mar, quien nos ilustra atendiendo a la contingencia derivada de los socavones que se han generado en la ciudad costera, ante la gran cantidad de precipitaciones que se esperan dentro de 48 horas.
[Te puede interesar] Experto llama a evitar catástrofes por sistema frontal: "Pueden hasta ceder losas de hormigón"
"¿Por qué el nuevo socavón? Cuando uno piensa en construir una obra de este tipo de infraestructura inmobiliaria, aparte de considerar bien el terreno, la zona de emplazamiento donde vamos a trabajar, se estudia muy bien la mecánica del suelo y la composición de los suelos internos", contextualiza aludiendo al evento generado en los últimos días que ha alertado a la comunidad de la comuna de la Región de Valparaíso.
Siguiendo con su análisis, comenta que "por supuesto, lo ideal es que el sector sea lo más plano posible, que no es el caso de estos edificios que están siendo afectados por los socavones. Ahora, ¿por qué el nuevo socavón? Si mira bien el sector del campo dunar, los socavones se están produciendo justamente en el entorno donde el sector ha sido intervenido por construcciones de este tipo".
Décadas atrás no había intervención
"No significa que no vayan a aparecer de nuevo en el mismo sector, pero si analizamos cómo fue el campo dunar durante mucho tiempo, décadas atrás no había mayores problemas con arrastre de material, o mayores arrastres de material en masa, porque no había intervención de esfuerzos de carga actuante, como son las construcciones inmobiliarias de edificios muy altos, con mucha carga estructural”, ilustra.
Paralelamente, recalca que "en este tipo de edificios que están construidos en arena, es fundamental plantear primero qué parámetros se consideran en las fundaciones. Si se buscó abajo, a profundidades mayores, material de fundación adecuado, por ejemplo, algunos suelos mejores que puedan tener algún tipo de materiales térreos o roca, que tenga un parámetro, una designación de calidad alta, de modo de anclarlo con pilote de fundación, por ejemplo”.
"No creo que haya pasado así, son procedimientos más caros, tal vez tenga algún tipo de fundación, pero que ponga en riesgo la estabilidad del edificio, no podría asegurarlo, no tengo más antecedentes de qué tipo de fundación se construyó", aclara.
“En este caso, estamos hablando de un talud que es una superficie inclinada respecto a un eje horizontal y a esa se adecuan las estructuras de tipo de suelo que lo componen. Y si es natural, esto se formó con el paso del tiempo, especialmente en todo el sector del borde costero”, complementa.
Y advierte que “cuando es intervenido por el hombre, ya tenemos algún tipo de obra, ahí debería haberse considerado un proyecto ingenieril previo que considere varios aspectos, entre eso, la mecánica del suelo. Es importante estudiar la hidrología de la región geográfica y de la zona de emplazamiento del proyecto, considerando en ello un estudio de niveles de precipitaciones para un período de retorno de eventos mayores, por lo menos de 100 años, cada cuánto tiempo tenemos eventos mayores de lluvia".
Insuficiente enrocado
"Y en esos aspectos, considerar qué medida de mitigación vamos a poder diseñar para estabilizar la zona de proyecto. No son trabajos baratos, requieren mucha inversión, por tanto, el enrocado que tiraron en el sector del primer socavón, es una forma de estabilizarlo de alguna manera, pero no creo que sea suficiente para lo que es el entorno del resto de la zona afectada”, aclara.
Según explica Leiva, "siempre es fundamental estabilizar toda el área de proyectos antes de comenzar con la obra misma, inclusive cuando se construye una obra en un sector que sea de otro material, que esté al lado de otra obra que se construyó antes, también se toman medidas de mitigación para no afectar la obra lateral".
Paralelamente, el académico asegura que "siempre las fundaciones, los tipos de obra lateral, se pueden ver afectados con movimientos de tierra y excavaciones".
"Ahora, hay que considerar otro parámetro importante, que ojalá no ocurra", advierte luego apuntando a otro factor de riesgo. "Ni Dios lo quiera... son los efectos de las fuerzas sísmicas. Las fuerzas sísmicas, un sismo de alta categoría, podría poner en peligro más desplazamientos de masa del suelo, y en algún momento (generar) un efecto volcante de algunos de los edificios que están construidos, y su desmoronamiento", concluye haciendo una relevante advertencia.