Tango para la ciudad de esta época trae el sexteto Astillero
En los dieciocho años de rutas que acumula desde su inicio en 2005, el sexteto Astillero ha tocado en teatros y festivales de Viena, Londres, Rotterdam, Praga o Ulsan en Corea del Sur, aparte de diversas capitales americanas. Pero faltaba algo en la agenda de este conjunto argentino de tango instrumental. Algo en el vecindario.
– Es una situación muy extraña, porque Astillero es un grupo que ha viajado mucho y siempre nos quedaba la figurita de decir “Che, escuchame: ¿por qué es que no vamos a Chile?” Tenemos ahí una especie de asignatura pendiente –reconoce desde la capital argentina Julián Peralta, pianista, compositor y uno de los fundadores del grupo.
Este fin de semana permitirá ponerse al día con esa asignatura. Astillero debutará en Santiago con dos fechas, un encuentro con la comunidad tanguera local el sábado 27 de mayo a las 15.30 horas en la Universidad Alberto Hurtado y su estreno en vivo el domingo 28 a las 19:00 horas en el Teatro Nescafé de las Artes, compartido con el bandoneonista chileno Rodolfo Jorquera.
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Repertorio entero de música nueva
Astillero cuenta con un equipaje de cinco grabaciones publicadas desde 2008 a la fecha como fuente para este encuentro. “Una suerte de antología con tres o cuatro temas por disco, así que va a ser un recorrido por toda la discografía del grupo”, es la definición del programa en vivo según Julián Peralta, quien antes fue parte de la Orquesta Fernández Fierro hasta 2005.
Esos discos configuran también una visita guiada por la trayectoria de Astillero, a partir del inicial “Tango de ruptura” (2008), titulado “Tango de Astillero” en la primera edición.
– Hubo un par de periodistas que dijeron “Esto es tango de ruptura” –refiere el pianista–. Porque fue muy fuerte el efecto de escuchar nuevos tangos con esa energía. Que visto quince años después fue seguir tocando tangos, no es que cambió mucho, pero en esa época, con los aires de la juventud, nos gustó que nos dijeran que era tango de ruptura. El disco tiene esa cosa más juvenil y contestataria si se quiere, más rebelde.
Ese debut surgió entre un renovado interés por el tango en ese país, agrega el músico. “En la historia de este nuevo momento del tango fue uno de los primeros discos, si no el primero, con un repertorio entero de música nueva. Y esto era ya romper con esa lógica de que hubiera una conexión directa con el pasado. Que la hay, obviamente; yo sigo siendo fanático de (Osvaldo) Pugliese, (Aníbal) Troilo, (Astor) Piazzolla, (Alfredo) Gobbi, (Horacio) Salgán. Pero también está el hecho de presentar una música nueva contando lo que le pasa a la ciudad en esta época”.
Un aeropuerto en Eslovaquia
Una de las actuaciones mundiales de Astillero, en el festival Womex en Sevilla (2008), fue previa al segundo disco, “Sin descanso en Bratislava” (2009), con título timbrado en la capital eslovaca.
– Lo grabamos en Buenos Aires pero en medio de un caos. Pasábamos horas en aeropuertos –recuerda Julián Peralta–. Y lo más gracioso es que el aeropuerto de Bratislava era como nuestra casa porque íbamos tanto al Este (de Europa). El disco tiene un subtitulo que es “Glosas fuera de tiempo”, o sea era una realidad en la que no sabíamos dónde estábamos parados. Cuando tienes esa cantidad de viajes estás como perdido. Pinchás una rueda en las afueras de Bucarest. Firmás autógrafos en Sofía. Todo es una locura. Era un momento muy delirante, así que ese disco es eso.
También un nombre de capital en el título tiene el tercer disco, “Soundtrack Buenos Aires” (2013), que no es en todo caso una banda de sonido literal.
