El 23 de julio de 2015, César Méndez Díaz, un trabajador de 59 años, estaba llevando a cabo tareas de limpieza en el aserradero ubicado en el sector Puile, los Ciruelos.

Durante su jornada, ocurrió un trágico accidente: César quedó atrapado en una cinta transportadora, lo que provocó una compresión de su cuerpo y le causó asfixia por compresión torácica, llevando a su fallecimiento.

Después de años de incertidumbre y procesos complicados en los tribunales, la Corte Suprema ha dado finalmente un fallo.

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La empresa donde trabajaba César, Inmobiliaria e Inversiones Hales y Becker Ltda., ha sido condenada a pagar $110.000.000 por el daño emocional que causaron con su negligencia.

El tribunal superior encontró errores en cómo se manejaron las cosas en juicios anteriores y decidió que la familia tenía razón.

Explicaron que, aunque la empresa trató de decir que ya era muy tarde para pedir dinero por el accidente, la familia había hecho todo correctamente para mantener su caso activo.

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Así, la Corte confirmó que no se debe ignorar el reclamo de la familia y ordenó a la empresa pagar una compensación.

Esta decisión significa mucho para Jovita del Carmen Jara Manquecoz, la viuda de César, y sus hijos, Marco Antonio y César Alejandro.

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