De las Alamedas a los barrios: Los desafíos del Frente Amplio en la elección municipal
El Frente Amplio se constituye como coalición política el año 2017 por diferentes fuerzas que, provenientes del movimiento estudiantil, feminista, mejores pensiones y otras luchas sociales, lograron dar un salto hacia la vereda institucional con el objetivo de poder materializar, a través del congreso y vía reformas, las demandas que se alzaron en las calles.
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Importante para este desarrollo fue el rol de Beatriz Sánchez, quien alcanzó el tercer lugar en la presencial del año 2017 con un 20,27% de las preferencias. Sin embargo, la llamada “parlamentarización del FA” producto de su constitución como bancada evidenció las dificultades de los cambios sólo por “arriba” y la importancia de construir también “desde abajo” en los barrios y poblaciones.
El año 2021 y de la mano del presidente Gabriel Boric Font, esta coalición llegó a ser gobierno, con una velocidad que pocos imaginaban posible. De este modo, la tarea de gobernar abre la pregunta de cómo construir un proyecto político de izquierdas en el siglo XXI, que sea capaz de responder a las urgencias sociales desde las instituciones y, además, enraizarse a nivel territorial, para que los cambios sean sostenibles en el tiempo y tengan como protagonistas a quienes, con urgencia, requieren de ellos.
La mejor manera de decir es hacer
La desconfianza hacia las instituciones y el rechazo hacia los partidos políticos son parte de las condiciones de entrada que asume el FA a la hora de constituirse en una sola fuerza. En ese sentido, uno de los principales desafíos de la política que impulsa el Frente Amplio hace alusión a revitalizar el valor de la política como una herramienta útil para mejorar la vida de Chile y sus habitantes.
Comprendiendo a los municipios como la primera puerta de entrada que tiene la ciudadanía con el Estado, esta elección municipal es clave para hacer de la escala local un espacio para desplegar desde el municipalismo una estrategia política que permita mediante los hechos, restituir las confianzas dañadas. ¿Cómo hacerlo? Priorizando recursos, donde están las demandas vecinales y a través de la resolución efectiva de problemáticas que otorga una buena gestión pública.
Revalorizar lo público e impulsar la modernización del Estado
Porque entendemos que el sector privado en solitario es incapaz de procesar las demandas sociales, el Frente Amplio cree en lo público y reconoce como desafío permanente la modernización del Estado, para hacerlo más cercano a la ciudadanía.
Producto de la inequidad territorial sabemos que la gestión municipal está marcada por la precariedad, expresada en términos presupuestarios o diferencias abismales en las capacidades institucionales de los equipos que permiten apalancar recursos.
En ese sentido, los municipios tienen el valor y la legitimidad de convertirse en una institución pública de carácter colaborativo, que vincula los diferentes niveles del Estado, articula con el mundo privado y dialoga permanentemente con la sociedad civil y promueve la innovación en sus procesos e infraestructuras.
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El desafío de conectar vecinos y vecinas de sectores populares
Esta elección municipal estará cruzada por las implicancias que el voto obligatorio tendrá en los resultados y donde las últimas elecciones asociadas al proceso constitucional -de lado y lado- confirman la relevancia histórica que los vecinos y vecinas residentes en sectores populares cumplen en la toma de decisiones del país.
En su reciente trabajo, Kathya Araujo reconoce una paradoja. En Chile, “hay grados de politización muy altos en la población, en los sectores populares principalmente, pero sin identificación con la política institucional”.
De este modo, para avanzar en mayor justicia territorial es clave insertarse a nivel barrial, disputar organizaciones sociales, empatizar con las necesidades y anhelos de personas que residen en sectores estigmatizados y/o comunas con alta vulnerabilidad social e invitarlos a ser parte e incidir en el desarrollo de la comuna de la cual se han sentido al margen.
Primero, para que comprendan la relevancia de la elección municipal en el progreso inmediato de sus condiciones de vida (mejor atención en salud, calidad en la infraestructura de la educación, áreas verdes o iluminación) y, segundo, para facilitar la organización en aquellas áreas o temas que les movilizan (Comités de Seguridad, Asociaciones de Emprendedores o Cuidadoras). Se deben sentir protagonistas de un proyecto que busca hacer avanzar el bien común.
De referentes municipales particulares a proyectos municipalistas colectivos
Las últimas encuestas de opinión, vía Cadem, reconocen al alcalde Tomás Vodanovic de Maipú o la alcaldesa Macarena Ripamonti de Viña del Mar, dentro de las llamadas “figuras políticas” mejor valoradas de la centro-izquierda.
Su capacidad de ofrecer un orden justo, democrático e igualitario, a través de la escucha activa de los habitantes de sus comunas y el trabajo en terreno, son quizás sus principales virtudes. Sin embargo, es importante que los proyectos políticos no vivan sólo de individuos y, en ello, la sistematización de experiencias y buenas prácticas a nivel municipal es imprescindible, para que proyectos y gestiones de nuestros referentes políticos se conviertan en sellos que todo municipio de carácter transformador debería impulsar.
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Finalmente, es importante considerar que hoy el Frente Amplio gobierna, a través de los 12 municipios que lidera, a 2,4 millones de chilenos y chilenas. Este 2024, el nuevo partido del Frente Amplio tiene una oportunidad para convertirse en puente social y aportar en la reconstrucción de confianzas, aumentar su presencia a nivel territorial desde centros urbanos a rurales, diversificar liderazgos y aumentar su presencia en zonas populares ¿Por qué hacerlo? Porque vivir mejor no sólo es urgente, sino que el Frente Amplio ha demostrado que es posible.