El camino a seguir tras la COP15 sobre biodiversidad
Los delegados asistentes a la COP15 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad han aprobado un acuerdo para detener e invertir la pérdida de biodiversidad de aquí a 2030, con la esperanza de encarrilar la recuperación de la naturaleza en beneficio de todos los habitantes del planeta.
El Marco Mundial para la Biodiversidad Kunming-Montreal se acordó tras dos semanas de tensas negociaciones en Montreal.
Su importancia ha sido comparada por muchos con el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático, y se produce mientras la biodiversidad disminuye al ritmo más rápido desde la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Los científicos estimaron en 2019 que un millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción, siendo los cambios en el uso de la tierra y el mar, el cambio climático y la contaminación algunos de los principales factores.
El presidente de la COP15, Huang Runqiu, ministro chino de Medioambiente, declaró adoptado el marco en una sesión plenaria celebrada a última hora de la noche del 19 de diciembre. A pesar de estar organizada en Canadá, China ocupaba la presidencia, ya que la conferencia se había programado para celebrarse allí en 2020. Sin embargo, tras los retrasos debidos a Covid-19, la sesión final se trasladó finalmente a Montreal.
En un giro de última hora, la República Democrática del Congo se negó a aceptar el marco, diciendo al plenario que no podía apoyarlo porque no garantizaba financiación suficiente. Sin embargo, momentos después, Huang Runqiu dijo que el marco estaba terminado y acordado, lo que fue aplaudido por la mayoría de los delegados.
"Es un paso histórico en la conservación de la naturaleza", declaró Peng Kui, del Global Environment Institute (GEI), una organización china sin ánimo de lucro. "Estos objetivos clave alcanzaron un sutil equilibrio y crearon las condiciones para la aprobación del marco". Añadió que podrían ponerse en marcha de inmediato.
Steven Guilbeault, Ministro de Medioambiente y Cambio Climático de Canadá, declaró que, aunque la mayoría de los países querían más cosas en el texto, consiguieron crear un paquete "ambicioso".
"Tenemos un acuerdo para detener y revertir la pérdida de biodiversidad, trabajar en la restauración y reducir el uso de pesticidas. Es un progreso tremendo", añadió.
El objetivo 30 por 30
En conjunto, el marco mundial de biodiversidad incluye 23 objetivos medioambientales que deben cumplirse antes de 2030 y cuatro objetivos menos específicos que deben alcanzarse antes de 2050. El objetivo más importante -conocido como 30×30- es proteger el 30% de la tierra y los océanos. En la actualidad, alrededor del 17% de la tierra y el 8% de los océanos del planeta están protegidos, lo que significa que actividades como la agricultura y la pesca están restringidas. El acuerdo no es jurídicamente vinculante.
Este objetivo había sido impulsado por dos grupos principales mucho antes de la COP15. La Coalición de Alta Ambición (HAC, por sus siglas en inglés), lanzada en 2021 y que cuenta ahora con 116 signatarios, ha intentado preservar tanto el 30% de la tierra como del océano, mientras que la Alianza Mundial de los Océanos (GOA, por sus siglas en inglés), liderada por el Reino Unido y que cuenta con 73 miembros y más de 130 naciones de apoyo, se ha centrado en el objetivo del 30% del océano.
El gorrión de Java, en peligro de extinción (Imagen: Komkrit Tonusin / Alamy)
Franz Tattenbach Capra, Ministro de Medioambiente de Costa Rica, declaró: "Hemos protegido nuestra tierra, hemos cultivado nuestros bosques y seguimos siendo un país productivo. No hemos sacrificado la naturaleza por nuestra productividad en agricultura, ya que utilizamos nuevas técnicas y métodos de agricultura respetuosos con el medioambiente. Se puede hacer sin sacrificar la naturaleza".
