Con agua cristalina, las piscinas tradicionales suelen asociarse con limpieza. Pero la cantidad de químicos necesarios para mantenerlas limpias crea un ambiente que está lejos de ser saludable para el cuerpo humano.

Ahora, crece en el mundo y lentamente en Chile la alternativa de construir piscinas naturales o biológicas, que se valen de plantas, piedras y sustrato para limpiar el agua, reemplazando el cloro.

Cristóbal Elgueta lleva años diseñando y creando piscinas naturales en hogares a lo largo del país y explica los beneficios y dificultades de esta alternativa.

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¿Cómo funcionan?

Las piscinas naturales o biológicas, al igual que las tradicionales, están completamente impermiabilizadas del suelo a través de un recubrimiento de material. En ellas se puede diferenciar la zona de nado, de aquella donde hay plantas, piedras y sustrato.

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Se crea en la parte plantada una comunidad de plantas de humedal, con especies nativas y exóticas. Una bomba hace que el agua se mueva y pase por las plantas -que cumplen una función hidrobotánica- y también por el sustrato y piedras -que cumplen una función de percolación lenta-. Estos dos sistemas se complementan para limpiar el agua de forma natural.

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¿Cómo se construyen?

El proceso de construcción de una piscina natural puede demorar lo mismo que el de una tradicional, pero a manos de un contratista epecializado en la materia. Cada vez existe más oferta en Chile, según Elgueta, quien recomienda buscar comentarios y opinones de los trabajos previos ya que hay personas ejerciendo que aún están en proceso de aprendizaje.

Según calcula Cristóbal, la inversión inicial necesaria para una piscina natural puede ser hasta 25% mayor que la de una tradicional, pero luego se ahorra mes a mes en costos de mantención, dado que no se necesitan químicos y el sistema de bombeo consume menos energía.

¿Cuáles son los beneficios?

Para Elgueta, el principal beneficio de una piscina natural es que reemplaza el uso de químicos que, aunque estén asociados a la limpieza del agua, son irritantes para los ojos y sistema respiratorio de las personas que nadan en ellas.

“Se trata de un cambio cultural para que la gente comprenda que la naturaleza no es sucia. Si la llevamos bien, es limpia y sana. Lo que es insano es lo mucho que nos hemos alejado de la naturaleza”, reflexiona Cristian.

El otro gran beneficio de una piscina natural es que se evitan los mosquitos, que son una plaga frecuente en las piscinas tradicionales. “Una piscina biológica es un sistema equilibrado. Las plagas se producen en sistemas en desequilibrio. En la parte plantada de una piscina biológica se establecen insectos depredadores del mosquito, evitando la plaga”, explica Cristóbal.