Como venas, son cientos los ríos que atraviesan el territorio chileno llevando las aguas de la cordillera hacia el mar y hacia las personas. Y aunque en una época se sentían eternos, en los últimos años ha quedado en evidencia la fragilidad de estos ecosistemas ante amenazas como el cambio climático, la extracción de áridos, las hidroeléctricas, la salmonicultura de río y más.

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Sin embargo, son pocos los ríos que tienen algún grado de protección en el país y no existe ninguna ley que permita protegerlos en su integridad como ecosistemas. Ahora, senadores del Partido Socialista presentaron un proyecto de ley que crea la figura de “Ríos protegidos” y establece medidas para su cuidado, de forma similar a la ley de humedales urbanos.

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Según el texto propuesto, que se discute en la Comisión de Medio Ambiente del Senado, los ríos protegidos serán aquellos que “poseen valores significativos culturales, ecosistémicos, recreacionales, escénicos, entre otros, asociados a un interés a nivel local, regional o nacional”.

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Aquellos ríos declarados como protegidos se regirán bajo un plan de manejo que establecerá las medidas para proteger y restaurar el ecosistema, así como limitaciones y exigencias más rigurosas para otorgar autorizaciones de actividad industrial en ellos.

Cualquier proyecto que quiera instalarse en el área de influencia de un río declarado como protegido deberá someterse a evaluación ambiental, y se prohibirán en él actividades que afecten significativamente la conectividad del río, la cantidad y calidad de sus aguas o la integridad de sus riberas.

La propuesta fue presentada por senadores como Alfonso de Urresti, Ricardo Lagos Weber, Paulina Nuñez, Rafael Prohens e Isabel Allende. Los parlamentarios coincidieron en que el principal punto de debate durante la tramitación será cómo congeniar la protección de los ríos con las actividades económicas que se realizan sobre ellos.

Movimiento ciudadano

El proyecto de ley no nace en un vacío, sino que toma impulso a partir de un creciente movimiento ciudadano y académico que agrupa a distintas organizaciones de la sociedad civil bajo la iniciativa “Ríos Protegidos”.

Esta iniciativa impulsa desde el 2022 distintas actividades como festivales de concientización, diálogos y campañas. Además impulsan la creación de esta ley que establezca la figura de río protegido, mientras trabajan por aplicar las herramientas legales ya existentes en el país para proteger ciertos aspectos de los ríos.

Un ejemplo exitoso de este trabajo fue la campaña para consagrar reservas de agua en los ríos Futalefú y Puelo, que fue acogida por la Dirección General de Aguas en septiembre de 2023.

Así, estos dos ríos patagónicos están a punto de ser los primeros en quedar protegidos bajo la figura de “reserva de caudal para preservación del ecosistema”, que se consagró en la reforma del Código de Aguas de 2022.

Aunque no protege al ecosistema en su conjunto, el instrumento establece un caudal mínimo del río que debe ser destinado solo a actividades sustentables o turísticas, prohibiendo otorgar derechos de agua sobre este para garantizar la subsistencia del ecosistema.