El 1 de mayo se celebró el Día del Trabajador, pero más que hablar del trabajo solamente me gustaría ampliar la mirada, hablar de aquello que permite que exista trabajo, el desarrollo. Si no existe un desarrollo a nivel país no podríamos crear más puestos de empleo, bajarían los sueldos y las condiciones materiales también se verían afectadas negativamente, con un sinfín más de consecuencias.

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Lo peor es que no solamente debemos cuidar el desarrollo, sino que hacer que este sea sostenible, o eventualmente el desarrollo se acaba. Justamente desde el lunes 15 al viernes 19 la Cepal realizó en Chile el Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible 2024, buscando el Seguimiento Regional de la Agenda 2030, acogiendo a múltiples autoridades de la región.

En este Foro se hace un seguimiento a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por lo que es una instancia clave para analizar el estado actual de la región de América Latina y el Caribe.

Una región que realmente está con diversos problemas en su búsqueda del desarrollo sostenible. Partamos por una caracterización importante, según José Manuel Salazar, Secretario General de la Cepal, la región vive “una dinámica de bajo crecimiento”, caracterizada por tres “trampas”:

• Trampa de crecimiento económico bajo, volátil, excluyente y no sostenible.
• Trampa de alta desigualdad y baja movilidad y cohesión sociales.
• Trampa de baja capacidad institucional y de gobernanza poco efectiva.

Estas tres características han provocado que América Latina y El Caribe posean una brecha de productividad enorme en comparación con el mundo, algo que antes no sucedía de forma tan evidente. Imagínense, 57 años de una histórica alta tasa de crecimiento del PIB, pero que durante los años ha ido a la baja; 5.5% entre 1951-1979; 2.7% entre 1980 y 2008; y actualmente se encuentra en un crecimiento a nivel regional de solamente 1.6% del PIB.

Todo este panorama obviamente afecta en nuestro camino hacia el desarrollo sostenible, lo cual se puede ver reflejado en los intentos de llegar a las metas de desarrollo sostenible para el 2030: 22% de las metas se han alcanzado, un 46% parecen avanzar demasiado lento para cumplirse y un 32% se aleja totalmente de la meta.

Es importante pensar que este bajo crecimiento no es solo una baja productividad, también se ve afectado por otras dinámicas y áreas relacionadas las cuales, si bien son diversas entre sí, tienen en común que si no se potencian evitan alcanzar un desarrollo sostenible.

De hecho, cuando vemos los mayores problemas de la región estos son bastante diferentes a lo que uno piensa. Pensando en que las peores áreas de los ODS son: el objetivo 6, gestión sostenible del agua, el 10, reducción de la desigualdad, el 11, asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, y por último el 13, medidas contra los efectos del cambio climático.

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Todos estos afectan nuestras posibilidades de seguir desarrollándonos de forma sostenible, y es importante entender esto de forma integral, ya que es un todo que nos permite potenciar el desarrollo, y por tanto, el empleo. No es solamente fortalecer un crecimiento económico descontrolado en el que producir abarque todas nuestras preocupaciones. Un ejemplo es que entre 2014 y 2022 en diversos países de la región se observó una reducción moderada de la pobreza, y las medidas de redistribución del ingreso desempeñaron un papel principal en esa reducción.

Otro problema central que abarca a todos los ODS es el bajo financiamiento, pero no por falta de recursos. En el mismo foro se explicó que en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe existe un amplio margen para fortalecer la carga tributaria, estando la discusión activa en muchos países, incluido Chile.

Ahí claramente falta voluntad política, y se debe fortalecer esta carga tributaria para llegar a alcanzar los ODS. Se debe relevar la importancia de invertir en un desarrollo sostenible, pues no podemos dejar de financiar este tipo de políticas.

Todo aspecto laboral se ve comprometido, estos problemas evitan el desarrollo y sin desarrollo no generamos empleo. Esto tiene consecuencias nefastas, no solo nos está costando mucho mantener nuestro nivel de desarrollo actualmente, sino que deberíamos estar avanzando, para así entregar más empleos y mejor calidad de vida.

Esto se evidencia en indicadores, como por ejemplo la pobreza, la cual se mantiene alta, según datos de la Cepal la pobreza extrema alcanzaría el 11,4% a nivel regional, cifra nefasta si queremos mejorar nuestras condiciones materiales.

Es importante entonces la voluntad política, los recursos están, pero se deben de liberar. Se debe potenciar el crecimiento económico de forma sostenible y esto se puede lograr a través de medidas redistributivas, pues no existe un avance si avanzan unos pocos.

Debemos potenciar otras áreas, si no luchamos contra el cambio climático, por ejemplo, se gasta más en medidas de reparación. Si no aportamos financiamiento a tener asentamientos humanos inclusivos y seguros probablemente será más difícil tener una gobernabilidad decente, vendrán manifestaciones y será difícil potenciar un empleo seguro.

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Pensando en el trabajador, intentemos potenciar los ODS. Sin ellos llegaremos al 2030 más atrasados en comparación a muchas otras regiones del mundo. Mejoremos estos indicadores para el trabajador. Para que pueda trabajar tranquilo y con una mejor calidad de vida por delante.