Renombran calle en honor a Carmen Gloria Quintana en Quilicura que se llamaba Jaime Guzmán
En el contexto de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, este lunes 11 de septiembre la Municipalidad de Quilicura realizó una ceremonia para el nombramiento de la calle “Carmen Gloria Quintana”, reemplazando el antiguo nombre “Senador Jaime Guzmán”.
La ceremonia realizada en el Centro Cultural Municipal tuvo como asistentes especiales a Audelina Arancibia y Carlos Quintana, madre y padre de Carmen Gloria, además de su hermana Marcela, tías y primas que estuvieron en su representación, ya que se encuentra cumpliendo su labor como psicóloga de un hospital público de Canadá.
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Además, también estuvieron presentes Teresa Álvarez, funcionaria de salud y vecina, quien recibió a Carmen y Rodrigo en un centro de salud de Quilicura; autoridades locales, vecinas, vecinos y funcionarios, quienes destacaron la importancia de rescatar la memoria histórica y promover que nunca más en Chile se vuelvan a repetir violaciones a los derechos humanos.
Este nombramiento marca un hito por la memoria y los derechos humanos en la comuna, de hecho, así lo planteó Paulina Bobadilla Navarrete, Alcaldesa de Quilicura, quien señaló que “hoy a 50 años del Golpe de Estado, nombramos esta calle en honor a Carmen Gloria Quintana, sobreviviente del horror de la dictadura, y se transforma en la primera en nuestro país en llevar su nombre”.
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Carmen Gloria Quintana, a través de un video, agradeció la aprobación de el cambio de esta calle y señaló que “es un gesto reparatorio y, para nosotras las víctimas, nos llenan de esperanza y confort frente al sufrimiento que hemos tenido tanto por la violación a los derechos humanos, como por la falta de justicia”.
Cabe recordar que Carmen Gloria Quintana estudiaba en la Universidad de Santiago de Chile cuando, mientras participaba en una manifestación, en el marco del Paro Nacional del 2 de julio de 1986, fue detenida y posteriormente quemada viva, junto al fotógrafo Rodrigo Rojas De Negri, por una patrulla de militares.
Luego, fueron abandonados en la periferia de la región Metropolitana, trasladados a un centro de salud de Quilicura y luego llevados a la Posta Central de la capital. Ella sobrevivió al brutal crimen, con el 65% de su cuerpo quemado, mientras él fallecía cuatro días más tarde.