Momentos antes de que miles de milicianos de Hamás penetraran en Israel el pasado sábado 7 de octubre, la inteligencia israelí detectó actividades inusuales en algunos de los militantes de la organización militar y política palestina sobre los cuales ejercían vigilancia, informó el NY Times, según dos fuentes de alta inteligencia israelita.

Lo que sucede desde ahí entra en una nebulosa. Los guardias que detectaron la actividad inusual dieron la alerta a los militares que resguardaban la Franja de Gaza, aunque ninguno de ellos se dio por enterado. Sin que se sepa aún si no leyeron la alerta o simplemente no les llegó.

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Tormenta Al-Aqsa

En ese momento, la operación de Hamás "Tormenta Al-Aqsa", llamada así por la mezquita ubicada en Jerusalén, centro de disputas entre judíos y musulmanes, ya estaba en marcha.

A 50 años del ataque más importante registrado hasta ahora, la Guerra del Yom Kipur, donde las naciones árabes de Oriente Próximo atacaron al naciente estado de Israel, en el día sagrado para los judíos.

Misma estrategia que ocupó Hamás este 7 de octubre; atacar en el sabbat, otro día sagrado para israelitas, cuando se reúnen con amigos y familiares, asisten a la sinagoga o se dedican a la reflexión espiritual.

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Drones y parapentes motorizados

Mientras muchos israelís dormían, drones manejados por el grupo que controla Gaza desactivaron las estaciones de comunicaciones y las torres de vigilancia alrededor del muro que los divide con Israel.

Incluso, las aeronaves teledirigidas por Hamás destruyeron ametralladoras controladas de forma remota por los israelís. Esa operación facilitó el paso de miles de palestinos por las grietas del muro que los separa con Israel.

En consideración que en las Marchas del Retorno de 2018 y 2019, tiradores del ejército israelí mataron a más 300 palestinos que se congregaron en multitudinarias protestas cerca de la valla.

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Ahí empiezan las imágenes que dieron la vuelta al mundo. Una retroexcavadora que destruía la reja que separaba ambos territorios. Y la más impactante de todas, mientras Hamás lanzaba 7.000 cohetes - 3.000 según Israel- que eran replegados por el Domo de Hierro, cientos de milicianos entraban por aire, a baja altura, gracias a la ayuda de parapentes motorizados. Otros cuantos ingresaron a Israel por el Mar Mediterráneo.

Asesinando a su paso a civiles, policías y militares; como si no entraran a un país con el segundo mayor gasto militar per cápita del mundo, con $2.769 mil dólares, solo después de Qatar, según datos del 2021 de la Stockholm International Peace Research Institute.

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Luego, la masacre del Festival Supernova, que según las últimas informaciones terminó con 260 personas, en su mayoría jóvenes, asesinadas. Mientras miles de milicianos tomaban las ciudades fronterizas a la Franja de Gaza.

Ahí salta a la luz la pregunta de cómo el Mossad, una de las inteligencias más importantes del mundo, pudo permitir un ataque así.

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Mossad

1972, el grupo terrorista palestino Septiembre Negro secuestro y asesinó a 11 atletas judíos que se disponían a participar de los Juegos Olímpicos de Berlín. El servicio secreto israelí, Mossad, fue autorizado para desplegar la Operación Cólera de Dios. El objetivo: asesinar a todos los responsables de la matanza. Una historia que fue llevada al cine por Steven Spielberg en Munich (2005).

Años antes, en 1960, el Mossad realizó la Operación Garibaldi, que tenía como objetivo secuestrar y llevar ante la justicia al miembro del régimen nazi y creador de la Solución Final, Adolf Eichmann, quien se encontraba oculto en Buenos Aires con un pasaporte falso.

Así creció el mito del Mossad como la inteligencia más poderosa del planeta, con miles de agentes desplegados por el mundo, lo que hacía incomprensible un ataque sorpresa de este tipo contra la población israelí.

Aunque para ser rigurosos, el encargado de la seguridad al interior de Israel y los sectores palestinos es el Shin Bet, cuyo lema es "Defensor Invisible” y Aman, el servicio de inteligencia militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

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Fallos en la inteligencia israelí

Ami Ayalon, director del Shin Bet durante 1990 y 1995, a pesar de no tener información de primer nivel para explicar el fallo de inteligencia, tiene una teoría clara sobre lo que propició el ataque.

“La mayor parte de la inteligencia que tenemos actualmente de Gaza es lo que llamamos SIGINT. Se basa en la interceptación de señales, ya sea teléfonos, internet... El enemigo lo sabe. Los líderes de Hamás ya participaron siendo niños en la primera y la segunda intifada y saben planear acciones sin utilizar teléfonos ni internet. Los estados no pueden hacerlo. A los grandes ejércitos les cuesta mucho. Las organizaciones terroristas, especialmente cuando tienen jerarquías muy claras como Hamás, sí”, detalló al medio español, La Vanguardia.

Estrategia de distracción

“Hamás logró engañar a Israel con una estrategia de distracción durante meses, en los que estaba preparando la operación”, aseguró a El País, Uzi Rabi, director del Centro Moshe Dayán del Centro de Estudios de Oriente Medio y África de la Universidad de Tel Aviv.

Incluso, tildó lo sucedido como un "fiasco" en la estrategia militar. “Es tanto un triunfo de Hamás como un fracaso de Israel. Son números [de muertos y secuestrados] que nunca se habían dado. El 7 de octubre de 2023 va a ser una fecha tan importante históricamente como el 6 de octubre de 1973″, agregó.

Confianza israelí

Un "fiasco" que puede ser explicado por que "los israelíes simplemente no creían que Hamás se arriesgaría a una infiltración transfronteriza (…) La ausencia de fuerzas israelíes suficientes en esa zona fue un fracaso lamentable", profundizó Aaron David Miller, miembro del Fondo Carnegie para la paz internacional y ex negociador del Departamento de Estado de EE.UU. para Medio Oriente, al medio Bloomberg.

Aunque para el teniente coronel en la reserva Kobi Lavie, exjefe de la rama de asuntos palestinos en el organismo del ministerio de Defensa israelí, encargada de las cuestiones civiles de Gaza y Cisjordania (COGAT), llegando a ser responsable de sus servicios de inteligencia, "es imposible organizar una operación de esta envergadura en Gaza sin que Israel lo sepa".

Sorpresa de Hamás

"La información de inteligencia existía. Lo que ha fallado es la comprensión de esa información. Hace tres o cuatro meses que se viene hablando de una guerra. Pero es imposible para cualquier ejército estar preparado permanentemente para algo que no se sabe cuándo sucederá", añade Levi a El País.

“Desde el punto de vista militar había un enfoque similar al de 1973, pese a las diferencias. Y era que Hamás no quería alterar el statu quo, salvo generar un poco de lío para llevar a Qatar (a aumentar su apoyo económico), pero que no preparaba nada grande”, agrega Lavie.

“No tengo dudas de que el propio Hamás se ha sorprendido de la facilidad con la que pudo entrar”, finaliza.