Sabemos que en Chile los mayores consumidores de agua son la industria forestal y agrícola, mientras que el uso para las personas representa un porcentaje marginal. Sin embargo, de ese porcentaje, uno de los usos más intensivos se destina a regar las áreas verdes de las ciudades.

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En los últimos años han crecido las experiencias de distintos municipios para reducir este consumo. Esta semana desde el Ministerio de Obras Públicas y Aguas Andinas reconocieron el trabajo de tres comunas de la Región Metropolitana, que con buenas prácticas lograron reducir hasta en más de la mitad el uso de agua para regar áreas verdes.

Se trata de las comunas de Independencia, Quinta Normal y San Joaquin, que han desarrollado planes de paisajismo sustentable reemplazando la vegetación que se suele usar, por especies de bajo consumo hídrico y mayor adaptación a las altas temperaturas.

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Esto, sumado a tecnologías de riego eficiente y regulación de los horarios de riego llevaron a estos municipios a ser destacados por su estrategia hídrica.

El consumo residencial de agua en la Región Metropolitana ha disminuido 16% en los últimos diez años y muestra una tendencia a seguir bajando, según datos entregados por Aguas Andinas. El uso per cápita en la región bajó 25% desde 2003.

Agua disponible

Desde la Dirección General de Aguas destacan que a la fecha el nivel del agua en los embalses del país es similar al del promedio histórico mensual, aunque muestra diferentes situaciones según la región.

El embalse Los Aromos de Valparaíso cuenta con 89% de su capacidad y el embalse el Yeso en la Región Metropolitana está a 100%. El escenario de las regiones más pobladas del país contrasta con Coquimbo, donde cinco de los ocho embalses tienen menos de 5% de su volumen de agua disponible.

En tanto, entre las regiones de O’Higgins y Biobío, los embalses más grandes tienen una situación favorable; Rapel al 77% de su capacidad, Colbún al 75%, Ralco al 60% y Laguna Maule al 44%. Entre estas regiones, si bien existe también existe un importante déficit de precipitaciones, los eventos meteorológicos de junio y agosto del 2023 dejaron un saldo positivo en lo que se refieren a agua almacenada.