Consejero Julio Ñanco (RD): “Nuestras ideas quedaron plasmadas en un 4 o 5% del texto”
“Yo sentí que hay un ánimo de revancha”, asegura el consejero Julio Ñanco (RD) sobre este proceso constitucional. A poco menos de un mes de que finalice el mandato del Consejo Constitucional, los acuerdos se ven más lejos que nunca. Y con la etapa de pleno finalizada, solo queda la revisión de los expertos y la posterior ratificación del texto por parte de los consejeros y consejeras.
En ese contexto, Ñanco asegura que los acuerdos no se han dado en gran medida al espíritu “revanchista” de la derecha. Asimismo, reflexiona sobre los derechos de los pueblos indígenas y cómo quedó el capítulo de descentralización; materias en que Ñanco tiene una valoración negativa.
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—Esta semana terminaron las votaciones en el pleno. Como oficialismo, ¿qué balance se hace sobre esta etapa del Consejo Constitucional?
Me gustaría destacar la unidad del bloque. Desde la instalación del Consejo nosotros pensamos que ese era el camino que debíamos seguir. Y cuando se presentaron las enmiendas se materializó esa forma de trabajar en unidad. Cuando nuevamente levantamos las enmiendas acá en el pleno también se actuó de esa forma. Entonces, creo que la evaluación, en términos de unidad, es positiva. Lamentablemente los distintos esfuerzos que se hicieron en las mesas de conversación, en las comisiones, en tratativas individuales para acercar posiciones con las derechas, finalmente no obtuvieron un buen resultado. La derecha no trabajó en la materialización de acuerdos, por lo que nuestras ideas quedaron plasmadas en un 4 o 5% del texto.
—Usted menciona distintas instancias en que se buscaron consensos, ¿por qué estos esfuerzos no dieron buenos resultados?
Yo sentí que hay un ánimo de revancha, y por tanto todo queda muy condicionado por esa emoción. Los consejeros del Partido Republicano y Chile Vamos hablaron mucho de la Convención Constitucional, donde no se les había escuchado ellos, o donde sus ideas no habían sido recogidas. A partir de esa experiencia, creo que ellos levantaron una barrera para no repetir lo que pasó en el proceso anterior, lo vieron como una amenaza. Pero nuestras ideas eran más bien atenuadas. Parten también del aprendizaje del proceso de la Convención; que las transformaciones hay que hacerlas de forma paulatina. Además, las ideas que nosotros promovimos en el proceso iban en la misma dirección de lo que se acordó en la etapa previa del anteproyecto de los expertos, porque nosotros lo valorábamos mucho. Si bien no era todo perfecto en el texto que acordaron los expertos, sí era un punto medio que nos hacía sentir incorporados. Pero creo que había una idea preconcebida de parte de Republicanos de levantar una barrera y no dejar pasar, y eso se tradujo en acciones concretas que devinieron en el resultado que todos vemos con preocupación.
Pese a esto, yo mantengo la esperanza de que las cosas cambien, pero no veo mucha posibilidad ahora en este proceso, en lo que viene a continuación.
—Usted mencionaba que con el anteproyecto se sentían incluidos, ¿cómo se siente con el texto tal como quedó ahora?
Es un texto excluyente. Los mismos comisionados (expertos) de derecha han dicho que es un texto tradicional, conservador, y que tiene una tendencia y mirada de derecha. Claramente ningún texto es neutro, porque responde a una mayoría, pero las mayorías deben considerar que el texto debe garantizar estabilidad e incorporar a las voces de quienes hoy son minoría.
Y en se sentido me gustaría referirme particularmente a la temática de los pueblos indígenas, que si no tuviese las doce bases, no existiría, porque solo quedó el enunciado, pero el proyecto no da las condiciones para materializar los derechos políticos de los pueblos indígenas.
—¿Cómo quedó ese aspecto en el proyecto del Consejo a su juicio?
Bastante tenue, en el sentido de que se menciona, hay un reconocimiento, pero ese reconocimiento no queda garantizado en términos concretos a través de medidas. Lo que el consejero Alihuen Antileo promovía, y que nosotros también apoyamos a través de la enmienda, era que eso se materialice. Quizá no directamente como en escaño, lo que causó un poco de rechazo en el proceso anterior, pero sí a través de modalidades para que la representación indígena se dé en distintos niveles. Obviamente los escaños en el parlamento es algo importante, pero se podría haber avanzado en esa dirección de forma paulatina y proporcional.
