Alerta por bosques nativos en extinción que se quemaron en los incendios
Las consecuencias de la devastadora temporada de incendios forestales que continúa en el centro son cada vez más amplias. Una de ellas es que se quemaron importantes bosques nativos que eran de los últimos remanentes de especies que sólo existen en Chile y que están en peligro de extinción, como el queule y el pitao.
Aunque el diagnóstico final se hará cuando se logren controlar completamente los incendios, ya es posible determinar que se trata de una pérdida grave. “La situación es crítica. Lamentablemente los bosques relictos más conocidos de estas especies, y que estaban mejor conservados,se quemaron”, declara el investigador de la Universidad Austral de Chile y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Diego Alarcón.
En el pasado los bosques nativos de estas especies cubrían grandes superficies, y el cambio de uso de suelo fue mermando su extensión hasta ahora, en que “quedan pequeños bosques, aislados entre sí, en quebradas donde muchas veces están rodeados de plantaciones forestales de especies exóticas”, afirma Diego. A estos remanentes se les denomina relictos. Muchos de ellos están en las comunas de Penco, Tomé y Santa Juana, que fueron gravemente afectadas por los incendios forestales.
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Prevenir la extinción
El investigador llama a generar medidas de protección para los bosques de estas especies que aún sobreviven, para frenar una mayor extinción. Una de las medidas es evaluar cuánta superficie sin plantaciones debe rodear estos bosques para evitar su quema en caso de incendios.
“Hay experiencias donde las plantaciones dejaban unos pocos metros de espacio alrededor de estos bosques pero igual se quemaron, por lo que hay que evaluar cuánta es la distancia y qué tipo de vegetación o uso de suelo se puede poner entre medio para que la medida sea efectiva”, afirma.
También llama a esforzarse en la restauración de los bosques que se quemaron, que es costosa pero importante ya que los incendios podrían generar la extinción local de la especie en las quebradas que se quemaron.
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¿Se pueden regenerar?
“Hay ejemplares que pueden rebrotar luego de los incendios, pero el problema es que el bosque en el cual existía esta especie va a cambiar completamente y eso es lo que requiere más esfuerzo restaurar. Hay que favorecer a las especies nativas que acompañan a estos árboles, los polinizadores, los hongos, restaurar toda la red de especies que hacían del bosque lo que era y es un proceso largo”, explica Alarcón.
Uno de los cuidados fundamentales a tener en estos bosques quemados es que las primeras especies que se van a regenerar son exóticas invasoras, que se recuperan mejor del fuego que las especies nativas, por lo que se va a formar una “alfombrilla” de pino radiata y retamilla que impiden una correcta restauración de la vegetación nativa, por lo que es importante quitarla y favorecer a las especies nativas.
El investigador apunta a la necesidad de generar planes serios de restauración y que autoridades se hagan cargo de monitorearlos y de aportar recursos, ya que muchos de estos bosques se encuentran en predios privados, donde los dueños no tienen obligación legal de restaurar, y algunos son de pequeños productores que tampoco tienen los medios para encargarse de esa labor por su cuenta, y que es clave para conservar la biodiversidad del país.
Desde la fundación Keule están llevando adelante una campaña para que los dueños de estos predios no cedan ante las presiones para reemplazar estos bosques quemados por otros usos como parcelas o plantaciones exóticas. Usan como ejemplo el caso de la famila Riquelme; pequeños campesinos de la zona entre Penco y Tomé, que cuidarán el bosque de queule quemado en su terreno y llaman a otros a hacer lo mismo.