Hace unos días la Asociación Chilena de Ciencia Política (ACCP), el organismo gremial más importante de la disciplina en el país, hizo pública una carta haciendo un llamado urgente a reformar el sistema político chileno.

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La importancia y urgencia de la solicitada reforma se fundamentan en los críticos momentos de representación política y la alta fragmentación del sistema de partidos chileno. El sistema político es, en términos simples, la forma en que el país decide organizar el vínculo entre las instituciones democráticas y la ciudadanía.

En el fondo, el sistema político pretende establecer mecanismos de participación para que la democracia y la ciudadanía tengan un vínculo constante y activo: a través de partidos políticos, elecciones, inclusión, derechos, deberes y toda forma de participación política.

El punto crítico del sistema que ordena la participación política en nuestro país se centra en los dos puntos iniciales: la representación política está en un momento donde la ciudadanía no percibe una capacidad de incidencia en los procesos de toma de decisiones, sumado a que los partidos políticos no han sido capaces de representar las demandas ciudadanas.

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Lo anterior puede ser pensado en que cada vez son más los movimientos o partidos que pretenden representar ciertos sectores de la sociedad, inhibiendo posibilidades de consenso dentro del mismo sistema, y dividiéndolo cada vez más, imposibilitando voluntades de acuerdo frente a necesidades ciudadanas.

Con las falencias actuales que han quedado manifiestas tras los fallidos intentos por cambiar la constitución, el surgimiento de nuevos partidos y el desinterés político, el sistema seguirá quedando al debe al momento de entregar a la ciudadanía mecanismos efectivos para su participación y expresión política. Implicando un deterioro no solo en la forma en que los ciudadanos se involucran, sino que derechamente puede conllevar a no participar políticamente.

La reforma al sistema político no solo es necesaria, sino urgente. La capacidad de modificar nuestras instituciones democráticas dándoles mayor capacidad de respuesta rápida, de manera organizada, estructurada y eficaz, debe ser prioritaria.

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La misiva de la ACCP reivindica la importancia de entregar a la ciudadanía mecanismos efectivos para que las demandas sean escuchadas y resueltas, y es esa la razón primordial de perfeccionar el sistema político: que la ciudadanía incida y decida en la política chilena.