Gael Yeomans: “Es erróneo hablar de una revisión crítica del programa de gobierno”
La diputada de Convergencia Social, Gael Yeomans Araya (34), considera que es “insólito” que, en pleno siglo XXI, recién una mujer llegue a presidir la Comisión de Hacienda de la Cámara. Pero así lo hizo, cuando esta semana asumió el cargo.
En conversación con El Desconcierto, la parlamentaria y abogada repasa los próximos desafíos que pasarán por ese lugar, como el proyecto 40 horas o el Royalty Minero, que llegarán a la Cámara de Diputados una vez que terminen su trámite en el Senado. También la reforma de pensiones, que actualmente está discutiéndose en la Comisión de Trabajo.
Pero hay un dolor que en el oficialismo no pueden esconder, cuando la semana pasada se rechazó la reforma tributaria por apenas dos votos. “Para nosotros, que se supone queremos representar las ideas de cambio, de progresividad y de avance a un Estado de Bienestar, este punto de reforma tributaria era fundamental. Espero que con el tiempo esto pueda solucionarse, pero va a ser difícil”, lamenta.
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- ¿Qué implica ser la primera mujer en presidir la Comisión de Hacienda?
Diría que deja muchos desafíos por delante para seguir avanzando en profundizar la participación política de las mujeres, porque también resulta insólito que, en pleno siglo XXI, esto sea un hecho histórico. También tiene que ver con las temáticas que ve la Comisión de Hacienda, que han sido vetadas para muchas mujeres, y que incluso cuesta que ellas participen de esta Comisión, porque sus bancadas no las priorizan y presentan más bien a parlamentarios como representantes de sus bancadas.
Es una comisión que decide temas relevantes. Por ejemplo, le da prioridad, en términos de recursos económicos, a los programas de la Ley de Presupuesto, en donde se ven iniciativas ligadas a los derechos de las mujeres.
Por lo mismo, creo que también, más allá de ser un hecho histórico, debería llamarnos la atención la necesidad de contar con más parlamentarias en el Congreso. Ser 55 (mujeres) de 155 diputados y diputadas no es suficiente. Somos el 51% de la sociedad y eso se tiene que ver reflejado en cada una de las instancias de participación política.
- ¿Cuál será su estrategia dentro de la Comisión y cuáles serán las prioridades?
Para mí es muy relevante tener perspectiva de género en las temáticas que ve la Comisión de Hacienda. Eso va desde la Ley de Presupuesto hasta materias tributarias, o lo que se hizo con la reforma de pensiones, en donde la ministra de la Mujer tuvo un rol relevante en incorporar que se termine con la brecha entre hombres y mujeres, y así poder hacerse cargo de la deuda histórica que tiene el Estado con mujeres que han dedicado su vida y gran parte de los años laborales al cuidado de las personas en la familia y en el trabajo doméstico.
Más allá de eso, también sabemos que tenemos una deuda como Comisión de Hacienda respecto al pacto tributario.
Ese va a ser un desafío que quiero asumir desde la presidencia de la Comisión, generando una mesa de trabajo que incorpore a los distintos parlamentarios y bancadas que son parte del Congreso, y no solo a aquellas que están representadas en la Comisión. Que amplíe el diálogo a otros actores por fuera, el mundo social y el mundo académico, que nos permita construir un pacto tributario que parta de la justicia distributiva, y hacerse cargo que Chile es un país tremendamente desigual y esa desigualdad sí debe ser un objetivo a revertir por parte del Estado.
- Entre los proyectos que se encuentren pendientes para la Comisión, ¿Cuáles consideras que deberían ponerse en tabla o priorizar?
Hacienda la verdad es que ve una diversidad de proyectos. Como vemos todo lo que significa gasto presupuestario, tenemos una gran variedad de temas. Creo que lo importante es que nos hagamos cargo de la deuda que tenemos: poder contar con los recursos económicos suficientes para hacerse cargo de las necesidades y de los derechos sociales, que a muchos de ellos les queda mucho por avanzar en Chile.
Por otro lado, sabemos que los parlamentarios no tenemos las atribuciones de presentar proyectos que generen gasto presupuestario, pero sí podemos contribuir con ideas. Una de ellas es el impuesto de utilidades de los bancos, que se aplicó en otros países como en Francia, en Hungría, en Bélgica, y que también puede ser una alternativa.
