Senador Bianchi (IND): “El gobierno de Boric es la continuidad del de Piñera”
El senador independiente por Magallanes Karim Bianchi cree que el gobierno del Presidente Gariel Boric no dejará ningún legado. Peor aún, sostiene que esta administración es “la continuidad del gobierno de Piñera”.
Según Bianchi, “llevamos tres administraciones que las maneja Twitter (...) Cuando alguien gobierna, lo hace al costo que sea. Y los últimos presidentes no han sido gobernantes, han sido administradores”.
Además, sobre el proyecto que presentó esta semana para terminar con el financiamiento estatal a los partidos, comenta que “la actividad partidaria se transformó en un negocio” y enfatiza en que los militantes deberían financiar a sus partidos.
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—¿Por qué presenta este proyecto para terminar con el financiamiento estatal a los partidos políticos?
Lo primero que hay que entender es que la ciudadanía es la que financia a los partidos políticos, lo que es paradójico porque existe una mala apreciación de los partidos, pero al mismo tiempo la gente los financia y no lo sabe. Cuando estalla el caso Penta el 2016 se modifica la ley para que los partidos dejen de recibir estos aportes irregulares por parte de las empresas, pero el Estado debió hacerse cargo del financiamiento por vía directa y devolución de los votos.
Lo que sostiene este proyecto es que la devolución de los votos es algo ilegítimo y que funciona mal, porque el mecanismo opera cuando el candidato es electo, lo que permite que se puedan emitir facturas una vez terminada la campaña y así cuadrar los votos con el gasto. Y ese gasto que hace el Estado es bastante cuantioso: se proyecta que este 2024 los partidos van a recibir 70.000 millones de pesos. Eso es más que el Paco Gate o lo que implica el Caso Fundaciones.
—¿Pero ese dinero no cumple el fin de hacer funcionar a la política?
Es necesario preguntarse en qué se están ocupando esos recursos. Los partidos ocupan ese dinero en compra de sedes o de activos, lo utilizan en solicitudes de informes encargados a sus mismos centros de pensamiento que en algunos casos son de una sola hoja y con copy-paste. Al fin y al cabo esos recursos se ocupan para ser la caja pagadora de militantes que no fueron electos. No es que ocupen las platas en ayudas sociales o ayuden en emergencias.
Esta semana me odiaron por presentar el proyecto, pero me decían “tienes razón”. Lo que ha pasado en estos años es que los partidos van creciendo y hay cada vez más candidatos porque la actividad partidaria se transformó en un negocio.
—Y si no se financian a través del aporte del Estado, ¿cómo deberían financiarse los partidos?
Lo que proponemos es que se financien con su devolución de sus votos. Es decir, con lo que realmente pesa un partido político. Porque si un partido político no tiene votos, bueno, tendrá que desaparecer. Y por otra parte, que los militantes colaboren, como se hacía antes, pero con limitantes. Lo importante es que no venga Penta y done un millón de dólares a la UDI.
—¿No cree que en caso de que el proyecto vea la luz se incentive el financiamiento irregular de la política como se vio hace algunos años?
La clave para que no ocurra eso son dos términos que suenan similar: militante y limitante. Si te gusta estar en un partido, perfecto, debes financiar, pero con un tope que sea razonable.
—Usted mencionaba que a sus pares no les gustaba el proyecto. Probablemente no tenga los votos, ¿es un saludo a la bandera esta iniciativa?
La bandera la uso para izarla, jamás para saludarla. He hecho proyectos que me han dicho que no hay agua en la piscina y salen igual. Yo soy el autor de los proyectos de retiro, cuando nadie pensaba que podían aprobarse. Además, hay iniciativas que uno puede presentar que no tengan respaldo, pero con el tiempo vayan instalándose y haciéndole sentido a la gente.
Puede que el proyecta no tenga los votos, pero en la medida que se hable de esto en los medios y que hayan voces en el Congreso ponga en la palestra esta discusión, se van abriendo espacios para cuestionar, y los partidos tendrán que dar explicaciones en qué gastan los recursos o por qué no regulamos.
—Este proyecto que usted presenta se cruza con otra discusión que pone el foco en el sistema político, ¿ve con buenos ojos una reforma al sistema en los términos que, por ejemplo, se discutió en los procesos constitucionales?