– Es una metáfora en todo sentido –comenta el compositor–, porque inclusive el título está mal escrito (“en realidad sería ‘Buenos Aires soundtrack’ si estuviera en inglés”, explica). Esas cosas del lenguaje me encantan, cuando les subvertimos un poco el idioma, son como pequeñas revanchas que uno se toma. Y el disco tiene esa idea del sonido de Buenos Aires con esas contradicciones, la contradicción de no ver una posibilidad de progreso que tal vez sí había en los (años) cuarenta. Creo que la ciudad está un poco más ácida por eso, porque no hay una idea de que “ah, en un futuro vamos a estar mejor”. Esa energía, planteada con el lirismo de una orquesta de cuerdas, da ese pensamiento de banda de sonido de la ciudad.
El abuelo afro del tango (y de la murga)
Desde el nombre es significativo a su vez el cuarto disco de Astillero: “Quilombo” (2017).
– El quilombo era el refugio donde resistían los negros –define Julián Peralta–, y después esa palabra adquirió un sentido despectivo. El quilombo es lo confuso, lo raro, y así también se empezó a decir a los prostíbulos. Pero, más allá de esa connotación negativa, es un lugar de resistencia de la cultura afro. Y lo afro es el abuelo del tango, ¿no? El folclore es el padre del tango, y después entre la ciudad y la inmigración europea se armó una mélange hermosa que da nuestro fantástico género.
“Esa mezcla trajo un género musical desde el principio del siglo pasado, igual que el tango, que es la murga porteña. Y que también es muy despreciada”, continúa el músico, previo a ilustrar la diferencia entre murga uruguaya y argentina:
– Tiene una explicación social muy fuerte. La murga uruguaya es más prestigiada y famosa porque la abraza la pequeña burguesía, gente que puede estudiar canto, afinar y escribir letras arreglos corales impresionantes. Pero la murga porteña siempre fue abrazada por la marginalidad, por la pobreza. Es gente que viene a tocar la percusión después de laburar catorce horas arriba de un camión o lo que sea. Y gracias a artistas que llevaron la murga porteña al escenario dijimos “Che, pero somos unos boludos de no avivarnos de que esto está genial”. Y todo ese disco “Quilombo” es un homenaje a la murga porteña.
Primer puntapié: la conexión chilena
El EP “Arcadia” (2020), con colaboración del cantor Chino Laborde y del letrista Juan Seren, es el más reciente disco publicado por Astillero. “A propósito de lo que hablamos, de un futuro que sabemos que es una ilusión, igual seguimos remando con esa idea idílica de Arcadia”, explica Peralta. “La primer canción del disco habla de los puesteros laburando en una feria popular, y todas las canciones son historias de perdedores, te voy a decir, si tuviéramos que intentar unificarlas. De hecho está la historia de un cantor de tango, que también es un perdedor, que siente que va a ser inmortal y al final no. Al final no vienen ni los amigos a verte”.
Astillero llegará a Chile con su alineación entre Julián Peralta (piano), Mariano González Calo y Diego Maniowicz (bandoneones), Alex Musatov (violín), Luciano “Chiquito” Falcón (violonchelo, quien viene en el lugar de la chelista titular Jacqueline Oroc) y Federico Maiocchi (contrabajo). Y en más de un sentido va a ser un diálogo en términos de tango con la comunidad local, porque en la apertura de la actuación dominical actuará el bandoneonista chileno Rodolfo Jorquera, afincado en Valparaíso desde 2004, e invitada en vivo de Astillero en el tango “Pedernera” será Rocío Acosta, violinista del también chileno Quinteto del Revés, formado en 2011.
“El día anterior (al concierto) hacemos un encuentro con tangueros de Chile”, anuncia Julián Peralta agenda en mano. “Vamos a hablar de música, seguramente de cuestiones técnicas, y para mí es el puntapié de que más adelante podamos hacer cruces con los colegas. Conozco la movida de Chile, sé que están el Quinteto del Revés, el quinteto Alevare, la orquesta típica La Popular, son gente muy activa, de laburar con mucho amor y mucha excelencia”.
Actividades
- Encuentro con Astillero
- Sábado 27 de mayo, 15.30, auditorio Manuel Larraín del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, Almirante Barroso 10, Metro Los Héroes. Entrada libre.
- Concierto de Astillero
- Domingo 28 de mayo, 19.00, Teatro Nescafé de las Artes, Manuel Montt 020, Metro Manuel Montt. $15.000 a $32.000, boletos en https://www.teatro-nescafe-delasartes.cl/astillero/