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Remanentes tras el rechazo a la reforma tributaria
- La semana pasada se rechazó la idea de legislar la reforma tributaria en el Congreso, ¿A qué factores atribuyes este resultado?
En primer lugar, los parlamentarios de la coalición de derecha decidieron darle un portazo a generar los mecanismos de financiamiento para aumentar la PGU, para hacerse cargo de las listas de espera, y así también otras necesidades que ellos mismos han planteado que son importantes de avanzar. Ahí hay una contradicción que se demuestra y que no solo se traduce en un portazo, sino que también en irresponsabilidad fiscal. Parlamentarios de Chile Vamos, que durante la discusión de la Ley de Presupuesto pasada presentaron la indicación de aumentar la PGU, con esta votación están negando el financiamiento para que eso sea posible, por lo tanto es puro populismo.
Chile Vamos, además, ha hecho una posición ideológica, una defensa acérrima cerrada de cualquier lógica distinta que nos permita recaudar más por parte de quienes tienen más. Que el 1% más rico pague lo que evade es un principio que me parece que no debería ser cuestionado por una posición ideológica.
Lamentablemente, viendo las cuñas que dio el senador Macaya, me he dado cuenta que, al parecer, los parlamentarios de la UDI sí sostienen esa defensa como una postura política obtusa, y creo que eso le hace daño al país. Me parece que hay que tener más disposición al acuerdo, Chile Vamos no la tuvo. Yo espero que eso cambie.
- Pero hubo también personas de su sector que no se presentaron a votar.
Hay parlamentarias que uno podría decir que a priori contábamos con su voto, como fueron las tres que no estuvieron para la votación en general del proyecto, a pesar de decir que estaban de acuerdo con la idea.
Ahí creo que cada una es responsable por su voto. Ellas han explicado qué es lo que sucedió, y yo creo que fue un error grave el que cometieron, porque finalmente a quienes perjudicaron no fue al ministro, no fue al Gobierno, sino que fue a las mismas personas a las que representan.
Las opciones que tiene el gobierno son ingresar una reforma con dos tercios de acuerdo en el Senado, o esperar un año. Cualquiera de las dos, lo más lamentable es que van en abierto retroceso de los avances que necesita tener el país, si es que el acuerdo de dos tercios no se logra, que como vimos de la posición que tiene la UDI, al parecer eso es lo que va a pasar.
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-¿Entonces te abres a la posibilidad de un acuerdo amplio con Chile Vamos?
Lo que pasa es que en el Senado no tenemos la mayoría, y en la Cámara nuestras mayorías no son tales. Creo que se ha generado una expectativa de mayoría que no es. Es importante dilucidar; las coaliciones de gobierno no tienen mayorías y por lo tanto tenemos que construir acuerdos a como dé lugar. No tenemos opción si es que queremos que las reformas salgan, pero ahí creo que la clave es que un acuerdo no sea solamente con quienes tienen cargos de representación en el Congreso, sino que escuche a quienes saben. No es casual que en el FMI y en la OCDE haya planteado que es necesario tener una reforma tributaria, y a pesar de ello parlamentarios de Chile Vamos votaron en contra.
Creo que debe haber un llamado de atención y a la reflexión de no tratar de frenar los avances en el país. Tenemos un desafío que también, incluso pensando en el desarrollo económico que necesita el país para el bienestar de la población, es importante que se logre concordancia al menos en ese punto. Para ello es importante estar abiertos y serán bienvenidos quienes decididamente estén por generar y construir el acuerdo en base a esos principios: más justicia distributiva y proporcionalidad en un sistema tributario. Eso es lo que se busca, y yo esperaría que tuvieran esa disposición política y no la mirada obtusa que han tenido hasta ahora.
-¿Cuánto crees que se puede ceder en la reforma tributaria desde el gobierno?
Hay que partir de la base que uno puede tener disposición al diálogo y a la conversación. Es más, en la mesa técnica que se armó en la Comisión de Hacienda se incorporaron 90 indicaciones que fueron ideas que se plantearon por parte de las Pymes, del gran empresariado, y también de Chile Vamos. Dentro de ellas, había algunas que mejoraban abiertamente la reforma, como aquellas dirigidas a proteger a las Pymes y su mecanismo de imposición.