Sinceramente no creo que avance mucho. Porque ya las cosas están acomodadas. Me parece bien lo del umbral del 5% de representatividad para que los partidos estén representados en el Congreso. Ahora bien, como independiente, eso no es viable, porque tendría que tener el 5% de los votos a nivel país. En la pasada elección obtuve el 50% de los votos en Magallanes, y eso no me hubiera bastado para ser electo con el umbral del 5%. Entonces hay que ajustar bien el tema de los porcentajes.
—¿Qué otro aspecto cree que hay que modificar en el sistema político?
Lo que hay que acabar es el modelo de arrastre. La política la hemos complejizado y es mucho más simple. Un niño es más sabio y más práctico cuando elige un presidente de curso. La mayoría gana. Yo creo que la única reforma al sistema político necesaria es que las mayorías individuales ganen, como es en la elección de gobernadores o alcaldes. A mí me parece que esa es la fórmula.
—¿Y la atomización de fuerzas políticas? ¿No cree que la dispersión genera ingobernabilidad en el Congreso?
La ingobernabilidad le genera la incapacidad de presentar buenos proyectos. Las iniciativas que se presenten deben ser lo suficientemente buenas para convencer a alguien que piense de una u otra manera.
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—Pero en la reforma previsional, por ejemplo, el gobierno presentó una fórmula de distribución de 3-3, la misma que Piñera, y aún así la derecha lo rechazó. ¿Ese no es un signo de que el Congreso se preocupa más de posiciones políticas que del fondo de los proyectos?
Eso pasa por un error estratégico del gobierno. Porque el gobierno no ha dicho qué pensión va a tener la gente si hay un 3-3, un 4-2 o un 5-1. Nadie sabe porqué el proyecto de pensiones es bueno, porque es técnico. Entonces, si el gobierno le dijera a la gente cuanto aumentaría su pensión, obviamente tendría el apoyo ciudadano.
Efectivamente han habido grupos de poder instalados acá en el Congreso, y no solo las AFP. ¿Cómo controlamos? Diciéndole a la ciudadanía qué es lo que les conviene más y el gobierno nunca ha sido capaz de explicar el proyecto. Lo que uno ve en la prensa es que la ministra Jara está tratando de convencer, negociar, ganar votos para la reforma, pero nunca he escuchado a la ministra convenciendo a la ciudadanía.
—¿Entonces está de acuerdo con el llamado del senador Núñez a ejercer la presión social para sacar adelante los proyectos?
Más que la presión social, falta la información social. La presión social es algo que siempre va a estar instalado. Pero para que la gente presione, tiene que estar informada.
Creo que la frase del senador Núñez fue desafortunada por el tono, pero nunca me va a molestar la presión social. Siento que hay una mala percepción de la presión por lo que ocurrió en el estallido, pero creo que no hay que temerle a la voz de una ciudadanía informada. Pero sí creo que al país le falta calma.
—Hablando de la reforma de pensiones. ¿Le gusta el proyecto del gobierno que se está discutiendo ahora en el Senado?
Creo que es necesario hacerla, pero para mí es insuficiente lo que ha presentado el gobierno. El cambio debería ser más de fondo. Y creo que hay un primer gesto que el gobierno puede hacer y no ha hecho. Y es un tremendo error.
Cuando tú me preguntas la presión social, también existe la presión política. Y si el gobierno quisiera ejercer presión política, debería bajar la tasa de mortalidad de 110 a 85 años, con un seguro de sobrevivencia; eliminar los multifondos; y terminar con la norma que hace que las pérdidas las tenga el afiliado.
—¿Por decreto?
Por decreto. Primero las pensiones van a aumentar inmediatamente. La gente tendría un 20 por ciento más de pensión. Y eso me diría que realmente el Presidente tiene el coraje para hacer un cambio.
—¿Cómo proyecta los dos años que vienen de gobierno? ¿Ve posibilidad de sacar adelante las “reformas estructurales” que se comprometieron en campaña?
No le veo futuro a las reformas. Este gobierno es la continuidad del gobierno de Piñera. Y de Piñera es la continuidad del gobierno de Bachelet. En el sentido de que llevamos tres gobiernos, sin gobierno. Llevamos tres administraciones que las maneja Twitter; la contingencia. Cuando alguien gobierna, lo hace al costo que sea. Y los últimos presidentes no han sido gobernantes, han sido administradores.
Bajo ese contexto va a pasar lo que tenga que pasar, que es que las mayorías circunstanciales van a manejar las reformas. Creo que no va a haber ninguna reforma profunda, por lo que este gobierno va a ser uno sin ningún legado.