Destacado director Brasileño Arthur Barbosa dirigirá a las Orquestas de Niños del Biobío
Arthur Barbosa (58), violinista, compositor y director de la Orquesta Sinfónica de Porto Alegre - Rio Grande do Sul - Brasil desde 1998, ha dedicado su vida a la música y a la formación de jóvenes talentos. Con una carrera que abarca décadas de experiencia y un compromiso profundo con la educación musical, Barbosa ha trabajado en proyectos significativos tanto en Brasil como en otros países de América Latina, incluyendo un paso por la Filarmónica de Santiago.
Ahora, este reconocido director se prepara para traer su talento y su visión por tercer año consecutivo a las Jornadas de Invierno que se realizarán desde el 27 al 30 de junio, para dirigir a las Orquestas Juveniles e Infantiles de la Región del Biobío, programa de Artistas del Acero que reúne a 27 orquestas y alrededor de 700 niños, y que culminará con dos conciertos en el gran teatro de la ciudad de Concepción.
- ¿Cómo fue tu inicio en la música y qué te motivó a seguir este camino?
Empecé a los diez años en un proyecto en Fortaleza, una ciudad con mucha vida pero sin un movimiento orquestal fuerte. Pero mi motivación vino de un director de violín llamado Alberto Yaveck, quien tenía el sueño de poblar América Latina de orquestas juveniles. También fue clave una tía, quien cantaba canto lírico y me animó a estudiar violín. Así descubrí mi pasión por la música. Luego vino el estudio y la pasión que a uno lo acompaña cuando ama algo.
- ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con jóvenes y niños?
Ha sido muy gratificante. Estos proyectos no solo forman músicos, sino que también tienen un impacto social significativo que es invaluable. La formación musical temprana mejora el rendimiento académico y la sociabilidad de los jóvenes. Es maravilloso ver cómo la música puede transformar vidas y comunidades. Eso me hace sentir que el trabajo que realizo y que muchos formadores hacen tiene un propósito. Mi experiencia es y ha sido maravillosa. Me siento agradecido, pero también responsable porque uno trabaja con seres humanos que se están formando, y eso requiere un gran compromiso. Uno se debe a este trabajo y lo que busco es que se amplifique en otros países latinoamericanos.
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-¿Qué te motivó a aceptar la invitación para dirigir a las orquestas de niños del Biobío?
Como dije, siempre he creído en la importancia de hermanar América Latina a través de la música. La oportunidad de trabajar con las orquestas de niños del Biobío me permite continuar con este propósito. Además, he encontrado en los niños chilenos una gran disciplina y compromiso, lo cual es muy motivador. Es la tercera vez que estaré en Chile como director. Iba a llevar a mi orquesta que se llama OPSPA Jovem, pero no se puedo por las inundaciones en mi país. Son 70 músicos, pero ya estamos invitados para el próximo año. Eso está confirmado por la secretaria de Cultura del Estado, lo que es también una enorme motivación.
- ¿Qué esperas lograr con tu trabajo en el Biobío y qué actividades tienes planeadas?
Mi objetivo es mejorar el nivel de las orquestas y trabajar en repertorios originales que desafíen a los jóvenes músicos. Me encanta colaborar y ver el trabajo en terreno, no solo con los niños y jóvenes, sino también con mis colegas músicos y los equipos de producción. Queremos crear un intercambio de experiencias valioso para todos. Estoy seguro que así será porque conozco el profesionalismo y la entrega a este proyecto por parte de Artistas del Acero. Es de verdad un lujo lo que hacen ellos en Chile. Aunque no es la primera vez, me siento ansioso y estoy seguro que haremos con los jóvenes músicos de la región del Biobío un gran trabajo. De eso no tengo dudas. En cuanto al repertorio prefiero que sea por ahora una sorpresa.
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- ¿Puedes hablarnos de tu experiencia dirigiendo orquestas en diferentes países y cómo esto influye en tu trabajo actual?
Dirigir en diferentes países me ha permitido adaptarme a diversas culturas y estilos de trabajo. Cada experiencia me ha enseñado algo nuevo y me ha ayudado a crecer como director. Esta diversidad de experiencias me permite traer nuevas ideas y enfoques a cada proyecto en el que participo. La experiencia siempre es riquísima y uno no deja de aprender nunca. Eso es muy importante porque te das cuenta que en todos los lugares hay cosas que siempre te sorprenden.
- ¿Qué importancia tiene la formación musical temprana en el desarrollo de los jóvenes?
La formación musical temprana es crucial. No solo desarrolla habilidades musicales, sino que también mejora el rendimiento en otras áreas como las ciencias y aporta la sociabilidad de los jóvenes. Se trata de un proceso integral que forma ciudadanos comprometidos con la cultura y el arte, pero que también desde la propia sensibilidad de la música te hace crecer como ser humano. Cuando un niño toma un instrumento y se enamora de la música nunca más la abandona. Se convierte en un ser humano más integral y sensible a la belleza que tanto nos hace falta.
- ¿Cuál es tu visión para el futuro de la música clásica en América Latina?
Mi visión es una América Latina unida por la música, con más orquestas juveniles y proyectos educativos que permitan a los jóvenes desarrollar su talento y amor por la música. La música debe ser una herramienta para la cohesión social y el desarrollo cultural en nuestra región. En ese sentido mi visión es integradora porque estoy convencido que el arte y la música no tiene fronteras.
- ¿Qué mensaje le darías a los jóvenes músicos chilenos y a aquellos que forman parte del proyecto en Biobío?
Chile es un país muy musical, y lo que pasa en Biobío es una consecuencia de la oportunidad que han tenido. Les diría que sigan estudiando y trabajando, pero lo más importante es que tomen conciencia de que son parte de un proyecto que es un ejemplo para el país y que tiene una importancia histórica. Esta generación de jóvenes no olvidará esto nunca.