Día del bebé Prematuro, una oportunidad para mejorar
Como psiquiatra perinatal a veces me toca acompañar a madres y padres de bebés prematuros, sostener con ellos la angustia de no poder llevar a casa a su hijo o hija tras el alta, no poder tocarle o abrazarle, ya que su nacimiento llegó demasiado pronto.
El 17 de noviembre pasado se conmemoró el Día Mundial del Bebé Prematuro, y en el marco de esta fecha quiero resaltar la importancia de la salud mental de esa mamá, ese papá, y también de ese pequeño bebé.
Por supuesto que lo ideal sería que ningún parto ocurriera antes de las 37 semanas de embarazo, pero eso no siempre es posible de evitar. Algo que sí sabemos es que las enfermedades de salud mental no tratadas pueden aumentar el riesgo de parto prematuro. Este año, de hecho, se publicó un artículo cuya conclusión es que optimizar el tratamiento de la enfermedad depresiva en el embarazo se asocia con menores probabilidades de parto prematuro. Algo muy relevante si consideramos que en Chile el 10% de las mujeres embarazadas presentan un diagnóstico clínico de depresión, 30% presenta síntomas inespecíficos de depresión o ansiedad y que el 12% de los nacimientos son prematuros.
Es decir, es un tema de salud pública, porque estos bebés a menudo requieren cuidados especializados y enfrentan diversos desafíos de salud. Así también, hay evidencia consistente sobre el impacto emocional en madres y padres de estos bebés: niveles altos de estrés, ansiedad y depresión, no sólo mientras su hijo/a está en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) sino también en los meses y años posteriores.
La medicina ha mejorado la supervivencia de los prematuros, logrando que bebés de 500 gramos sobrevivan sin secuelas. Pero también debemos cuidar la salud mental de sus padres, porque influye en el bienestar y en los resultados a largo plazo de los bebés. El acceso de los padres y madres a la Neo todo el tiempo que requieran ha sido un anhelo por años de muchísimas familias y profesionales de la salud, porque sabemos que “los padres no son visita", sino parte vital del equipo de tratamiento y cuidado del recién nacido.
A esto se debiera sumar el uso rutinario del método Madre Canguro (estrategia de intervención que lleva décadas en funcionamiento, y que nació en Colombia), con múltiples estudios que recomiendan su uso. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus recomendaciones publicadas el 2022, aconseja que el contacto piel con piel con un cuidador, “debe comenzar inmediatamente después del nacimiento, sin ningún período inicial en una incubadora”, ya que promueve la lactancia temprana y el vínculo madre-hijo, mejorando significativamente la salud del recién nacido, el aumento de peso y el desarrollo neurosensorial.
Estas prácticas también son terapéuticas desde el punto de vista emocional para los padres, lo que a su vez beneficia a los bebés prematuros. Un último aspecto que requiere atención es la desprotección laboral en la que queda el padre, tras el nacimiento prematuro de su hija/o, y al cabo de pocos días debe retornar a su trabajo “como si nada hubiera ocurrido”, dejando a su bebé con riesgo vital, y a una madre puérpera y con brazos vacíos lidiando sola con su recuperación, la angustia de la espera en la Neo y (en el mejor de los casos) el inicio de la lactancia diferida. Considero que es urgente que la Ley SANNA incluya estos casos.
En el marco del Día Mundial del Niño Prematuro reconozcamos el rol crítico de la salud mental perinatal en mejorar los resultados para los bebés prematuros. Es imperativo que hablemos de estos temas, que invirtamos en políticas públicas que incluyan campañas de educación y concientización para las instituciones, los equipos de salud, los padres y la comunidad.
Mejorar las habilidades de los profesionales sanitarios para identificar y abordar los desafíos de la salud mental materna puede ayudar a prevenir los partos prematuros; mientras que el acompañamiento psicológico a los padres, el permiso parental paterno en caso de parto prematuro, el acceso libre de padres a la Neo y el uso estandarizado del método madre canguro puede ayudar a mejorar significativamente la salud del bebé y mitigar el sufrimiento psíquico de la tríada madre, padre y recién nacido.