Desde hace un par de semanas, estamos viendo un nuevo despliegue del referente de ultraderecha, José Antonio Kast (Partido Republicano), quien tanto en Europa como en nuestro país, ha extremado su discurso contra el Presidente Gabriel Boric, a quien incluso llegó a catalogar de "travesti político".

Qué hay detrás de esta embestida del ultraderechista, es lo que conversamos con el historiador Cristián Pérez, quien asegura que "Kast, lo que está haciendo es reafirmar su electorado de derecha, es probable que hayan leído que una parte de su electorado está mirando hacia posiciones más de centro, ese discurso puede apuntar hacia eso, a mantener ese electorado, a fijar una posición bien dura, muy dura contra el gobierno".

Lo anterior, complementa, "con un lenguaje bien inaceptable para los chilenos, este lenguaje que está usando Javier Milei, de atacar y denostar a sus contrincantes".

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"Kast se ha mostrado como poco demócrata en estas últimas declaraciones, ha perdido fuerza como un hombre de Estado, un hombre demócrata que debería darle a todos quienes vivimos aquí, iguales posibilidades", agrega Pérez al tiempo que sostiene que "ese discurso lo aleja muchísimo del centro, pero reafirma su electorado más duro".

Sin embargo, dice, "no sabemos qué piensan los cinco o seis millones de personas que viven en los barrios, cómo les cae esto".

"No sabemos hasta dónde podría llegar"

"¿Les cae bien porque ataca al gobierno o ataca a la delincuencia, o lo comienzan a ver como alguien que se está extralimitando y desprestigiando al país? Porque hacer estas declaraciones fuera, hablando mal del presidente de turno, pueden ser leídas también de ese modo", sostiene nuestro entrevistado respecto de la apuesta de quien busca llegar a La Moneda en las presidenciales del 2025.

Según Pérez, "hay que esperar para saber cuál es la estrategia, en qué está (Kast), pero el objetivo es interno, reafirmar esta postura de derecha diferenciada claramente de Evelyn Matthei".

"Estaba en Europa y habló mal. Y luego con estas declaraciones pensadas y repensadas en El Mercurio (el domingo último), esto debería estar planeado, forma parte de una estrategia para retener ese electorado más de derecha, más nacionalista que probablemente ellos ven, o han medido que se está yendo hacia la centroderecha, hacia Evelyn Matthei", dice apuntando también a un despliegue del Partido Republicano en línea con las declaraciones que su referente hizo fuera de Chile en una convención de ultraderecha, y su posterior ratificación en el diario de circulación nacional.

Para el historiador, independientemente de que "no sabemos hasta dónde podría llegar", lo que hace el ultraderechista "es un ejercicio bien audaz y bien peligroso, porque deslegitimar a los contrincantes rebaja la democracia".

"Y cuando rebajas la democracia, lo único que te queda es la dictadura, quizás Kast esté pensando en eso, en un gobierno más autoritario, más de fuerza, por eso siempre este empeño de poner contra el gobierno a las Fuerza Armadas", cuestiona.

"Deben estar midiendo"

"Por eso estos llamados que aparecen de que el Partido Republicano y Kast defienden a los militares (...), aparecería como que el gobierno no los defiende, pero no tenemos certeza de esto, son hipótesis", complementa.

"Lo cierto es que ellos deben estar midiendo, tienen encuestas y focus group. Imagino que a su electorado le cae bien, porque es un electorado que está esperando estos discursos de fuerza. Cuánto es el electorado es el problema, ¿eso te da para tener mayoría o no?", reflexiona.

"Y cómo lo van a leer en aquellas comunas donde por los candidatos republicanos pierdan los candidatos de centroderecha y gane la izquierda, no sabemos... Esto no es al azar y algo quieren decir, para mí es reafirmar al electorado de derecha", recalca luego.

Por qué cataloga la embestida de Kast como "una jugada muy audaz y muy peligrosa", es algo que Pérez contesta argumentando que "cuando desde la política se deslegitima la democracia. y la gente comienza a leer estos discursos y comienza a pensar que la democracia no es la mejor manera de vivir, lo único que queda es la dictadura, por eso es peligroso".

"Porque la democracia tiene mil problemas, pero sigue siendo democracia, sigue habiendo Estado de Derecho, siguen habiendo instrumentos que le permitan a los más débiles defenderse de los poderosos, cuando eso se termina, entonces quienes más sufren son los sectores más postergados, por eso es un juego audaz, pero un poco peligroso que demostraría que Kast no es tan demócrata como él dice", concluye.

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