Gumucio sobre Feria de Frankfurt: "Copian las malas políticas del final de la Concertación y de Piñera"
Revuelo causó en el mundo literario la decisión del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Patrimonios, encabezado por Jaime De Aguirre, la declinación a ser el "invitado de honor" de la prestigiosa Feria del Libro de Frankfurt.
Un espacio que reúne a los principales agentes literarios, editoriales y traductores de la industria global y que suponía un espacio de privilegio para posicionar a las editoriales chilenas.
Según un comunicado oficial de la cartera de Cultura, se habría decidido no ir a pesar de la aprobación de Presidencia y Hacienda por austeridad, lo que genera consternación entre escritores, escritoras, editores, editoras por la decisión.
El cronista, columnista, guionista y escritor, autor de obras como Memorias Prematuras, Nicanor Parra, Rey y Mendigo y La Deuda, Rafael Gumucio, desentrañó la polémica decisión en conversación con El Desconcierto, la cual definió no solo mala gestión del ministro De Aguirre, sino también como una política iniciada tras el arribo de Gabriel Boric a La Moneda. "Las políticas culturales han sido inexistentes", enfatizó.
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-¿Cuál es la responsabilidad del ministro Jaime de Aguirre?
No es solo la bajada del Festival de Frankfurt, sino que es una falta de política cultural. No se ve nada a un año y medio de gestión, no hay fondos, no hay apoyo estatal, no hay nada. Entonces, siento que si esto fuera compensado por políticas efectivas de apoyo al libro a los escritores o a la literatura, quizás, podría entenderse.
-¿Cuál crees es la razón de este cambio de decisión?
Copian las malas políticas del final de la Concertación y del gobierno de Piñera. Es cosa de ver cómo han reemplazado a los agregados culturales por agregados de comercio. La verdad, está mal visto ser artista o escritor.
-¿Tampoco hay relación del gremio con el Ministerio del Exterior?
A mí me tienen castigado porque parece que algo que dije no le gustó al Presidente o a alguien, pero veo que los premiados también están castigados. No hay apoyo de nada. Gabriela Mistral vivió toda su vida de ser cónsul, donde ella se instalaba, era cónsul, o sea, le pagaban por ser poeta. Eso es inconcebible hoy en día. Uno ahora ve unos ingenieros comerciales que nunca van a crear nada, aparte de problemas.
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-¿Desde cuándo crees que la institucionalidad cultural ha dejado de lado a la literatura chilena?
Siempre ha habido escritores chilenos a los que les ha ido muy bien en el extranjero por méritos propios, pero la institucionalidad cultural hace tiempo está fuera de juego y no hace nada. Siempre hay escritores que son capaces y se salvan. La literatura no necesita apoyo estatal para sobrevivir, pero si existen y reciben partidas presupuestarias uno esperaría que llegara a los artistas y no a los funcionarios.
-¿Crees que esto es transversal a todas las áreas de la cultura o en especial con la literatura?
Es transversal. También trabajo en el mundo del teatro y a los actores les cuesta más salir del redil, están más ligados a una mística pobrechista, pero yo sé que en ese mundo ha sido muy duro, porque los apoyos de la empresa privada han bajado al mínimo histórico. Empresas como BHP que financiaban grandes festivales de teatro, ya casi no. Y el Estado no ha tomado el relevo, que es su trabajo. De decir: si la empresa privada, por motivos ideológicos, políticos, no quiere financiar a gente que no piensa como ellos, el Estado debería estar ahí para hacerlo y financiar a sus creadores más valiosos, que hacen obras contra el consenso, que no hacen teatro, música o cine comercial. Pero estamos en el peor de los mundos, la empresa privada se retira y el Estado no tomó ese lugar.
-¿Qué se pierde con que Chile haya declinado a ser el "invitado de honor" de la Feria de Frankfurt?
Los que menos pierden son los escritores chilenos porque la Feria de Frankfurt no es de escritores, es de editores. En Chile hay un tejido de editoriales independientes a los grandes grupos, pequeñas y medianas, que sí necesitan un empujón y que una feria como ésta les hubiera ayudado muchísimo. Además, pudo haber sido la apuesta por dos o tres grandes figuras culturales chilenas como Raúl Zurita o Diamela Eltit, que están en una primera línea.