Las emisiones de CO2 por incendios forestales complican las metas climáticas de Chile
Además de los efectos inmediatos de pérdidas de vidas, ecosistemas e infraestructura que dejan los incendios forestales, otra consecuencia es la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, que aceleran el cambio climático.
La última vez que se vivió en Chile una temporada de incendios cuya magnitud se compara a la actual, fue en el año 2017. Los incendios de ese verano emitieron a la atmósfera 100 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que equivale a casi todo el CO2 emitido durante el año anterior, 2016.
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Aunque la temporada de incendios actual sigue en marcha y el total de emisiones resultantes se sabrá más adelante, es claro que se trata de un evento de emisión masiva de GEI, que podría influir considerablemente en las metas de emisiones comprometidas por Chile en el marco del Acuerdo de París.
Chile actualizó sus metas de Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) en el 2020 estableciendo una proyección en que, en el 2030, se compromete a limitar las emisiones netas a 95 millones de toneladas de CO2 anuales. Si se comparan las cifras, sólo las emisiones de CO2 de la temporada de incendios del 2017 ya superan esa cantidad anual proyectada.
Aunque el total anual de emisiones proyectado es un valor neto que también toma en cuenta la captura de emisiones, la comparación permite dimensionar el impacto contaminante de los megaincendios.