Este lunes, grupos armados intentaron asaltar el Palacio Nacional de Haití, desencadenando un enfrentamiento con la Policía Nacional Haitiana (PNH) que dejó al menos cinco policías heridos, uno de ellos de gravedad.

Este incidente se suma a la ola de violencia, asesinatos, secuestros y saqueos que continúan azotando la capital del país caribeño.

La acción, llevada a cabo por la coalición de bandas armadas 'Vivre Ensemble' (Vivir Juntos), liderada por el ex policía Jimmy Cherizier, alias "Barbecue", fue contenida por las unidades de seguridad del Palacio Nacional y la PNH.

Durante el enfrentamiento, los atacantes incendiaron un vehículo blindado policial cerca de la sede del poder político en el país.

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Ante este escenario de tensión, las autoridades extendieron el toque de queda en el Departamento del Oeste, donde se encuentra Puerto Príncipe, demarcación que fue declarada en estado de emergencia el pasado 6 de marzo debido a la creciente violencia perpetrada por las bandas armadas.

El Gobierno, liderado por el primer ministro Ariel Henry, quien ha prometido renunciar una vez formalizado el Consejo Presidencial de Transición, se comprometió a trabajar por un traspaso pacífico de responsabilidades hacia dicho órgano.

En este sentido, se anunció la solicitud a la Comunidad del Caribe (Caricom) del acuerdo que establece la creación del Consejo.

El clima de violencia en Haití es palpable en las calles, con la aparición frecuente de cadáveres acribillados a disparos, como ocurrió en el sector de Pétion-Ville, donde cuatro cuerpos fueron encontrados boca abajo en medio de un charco de sangre. Esta situación se ha vuelto habitual en el país, con enfrentamientos entre bandas y la policía.

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La ONU ha calificado la situación en Haití como un "cataclismo", con más de 1.500 muertos a manos de grupos armados en los tres primeros meses del año. Más de 5,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, y los desplazados superan los 362.000.

Además, más del 50% de la población enfrenta dificultades para alimentarse y el sistema sanitario está al borde del colapso.

La preocupación por la crisis en Haití ha llevado a instancias internacionales como la ONU y la OEA a convocar reuniones para abordar la situación y brindar apoyo a la transición democrática en el país caribeño.

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