El objetivo del marco especifica la conservación de al menos el 30% de las zonas costeras y marinas, junto con el 30% de la tierra. Los países que tienen grandes ambiciones de protección de los océanos exigieron que se cambiara el borrador anterior, que sólo se comprometía a proteger el 30% de la tierra y el océano juntos.
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Steve Widdicombe, director científico del laboratorio marino de Plymouth en el Reino Unido), se mostró encantado de que el objetivo haya reflejado las distintas necesidades del océano y la tierra, y de que ambos "necesiten ser protegidos por igual".
La inclusión de la acidificación de los océanos como factor de pérdida de biodiversidad en el marco también se considera una victoria para la comunidad oceánica, que ha empezado a promover sinergias entre la salud de los océanos y la biodiversidad. El texto reclama medidas para aumentar la resiliencia de los océanos, incluidas la mitigación del cambio climático, la adaptación y la reducción del riesgo de catástrofes.
Los países también acordaron identificar para 2025 y "eliminar, suprimir gradualmente o reformar" las subvenciones perjudiciales para la biodiversidad, así como "reducirlas sustancial y progresivamente" en al menos 500.000 millones de dólares anuales para 2030. Cada año, el mundo gasta al menos 1,8 billones de dólares en subvenciones perjudiciales, según un informe de Business for Nature.
Comunidades indígenas y derechos humanos
Los grupos indígenas elogiaron el marco global de biodiversidad, especialmente la meta 30×30, por reconocer los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales en un lenguaje contundente y a una escala sin precedentes para un plan de conservación. Defiende el derecho al uso sostenible de la naturaleza cuando ese uso "sea plenamente coherente con los resultados de conservación".
Jennifer Corpuz, representante del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad, declaró: "Es histórico. Es un momento para celebrar".
Jennifer Corpuz, del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad (Regina Lam / China Dialogue)
Miembro del pueblo Kankanaey-Igorot del norte de Filipinas, Corpuz afirmó que el reconocimiento de los derechos indígenas en el marco del objetivo 30×30 ha abordado "la experiencia que tienen los pueblos indígenas en relación con la conservación forestal". Les ofrece "base suficiente" para trabajar con el gobierno e influir en las políticas nacionales, añadió.
Algunos modelos de conservación, incluida la "conservación en fortalezas", tienen un historial de denegación de los derechos de los pueblos indígenas a practicar sus modos de vida tradicionales -como la caza, la pesca y la recolección de hierbas para la medicina- y de desplazamiento de sus tierras ancestrales.
Durante los últimos cuatro años de negociaciones sobre el marco, los representantes de las comunidades indígenas han hecho una fuerte campaña a favor de un enfoque basado en los derechos, lo que significa garantizar que la conservación no entre en conflicto con los derechos humanos, sino que mejore su implementación.
Los grupos indígenas tuvieron una gran presencia en los actos paralelos y paneles de la conferencia. Dallas Smith, presidente del Consejo de Nanwakolas, que agrupa a seis comunidades de las Primeras Naciones de la provincia de Columbia Británica, afirmó haber sido testigo de una mejora significativa de la representación indígena desde que intervino por primera vez en la evaluación de los ecosistemas del milenio de la ONU en 2005.
Género y salud en la COP15
El acuerdo incluye varias menciones al papel de las mujeres en la protección de la biodiversidad. El éxito de su aplicación dependerá de que se garantice la igualdad de género y se empodere a las mujeres y las niñas, dice el texto. También pide una representación y participación sensibles al género en las decisiones que se tomen a raíz del acuerdo.
"Es un importante paso adelante hacia una conservación de la biodiversidad basada en los derechos, justa desde el punto de vista del género y equitativa desde el punto de vista social", se lee en un comunicado de la Coalición Mundial por los Bosques.
Las mujeres de diversas partes del sur global dependen de la biodiversidad para su subsistencia y para contribuir al bienestar general de sus familias y comunidades en general. En África, las mujeres rurales son las principales productoras de alimentos y cuidadoras, y representan el 70% de la mano de obra agrícola del continente, según un informe de Oxfam.
