Avanzando hacia una democracia paritaria: Un horizonte necesario y justo para Chile
En un contexto donde reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres se erige aún como una bandera fundamental, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) hace un llamado a unir esfuerzos para alcanzar una democracia paritaria que refleje la verdadera igualdad entre hombres y mujeres en todas las esferas de la vida. Este llamado resuena con fuerza en Chile, tras el reciente proceso de reflexión de los y las chilenos respecto al orden social, político y económico que quieren construir para sí mismos y para las generaciones venideras.
La aspiración de las mujeres hacia una democracia paritaria surgió hace ya más de tres décadas para decir ‘basta’ a la ausencia de mujeres en la toma de decisiones. Sin embargo, el proceso paritista latinoamericano, hacia esa demanda de paridad en la representación, dio paso a una aspiración más ambiciosa: la democracia paritaria.
La democracia paritaria, igualitaria para ellas y ellos, pone el acento en los tres grandes principios de las democracias actuales: la libertad (una libertad libre de violencias y de coacciones hacia las mujeres), la igualdad sustantiva (que permita el mismo poder poder que siempre han tenido los hombres, para desarrollarse personal y profesionalmente) y la paridad en la representación, en cargos y funciones a todos los niveles.
La democracia paritaria no es una reivindicación de las mujeres. Tampoco se trata de una cuestión ideológica, sino que se presenta ya como un imperativo de justicia e igualdad para una gobernanza inteligente que resuelva mejor los desafíos a los que nos enfrentamos hoy, en beneficio de toda la sociedad.
La falta de igualdad significa una pérdida para todos y en todo, ya que esto afecta no solo a la cohesión social y la armonía, sino también a la economía. La inclusión plena de mujeres en todos los ámbitos impulsa el crecimiento económico, la innovación y la competitividad, lo que se traduce en un beneficio tangible para el conjunto de la sociedad.
Durante el Foro Iberoamericano "Democracia Paritaria en el proceso constitucional de Chile", celebrado en Santiago en junio de 2023, diversos actores del ámbito político y académico se reunieron para debatir y proponer medidas concretas hacia la consecución de este objetivo. La participación de expertas de renombre internacional que me acompañaron, como Line Bareiro (Paraguay), Nielsen Pérez (Costa Rica), María Inés Tula (Argentina), Isabel Abella Ruiz de Mendoza (España) y Francisco Cos Montiel (México), junto con representantes de la sociedad civil y del ámbito político chileno, subrayó la necesidad de consolidar la identidad democrática de Chile, donde la democracia paritaria se erige como un componente esencial en la construcción de una sociedad más justa. En este contexto, se elevaron propuestas normativas para incorporar este paradigma a la Constitución, demostrando un firme compromiso por transformar a Chile en un referente en la materia.
Chile ha dado pasos significativos en este camino hacia una sociedad basada en la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Ha sido uno de los pocos países que ha tenido una presidenta de gobierno. Sin embargo, aún enfrentamos desafíos críticos para el bienestar de las mujeres y de toda la sociedad, como son las brechas salariales y, sobre todo, la persistencia de estereotipos de género, que limitan la plena autonomía de las niñas y las mujeres, para ser quienes quieran ser.
Los avances en la dimensión pública se ven limitados por los escasos avances en el reconocimiento, redistribución y representación de las mujeres como una categoría sexual con la misma dignidad, oportunidades, condiciones, voz e influencia que los hombres.
En particular, sigue siendo especialmente preocupante la lentitud de los avances en las transformaciones en los cuidados y en una cultura de respeto a la igualdad real y efectiva que acabe con la violencia contra las mujeres.
Desde un Chile que quiere avanzar hacia la convivencia democrática en el marco de un nuevo contrato social se impone reivindicar las tres “Rs”: Representación (voz e influencia), Reconocimiento (de la misma dignidad que los hombres) y Redistribución (de recursos y oportunidades). La representación paritaria es un requisito y es expresión de la democracia misma, pero no es suficiente. No puede haber una ciudadanía comprensiva, plena, de las mujeres, si las mujeres, por su sexo, no tienen la misma dignidad, oportunidades, condiciones, voz e influencia que la categoría sexual de los hombres.
Es fundamental que Chile siga avanzando en la implementación de políticas y acciones concretas que promuevan ese horizonte que pone el foco en lo social y en el principio de igualdad sustantiva en todos los ámbitos de la sociedad. Solo así podremos construir un futuro donde la participación paritaria sea la expresión genuina de una democracia inclusiva y justa, una democracia paritaria para Chile.