Talan árboles de más de cien años en uno de los últimos bosques de roble blanco del país
Hace miles de años, cuando todavía existía la laguna Tagua Tagua y las condiciones climáticas del centro de Chile eran diferentes, crecieron bosques de roble blanco en la cordillera de la costa. Estos antiguos bosques se han ido degradando con el tiempo por la presión antrópica y hoy quedan unos pocos sectores bien conservados y poco intervenidos.
Por esto generó preocupación entre organizaciones ambientales de la zona el descubrimiento de al menos 30 robles de más de cien años talados ilegalmente en un bosque relicto de esta especie en la cumbre del cerro La Sepultura, en el cordón montañoso de la ex laguna en el límite de varias comunas como San Vicente y Placilla.
El roble blanco (Nothofagus macrocarpa), está catalogado como vulnerable por lo que su corta no autorizada se considera un delito. Esta es la especie de Nothofagus de todo el hemisferio sur que crece más al norte. Es una especie endémica de Chile que sólo se distribuye entre el Cerro Campanita en la región de Valparaíso y la localidad de Vilches en la región del Maule.
“Las poblaciones de roble blanco de la cordillera de la costa son consideradas relictas debido a que se establecieron hace miles de años bajo condiciones climáticas muy diferentes a las actuales, por ello cualquier perturbación en su ambiente, como la tala ilegal o el cambio climático, perjudica considerablemente su regeneración natural, lo que se explica principalmente por la falta de árboles adultos que produzcan semillas apropiadas para su establecimiento posterior”, explica Felipe Calquín, director del proyecto Relicto valle central.
Este proyecto nace del área de investigación de la fundación Añañuca, con el fin de conservar la biodiversidad del bosque mediterráneo presente en el cordón montañoso de la ex laguna Tagua Tagua, en las provincias de Cachapoal y Colchagua. Los integrantes de la fundación están realizando las denuncias correspondientes.