“La paz (la unidad) se consigue cuando el rival sabe que está armado”, fue lo que selló el reciente Consejo General de la UDI, el más importante de 2023, pues establece su línea política para los próximos años.

La presidenciable Evelyn Matthei cerró el Consejo con esa frase, anticipando que buscarán acuerdo con Kast para no quedar fuera de la mesa. La UDI quiere poder y su análisis concluyó que su posibilidad para gobernar en 2026, es arrimarse a la extrema derecha republicana. Todo queda subordinado a ese objetivo.

Además, se plegó a la principal consigna de Kast: el gobierno de Boric ha fracasado, es un gobierno fallido. Así, se sumaron a la estrategia de la extrema derecha de demolición, negando la sal y el agua al gobierno.

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No apoyarán ninguna reforma tributaria que no rebaje los impuestos a los grandes empresarios, igual a lo ya planteado por Kast de rebajarlos de 27% a 17%. No apoyarán ninguna reforma al sistema de ahorro obligado (mal llamado “previsional”) que no entregue más fondos a las AFP.

Acordaron someter el debate constitucional a los principios identitarios de la extrema derecha, desechar los acuerdos alcanzados en los bordes constitucionales y la Comisión de expertos, sumándose a Kast y Squella en la decisión que es mejor quedarse con la actual constitución si no se logra una que represente auténticamente a la derecha. 

Este Consejo UDI es una derrota para Macaya y su intento de moderar a la UDI. A su discurso inaugural le opusieron inmediatamente el discurso incendiario de la diputada Hoffmann. Le entregaron el segundo día de definiciones políticas al emisario de Kast en la UDI, el diputado Ramírez, donde se asumió explícitamente la subordinación a la estrategia republicana de “agudizar las contradicciones”, desestabilizar la economía y aumentar la inestabilidad política, para llegar a las próximas elecciones con un país ingobernable y un caos que facilite presentarse como “salvadores de la Patria”.

Malas noticias para Chile. ¿Podrán sumar a esta peligrosa estrategia a RN, Evópoli y Demócratas? Es obvio que el Gobierno debe cambiar a sus interlocutores privilegiados en búsquedas de los acuerdos que hagan bien a Chile.