Un fantasma recorre el mundo y es el miedo a una guerra de escala global. Esto tras el aumento de las tensiones en Oriente Medio que ha alcanzado un nuevo punto crítico tras el ataque iraní a distintos objetivos estratégicos de Israel, como represalia al ataque del 1 de abril a su embajada en Damasco resultó que resultó en la muerte de varios altos destacamentos militares.

"Es un ataque calculado de alcance limitado que es básicamente una demostración de fuerza y de alguna manera resguardar el prestigio ante los partidos internos del régimen islamista y al mismo tiempo las milicias afines como Hezbollah en el Líbano o los Hutíes en Yemen", así define el ataque iraní el analista internacional de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda.

Ahora está por verse cómo reacciona Israel y si el debilitado gobierno de Benjamín Netanyahu opta por devolver el golpe, del que Estados Unidos dijo que no se haría parte, y escala el conflicto en Medio Oriente.

Debilidad de EEUU

A su vez, para el académico del Instituto de Estudios Avanzados de la USACH, Fernando Estenssoro, "queda en evidencia el paulatino pero permanente debilitamiento de Estados Unidos como la potencia dominante del orden mundial. Si bien el principal aliado estratégico de EEUU en la región es Israel y los norteamericanos son el garante de la seguridad nacional del Estado judío, el primer ministro Netanyahu ha hecho oídos sordos de las peticiones de Joe Biden para que termine o detenga el genocidio de la población palestina en la Franja de Gaza".

Es por esto que "Netanyahu al comportarse como “un niño rebelde” frente a la autoridad “paternal” que implica EE. UU, sólo demuestra que el presidente de EEUU. “reina, pero no gobierna”, o sea lo desautoriza y esto entrega señales de debilidad al orden internacional", agrega Estenssoro.

Un conflicto que EEUU intentó encapsular entre Israel y Hamás precisamente para evitar lo que ahora se puede desencadenar; una escalada regional que se sumaría al conflicto entre Rusia y Ucrania, y la tensión permanente entre China y Taiwán. Las piezas ya están dispuestas para lo que podría ser un conflicto que reconfigure el orden político global.

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China, Rusia, Irán y Corea del Norte

El panorama geopolítico actual presenta una compleja red de alianzas y tensiones, particularmente en Asia. Por un lado, existe una creciente coordinación entre potencias como China, Rusia, Irán y Corea del Norte.

A pesar de que parte del territorio ruso se encuentra en Europa, su alineación geopolítica se inclina hacia los regímenes autoritarios de ese continente. Incluso, Rusia recibe apoyo militar de Irán y Corea del Norte, así como respaldo económico y político de China, que ve cualquier debilitamiento del Kremlin como una amenaza a sus intereses, temiendo que una victoria de las democracias pueda ser perjudicial para su propia estabilidad.

"China, Rusia e Irán están por un mundo en lo político más multipolar. Pero evidentemente China en lo económico aprendió a nadar en el capitalismo. Y después de aprender a nadar se ha beneficiado. Entonces evidentemente este gigante asiático no se siente completamente perjudicado por el orden económico, pero sí quiere hacer modificaciones en el campo político. Eso es diferente en el caso de Rusia y de Irán, que son estados revisionistas del orden internacional y están a favor del multipolarismo en forma mucho más clara y nítida. Y eso está en contra del sistema multilateral político que ha hecho el progreso de Estados Unidos", agrega Gilberto Aranda.

EEUU, por su parte, ha acusado a China de proveer a Rusia con tecnología militar avanzada, incluyendo motores para drones y misiles de crucero, así como maquinaria para la producción de misiles balísticos. Aunque no existen tratados formales de defensa mutua entre estos países, si pareciera haber un cierre de filas que refleja una estrategia coordinada.

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Occidente

En contraste, alrededor de esta conexión asiática, se delinean las alianzas de potencias occidentales lideradas por Estados Unidos, que actúa como un puente entre Europa —con socios de la OTAN y la UE— y la región de Asia-Pacífico, con aliados como Japón, Corea del Sur y Australia. Estados Unidos está fortaleciendo sus lazos con estos aliados, reforzando tratados existentes e impulsando nuevas iniciativas como el Aukus -alianza estratégica militar entre tres países de la anglo esfera: Australia, Reino Unido y Estados Unidos-.

Ahí cae la pregunta de que si "¿será capaz la OTAN de sostener dos frentes al mismo tiempo? Porque alimentar a dos proxys, a los estados que de alguna manera están en relación con Occidente, con armamento requiere de muchos recursos. ¿Será capaz de sostener dos frentes de manera indirecta, como lo ha hecho con Ucrania? ¿Podría agregar otro frente de Israel contra Irán?", se interroga el analista internacional de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, ante la posibilidad de una escalada en Oriente Medio.

Frente en Asia-Pacífico

En este contexto, es crucial considerar el riesgo de que se abra un tercer frente en Asia- Pacífico. China mantiene varias disputas territoriales con sus vecinos y aspira a la reunificación con Taiwán.

"China está mirando como Estados Unidos defiende a sus aliados, porque de eso va a depender de una futura campaña sobre Taiwán. En la medida que exista un Occidente unido y decidido a tomar cartas en el asunto que afectan a sus socios habrá algún grado de reflexión en China respecto al momento y la oportunidad, a diferencia de que los vean desunidos pues ahí los tiempos se van a ir acotando, adelantando. Todo eso es parte de esa variable", cierra el analista Gilberto Aranda.

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