Usando bichos nativos y exóticos, logran controlar plagas en frutas sin usar insecticidas
Parte importante del comercio de alimentos es lograr mantener la fruta y verdura en buen estado durante su trayecto hacia otros países, lo que tradicionalmente se logra usando insecticidas.
Pero en los últimos años ha aumentado la conciencia y el conocimiento con respecto a los impactos de sustancias químicas o insecticidas tanto en el medio ambiente como en la inocuidad de los alimentos, lo que también afecta la salud de las personas.
En la misma línea, existe más investigación sobre los servicios ecosistemicos que puede cumplir la naturaleza y que sirven como alternativa para mantener los alimentos y combatir las plagas de frutas y verduras, sin comprometer el vegetal ni el ecosistema.
En esta línea, la investigadora chilena Tania Zaviezo, lleva años trabajando para identificar aquellos insectos o parásitos que se encuentran en la naturaleza y que pueden usarse para combatir plagas de forma no química.
Control biológico
El mecanismo utilizado se denomina control biológico y se basa en el uso de organismos vivos para controlar las poblaciones de otro organismo vivo. Según explica Zaviezo, esto se ha realizado tanto introduciendo un enemigo natural en una zona geográfica donde no existía, o usando uno ya existente pero criándolo en grandes cantidades para liberarlo en el momento oportuno.
La investigación en la que trabaja ahora la profesora en la facultad de agronomía de la Universidad Católica busca combatir la plaga de la polilla de la manzana, que según datos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), es una de las principales plagas en pomáceas y nogales de Chile, y puede llegar a generar pérdidas de 80% en huertos no tratados.
Al ser una plaga introducida desde otros lugares, es necesario viajar al lugar de origen de esta, donde también es posible que existan enemigos naturales que se pueden introducir para combatir la plaga extranjera.
Es así como Zaviezo viajó a Kazajistán a conocer un parásito que elimina la polilla de la manzana, llamado Mastrus ridens. El insecto paraliza a la larva de la polilla de la manzana y luego deja huevos sobre la larva, de los que su descendencia se alimenta, eliminando la plaga.
La profesora, que se dedica hace diez años a buscar enemigos naturales para combatir plagas, reafirma la necesidad de utilizar organismos específicos que se especializan en alimentarse de unas pocas especies, para poder tener un mayor control del insecto introducido, que este pueda sobrevivir con bajas poblaciones de la plaga y no se termine alimentando de otras especies y generando un daño.