Biomasa ¿fuente de energía renovable?
El pasado 15 de diciembre Australia, la decimotercera economía más grande del mundo, dio un paso importante en su objetivo por alcanzar la carobono neutralidad cuando revisó una regulación clave del sector energía, rechazando la clasificación de energía renovable de la madera extraída de bosques nativos y quemada para producir energía.
El impacto de este cambio regulatorio es significativo por el revés que puede representar para la industria de la biomasa a nivel mundial, en un momento en que la producción de pellets está aumentando en varias partes del planeta con el fin de satisfacer la creciente demanda de la UE, el Reino Unido y Asia.
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“Los cambios [en Australia] significan que la biomasa de los bosques nativos ya no se considera una 'fuente de energía renovable elegible' para los efectos del objetivo de energía renovable [de la nación], y la electricidad que genera no se puede utilizar para crear certificados negociables de de generación a gran escala [para reemplazar el carbón]”, dijo Chris Bowen, ministro de cambio climático y energía de Australia, en un comunicado. “Hemos escuchado a la comunidad y actuamos para abordar sus preocupaciones”.
Parte del cambio de política es impulsado por el nuevo gobierno del primer ministro Anthony Albanese, que tiene la intención de alcanzar rápidamente su objetivo de reducción de emisiones de carbono del 43 % para 2030, cumpliendo su compromiso del Acuerdo de París.
La decisión del gobierno australiano se fundamenta en diversos estudios que señalan que se requieren muchas décadas para que la biomasa leñosa califique como una fuente de energía renovable y realmente ayude a una nación a lograr sus objetivos de emisiones netas de carbono cero; esto debido a que se necesitan décadas para que el carbono liberado a la atmósfera por los árboles quemados sea reabsorbido por árboles de reemplazo recién plantados y de crecimiento lento.