La comedia recién estrenada del cineasta nacional Bernardo Quesney transcurre en la ciudad de San Felipe, en el valle de Aconcagua. Allí se encuentran las hermanas Martínez, Gioconda (Amparo Noguera) y Atenea (Catalina Saavedra). Gioconda, mujer de la elite y de la farándula, decide montar La Araucana de Alonso de Ercilla con un grupo de teatro de San Felipe. Al fin, involucra a su hermana Atenea en la ejecución de la obra.

[Te puede interesar] Gobierno de Israel ha provocado la muerte de más de 36.700 personas: La mayoría son niños

No pueden ser más distintas las hermanas. Son arquetipos contrapuestos de la sociedad chilena. Gioconda está relacionada con ambientes capitalinos, obsesionada con la idea de hacer hablar a Ercilla. Como un afán de ponerse seria después de hacerse famosa como humorista en la tele pinochetista.

Atenea es todo lo contrario. Una mujer de ñeque comprometida con la cultura y el arte popular y local. El caso es que ambas enganchan con la época y el libro fundacional del tiempo colonial de Chile, esa historia obstinada y agotada que se inició con la Europa renacentista del siglo XVI. Entonces se instaló el belicismo y la cultura europeas contra los Mapuche. Donde hoy los indígenas aparecen reemplazados por actores haitianos. No por casualidad.

El ambiente, al fin de cuentas, continúa siendo característicamente colonial.

El estilo de vida en San Felipe lo deja ver. Una ciudad que vela un cierto racismo provinciano típico del coloniaje. Desde el escudo de la ciudad, con la armadura de un conquistador. Los haitianos son tratados como seres otros, advenedizos, manos de obra a disposición de los blancos.

Recuerdo haber estado una temporada en esa ciudad con motivo de escribir la biografía del obispo Enrique Alvear, un hombre que revolucionó la iglesia local con su opción por los pobres en la década de 1960. El mundo oficial, incluido el clero, nunca quiso hablar mucho ni con entusiasmo del obispo. Ese estilo colonial, ¿se reproduce en el tiempo?

Este año estuve en Putaendo y vi las protestas callejeras contra el extractivismo minero. “Las mineras tienen el agua: empresarios te roban la vida”. “El agua es la sangre de la tierra. No permitiremos que nos roben la vida”. “No a minera Vizcachitas. Queremos parque andino”. En ese ambiente colonial se reproduce el texto de Ercilla.

[Te puede interesar] La cantinflada de Fiscalía que dejó libre a peligrosos miembros del Tren de Aragua: "Ehhhh"

Los actores haitianos, como nuevos mapuches, despotrican entusiasmados contra las injusticias del momento. Se oyen muy bien sus reclamos en su castellano a medias. Atenea, la hermana con ñeque, no tiene pelos en la lengua para denunciar el deterioro cultural, artístico y humano de la región, en una escena inolvidable, quizás la más lograda de la película.

Probablemente el símbolo colonial más increíble en la ciudad de San Felipe, mostrada en "Historia y geografía", sea el monumento público a Gabriela Mistral. Allí la efigie de la poeta no está. Sencillamente no existe. ¿Se la robaron? ¿Quién la secuestró? ¿Quién sabe? Gabriela Mistral fue la fervorosa crítica del abuso colonial, la defensora ardiente de las comunidades indígenas y campesinas.

Ella no habla desde el lenguaje europeo y masculino, sino desde el clamor encendido que viene de la sangre de la tierra. Mujer nacida en los cerros, las vegetaciones y las aguas de los Andes. Son imborrables las interpelaciones de Gabriela al autor de La Araucana. Ercilla pasó de largo de la naturaleza, no entendió a las mujeres indígenas de Chile.

“Don Alonso de Ercilla cometió tres dislates, para mí enormes, en su poema de La Araucana, libro que dicho sea de paso yo le agradezco mucho. Uno de ellos fue crearnos una india falsa en la Fresia. La Fresia, la mujer de Caupolicán, es una especie de Walkiria araucana, enteramente germánica […]. Segunda fabricación de Don Alonso de Ercilla: él le dio al araucano una talla enorme, una talla caucásica […]. Tercer error de La Araucana: lo más maravilloso que había que contar en ese poema, era la selva de Arauco. Don Alonso no la nombra para nada.” (Gabriela Mistral, Algunos elementos del folklore chileno, 1938).

[Te puede interesar] Pulsar 2024: Mon Laferte, Los Bunkers y el maestro Valentín Trujillo fueron protagonistas

"Historia y geografía" es una película inquietante, que no hay que dejar pasar. Abre muchas preguntas sobre nuestra idiosincrasia social y cultural profunda, nuestras taras y nuestros aciertos. Felicitaciones al agudo director sanfelipeño Bernardo Quesney, a las connotadas actrices chilenas, y a Roccío Silva, a cargo de la investigación histórica, destacada magíster de Historia por la Universidad de Santiago de Chile.