Reglamento Sanitario de los Alimentos: El apoyo que necesitan celiacos para tratamiento
Chile enfrenta un panorama desafiante en cuanto a la enfermedad celíaca, una condición cada vez más prevalente que afecta a aproximadamente el 1% de la población mundial.
En el país, se estima que entre 0,6% y 0,8% de los chilenos viven con esta patología, lo que representa alrededor de 150 mil personas.
Sin embargo, según Magdalena Araya, Profesora Titular del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, estos números podrían estar subestimados debido a un alto índice de subdiagnóstico.
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La enfermedad celíaca se caracteriza por una reacción autoinmune al gluten, presente en cereales como el trigo, el centeno y la cebada, que provoca inflamación en el intestino y deterioro en la absorción de nutrientes.
Esta condición puede manifestarse con síntomas como diarrea, dolor abdominal, fatiga y pérdida de peso involuntaria, entre otros.
A pesar de los avances legislativos, como la ley 21.362 que busca mejorar el etiquetado de los alimentos para personas celíacas, aún hay desafíos importantes en su implementación y en la regulación efectiva de los alimentos libres de gluten.
La normativa vigente también incluye medidas para incrementar la conciencia sobre la enfermedad en los entornos educativos, aunque su aplicación práctica ha sido limitada.
Un problema particularmente crítico es el elevado costo de los alimentos sin gluten, que puede ser hasta el doble que el de una canasta regular, según un estudio del INTA y Coacel.
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Esto afecta principalmente a las familias de ingresos más bajos y se agrava por la baja calidad nutricional de estos productos, que a menudo tienen más grasa y menos proteínas.
Para mejorar la situación de quienes sufren de enfermedad celíaca en Chile, la doctora Araya aboga por una mayor fiscalización estatal de los productos sin gluten y la inclusión de la comunidad celíaca en programas de apoyo y subvenciones que faciliten el acceso económico a una dieta adecuada.
Además, subraya la necesidad de avanzar en el diagnóstico y tratamiento oportuno de esta enfermedad, con el fin de mejorar la calidad de vida de los afectados y evitar complicaciones a largo plazo.
Este enfoque integral no solo beneficiaría a quienes viven con enfermedad celíaca, sino que también serviría como modelo para el manejo de otras enfermedades crónicas en Chile, promoviendo un enfoque más inclusivo y equitativo en el cuidado de la salud.