A través de su cuenta de Twitter, el Presidente Gabriel Boric lamentó el cambio de discurso de la derecha sobre la filtración que hizo el diputado Miguel Mellado (RN).

Pese a que la gran mayoría de los parlamentarios de oposición condenó el hecho (incluso algunos hablaron de delito), luego de que el diputado reconociera que había grabado y filtrado el audio, la derecha en masa salió en masa a bajarle el perfil a la situación y solicitaron al gobierno retirar la denuncia.

Al respecto, el mandatario declaró: “Lamento el cambio de discurso de la derecha una vez que se supo que era uno de los suyos quien había realizado filtración de una grabación no autorizada de una reunión de seguridad. Lo que sólo para todos ayer era un delito hoy parece ser un simple error que no merece reproche”.

En esa línea sostuvo que en su opinión y la del gobierno, la filtración podría constituir un delito. “Y por eso hemos presentado una denuncia a la justicia que es a quien le corresponderá determinarlo. Pero además es un grave atentado a la confianza necesaria para abordar temas de Estado”, indicó el mandatario.

“Esto no me distraerá de lo importante, que es trabajar por lograr diálogo, paz y encuentro en la Araucanía (vengo justamente llegando de Freiré, Pitrufquen y Temuco). Pero espero, por Chile, que todos seamos conscientes de la gravedad de este tipo de actos, y no los minimicemos”, sentenció el jefe de Estado.

La “voltereta” de la oposición

Las palabras de Boric no son al azar. Y es que tras la declaración pública de Mellado quienes habían condenado el hecho, pasaron a relativizarlo y hasta justificarlo.

Ese fue el caso de la senadora Paulina Núñez (RN), que en su Twitter se ve claramente el diametral cambio de opinión en solo horas.

https://twitter.com/paulinanu/status/1669396043425775619?s=20

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También fue el caso del diputado Mauricio Ojeda (Partido Republicano). En primera instancia el parlamentario aseguró que la filtración era de “extrema gravedad” y que era un delito grave que “puede arriesgar penas de cárcel”.

Sin embargo, solo minutos después del comunicado de Mellado, reconoció su labor de parlamentario y le bajó el perfil a la situación.

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El caso más evidente fue el del diputado Jorge Alessandri (UDI). Cuando se supo la filtración instó al Ministerio del Interior a querellarse. Un día después, pidió que se retirara la denuncia.

“Dado que esta persona ha dado un paso adelante, ha transparentado que ha sido él, ha pedido disculpas, lo que debiera hacer el mundo político es aprender esta lección y el Gobierno, por supuesto, sacar la denuncia”, dijo el parlamentario.

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