En definitiva, va a quedar a criterio de un futuro gobierno si ejecuta o no la medida que está en el texto, pero no hay obligación. Por eso decimos que queda solamente en el papel, por lo tanto no es un derecho que uno puede decir que se materializará pronto. Tampoco hay una transitoria respecto a los derechos políticos de los pueblos.
Entonces yo creo que se pierde una oportunidad, que también es lo que mencionaba Alihuen en el sentido de que por la vía política se tienen que resolver los conflictos que hemos tenido por mucho tiempo, y eso lamentablemente no se está logrando.
[caption id="attachment_871051" align="aligncenter" width="900"] Al centro, comisionada experta Antonia Rivas, junto a consejero Julio Ñanco, y sentados a su izquierda, consejeros Alihuén Antileo y Jessica Bengoa.[/caption]
—También está el tema regional, usted participó en la Comisión del Sistema Político, que emanó la reducción de escaños de la Cámara de Diputados, medida que no fue muy bien explicada por las derechas, ¿qué efectos tiene esta reducción?
Yo creo que el sistema político es la sala de máquinas del poder, y claramente acá con el argumento de un supuesto ahorro, y que eso supuestamente es una demanda ciudadana, se logró de parte de ellos instalar esa reducción. En esa medida en concreto creo que hubo harto impulso de Chile Vamos; de retraer lo que el sistema proporcional instauró en el gobierno de Michelle Bachelet, que permite la expresión de la pluralidad política.
Otro argumento que dieron era la disminución de la fragmentación y garantizar la gobernabilidad. Pero el propio anteproyecto proponía otras medidas, como el umbral del 5% para alcanzar escaños, o disminuir el discolaje. Esas medidas sí levantaban apoyo transversal.
Pero ellos avanzaron en esa fórmula (reducción de escaños) que para nosotros es negativa, porque implica retroceder en los territorios. La región que represento (Aysén) es un territorio extenso, y que requiere cercanía de los parlamentarios. Con la propuesta actual quedaríamos con dos representantes en la Cámara, actualmente tenemos tres.
Por otra parte, claramente esta forma de re-diseñar el sistema político responde a un interés de que exista mayor representación de ellos (las derechas). Yo creo que eso es injusto, es aprovecharte de una situación circunstancial para afectar a tu adversario, y eso para la democracia no es bueno.
—Otro aspecto importante es la descentralización. El oficialismo acusó que esta propuesta no se hacía cargo de este desafío ¿por qué plantean esta crítica?
Se mantiene el Estado unitario. Aquí se debe entender que cuando los términos cambian o se introducen de cierta manera, se afecta el sentido y la aplicación. Pienso en la radicación preferente, que es algo que tiene que ver con cómo las comunidades se organizan hasta el gobierno nacional. Y acá se le dio un sentido totalmente contrario.
La radicación primero va a ser a nivel nacional, después regional y por último en el comunal, lo que es totalmente contrario a lo que recomienda, por ejemplo, la Fundación Chile Descentralizado, que hasta el final pidió que eso se modifique. Sin embargo, la derecha, bajo argumentos de temor a soltar el poder y entregarle más autonomía los gobiernos locales, impuso su postura.
—Ahora se viene la etapa de la revisión de expertos, ¿A qué apuesta el oficialismo en esa instancia?
Se apuesta a volver a la esencia del anteproyecto, en el sentido de que en ese texto tanto distintos proyectos políticos, de derecha o izquierda, se podían ejecutar bajo ese marco constitucional. En definitiva, esperamos que el proyecto vuelva a centrarse, porque en la etapa de presentación de enmiendas y con su aprobación el punto medio se movió claramente a la derecha. Ahí yo creo que una gran parte de la responsabilidad está en Chile Vamos. Como fuerza política deberían tender los puentes y ayudar a que esto pueda centrarse.
Conversando con actores de Chile Vamos he escuchado su preocupación y dicen estar disponibles, pero entiendo que hay otras fuerzas que obligan a ese sector a cuadrarse con Republicanos. En esta instancia, espero que las posiciones del diálogo y los consensos logren traer al centro nuevamente al texto.