Pero también hubo un punto político que se estableció por parte de los partidos de Chile Vamos que más bien tenía relación con disminuir la proporcionalidad: que el 1% más rico no pague más impuestos, sino que todos y sobre todo las mayorías tengan que pagar más. Mayorías que están sobreendeudadas, que viven del día a día, de su trabajo, y que por lo tanto no tienen de dónde más sacar.
Creo que también es importante tener conciencia de ello. Cuando se dice que busquemos del pago del IVA, de la evasión del IVA, está bien. Siempre trataremos de buscar todos los mecanismos para que los impuestos que se deben, se paguen, y que se pague lo que corresponda. De eso se trata la ciudadanía, de contribuir. Pero también, si uno ve el impuesto a la renta y el informe de Michel Jorrat del 2017, el 1% más rico da el 60% del total de impuesto a la renta que termina en evasión, que son más de 1.300 millones de dólares anuales. Con eso podríamos costear derechos sociales y aumentar, por ejemplo, lo que se quiere recaudar para el aumento de la PGU, que es un punto del PIB.
Creo que el llamado a la conciencia es clave y ahí la ciudadanía tiene un rol de presión, de relación con sus autoridades, y ese llamado debe ser permanente. Eso también es parte del rol que nos juega a nosotros como actores políticos.
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La "revisión" del programa de gobierno
- ¿Cuál es tu evaluación del último cambio de gabinete y el cambio en la relación de fuerzas dentro del gobierno?
Lo primero es que hubo una solicitud que plantearon distintos partidos políticos de tener mayor representación dentro de la unidad de Gobierno, pero lo más importante de la decisión de quién va a ser parte de los equipos de Gobierno es que acompañen en las labores del Ejecutivo al Presidente de la República, y por eso tiene él la principal responsabilidad de esa decisión; que quienes nombre finalmente respondan a hacer un buen trabajo.
A mí no me cabe duda que ese es el principal criterio a tener en consideración. Muy legítimas serán las solicitudes que puedan hacer los distintos partidos, pero a mi juicio. aquí ningún partido político de la coalición está en condiciones de reclamar o de cuestionar su participación en el Gobierno, porque tiene más o menos ministros o subsecretarios.
Creo que la participación dentro de un Gobierno implica incidencia política, implica que se está implementando un programa de gobierno con el que uno concuerda en las ideas. Más allá de lo legítimo que sea, creo que es importante que estemos en concordancia de que es importante respaldar las tareas de gobierno, sobre todo ahora frente a un segundo año que está empezando y que tiene muchos desafíos, que tiene buena perspectiva por el trabajo que han hecho las autoridades, pero que necesita como base clave la unión que se requiere ir construyendo a futuro.
- ¿Qué piensas de las palabras de la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, respecto a que sea necesaria una revisión crítica del programa de Gobierno?
Creo que es erróneo hablar de una revisión crítica cuando me parece que lo que uno puede conversar es la planificación, los tiempos, qué va primero, qué va después, las prioridades. Tener una planificación siempre es discutible y conversable, pero no un cambio en la hoja de ruta trazada como compromiso hacia la ciudadanía. Ese es el programa de Gobierno.
Por lo mismo creo que no es bueno plantear ese tipo de aseveraciones, porque generan una visión negativa respecto a lo que se pretende hacer cuando, me imagino, nadie está poniendo en duda el carácter de la gobernanza que se requiere tener para poder lograr un Estado de Bienestar. Ese es el propósito que tiene el Gobierno cuando dice que quiere avanzar en derechos sociales, y además estamos comparativamente pensando en sistemas que se aplican en otros países en donde el Estado tiene un rol de garantías frente a determinados derechos que son importantes para la ciudadanía.
Es un piso base cuando hablamos de pensiones, de salud, de educación, en donde uno no puede simplemente rascarse con sus propias uñas, ver si logró juntar los recursos económicos o endeudarse para poder pagarlos, porque también no todos tienen las mismas condiciones para poder desarrollar esa dinámica.
Es importante fortalecer lo público en esa área, entendiéndolo como lo que es de todos y todas, y eso sucede en otros países y se puede aplicar en el nuestro. Ese es el objetivo principal del programa y de nuestro gobierno.