Año récord: 2023 superó niveles de calor, aumento de nivel del mar y derretimiento de glaciares
Quedó en evidencia en 2023 que el cambio climático no es una amenaza del futuro sino que ya está aquí y afecta directamente a las vidas de la gente: muertes por olas de calor extremo, lluvias torrenciales en pocos minutos e incendios mortíferos fueron algunas de las consecuencias.
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Ahora, un informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), confirma lo que ya se temía: fue un año en que la mayoría de los indicadores climáticos batieron nuevos récords, impulsados por el calentamiento global sumado al fenómeno de El Niño.
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Para empezar, 2023 fue el año más cálido desde que existen registros. La mayoría de las zonas terrestres fueron durante ese año más cálidas que la media de 1991 – 2020. Latinoamérica vivió temperaturas inusuales y Chile no fue la excepción: el último verano fue el segundo más cálido en la capital del país desde 1950.
Los océanos también sufrieron el calor. Desde la organización explicaron que, en un día promedio del año, casi un tercio del océano estuvo bajo una ola de calor marino, dañando ecosistemas vitales y sistemas alimenticios. Hacia el final del año, 90% de la superficie oceánica había sido afectada al menos en un momento por olas de calor.
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Otro límite preocupante se batió en la Antártica, donde los niveles de derretimiento de hielo se salieron de las gráficas. Similar situación se vivió en el polo norte, con el mayor derretimiento desde 1950. El nivel del mar también alcanzó un máximo desde 1993.
Y el motor de todo esto, que es la emisión de gases de efecto invernadero, también sigue al alza. Las concentraciones de los tres principales gases, (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso), que ya habían alcanzado su récord en 2022, siguieron aumentando en 2023.
Pérdidas económicas
En la región, solamente el huracán Otis que azotó la costa del Pacífico de México a fines de octubre, generó US$ 15 mil millones de pérdidas económicas por la destrucción generalizada en Acapulco, además de la muerte de 47 personas y la desaparición de otras 32.
La sequía de largo plazo se intensificó en muchas zonas de Centroamérica y el norte de Sudamérica, donde Argentina y sobre todo Uruguay atravesaron situaciones críticas de falta de agua.
En 2023, una producción récord de maíz en Brasil compensó cosechas inferiores a la media en otras partes de Sudamérica por la sequía, y especialmente de Argentina donde se espera que la sequía reduzca en 15% la producción de cereales con respecto a la media quinquenal.
Aunque las condiciones de sequía en las zonas subtropicales de Sudamérica se suavizaron a finales de año, la sequía se intensificó en muchas partes del interior del continente, incluidas amplias zonas de la cuenca del Amazonas.
Ocho estados brasileños registraron las precipitaciones más bajas de julio a septiembre de 2023 en más de 40 años. El río Negro en Manaos alcanzó un nivel mínimo histórico (las observaciones comenzaron en 1902) el 26 de octubre, 0,93 m por debajo del récord anterior establecido en 2010.