También hay varias referencias en el texto a las interrelaciones entre biodiversidad y salud. El acuerdo deberá aplicarse teniendo en cuenta el enfoque "Una sola salud" de la Organización Mundial de la Salud, que pretende equilibrar y optimizar de forma sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas.
Al mismo tiempo, los países tendrán que garantizar que el uso, la recolección y el comercio de especies silvestres sea sostenible, seguro y legal, evitando la sobreexplotación y reduciendo el riesgo de propagación de patógenos, una de las posibles razones de la pandemia de Covid-19.
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Financiación de la conservación de la biodiversidad
El acuerdo insta a recaudar 200.000 millones de dólares para 2030 destinados a la biodiversidad, procedentes de una amplia gama de fuentes. Asimismo, pide que se aumente al menos a 20.000 millones de dólares anuales de aquí a 2025 el dinero destinado a los países en vías de desarrollo, cifra que debería aumentar a 30.000 millones de dólares de aquí a 2030.
Durante la COP15, algunos países también se comprometieron a aumentar sus niveles de financiación, entre ellos Francia, que duplicará su financiación internacional para la biodiversidad, alcanzando más de 1.000 millones de dólares anuales en 2025, y Canadá, que se compromete a aportar 350 millones de dólares canadienses (257 millones de dólares estadounidenses).
Una reciente evaluación del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente estimó que las inversiones para proteger y gestionar mejor la naturaleza deben duplicarse con respecto a los niveles actuales, alcanzando los 384.000 millones de dólares anuales en 2025. Los primeros borradores del marco abogaban por cerrar una brecha de financiación de 700.000 millones de dólares anuales para 2030.
Los países africanos querían crear un nuevo fondo para la biodiversidad, pero finalmente acordaron crearlo en el marco del ya existente Fondo para el Medioambiente Mundial (FMAM) de la ONU. Esta es la mejor manera de conseguir algo "inmediato y eficaz", afirmó Christophe Béchu, ministro francés de Transición Ecológica, alegando que un nuevo fondo retrasaría la asignación de los fondos.
El sur global posee la mayor parte de la biodiversidad del planeta, pero carece de los recursos financieros para restaurar los ecosistemas, reformar las prácticas agrícolas, pesqueras y forestales, y conservar las especies amenazadas. Según un informe de WWF, América Latina ha sufrido el mayor declive regional en cuanto a abundancia en promedio de población silvestre, con una pérdida del 94% entre 1970 y 2018.
El acuerdo también pide la "transformación fundamental" del sistema financiero mundial y la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo y las instituciones financieras internacionales, como ya hizo el acuerdo sobre el clima de la COP27. Pero no se menciona el canje de deuda por naturaleza, a pesar de las peticiones de algunos países como Colombia.
"Sólo con el 10% de lo que pagamos de deuda al año podríamos cumplir nuestros objetivos climáticos y de biodiversidad", declaró Susana Muhamad, Ministra de Medioambiente de Colombia, en la sesión plenaria de la cumbre.
Lagunas en el texto
Aunque celebran en gran medida el acuerdo, algunos grupos ecologistas como la Wildlife Conservation Society (WCS) manifestaron su preocupación por el hecho de que el acuerdo aplace hasta 2050 el objetivo de evitar la extinción de especies, mantener la diversidad genética de las poblaciones y preservar la integridad de los ecosistemas.
"El marco mundial de biodiversidad es un compromiso y, aunque tiene varios elementos buenos y muy trabajados, podría haber ido más lejos para transformar de verdad nuestra relación con la naturaleza y detener nuestra destrucción de ecosistemas, hábitats y especies", declaró Susan Lieberman, vicepresidenta de política internacional de la WCS.
El saki cariblanco es autóctono de la selva amazónica. El tamaño de las poblaciones de fauna salvaje en América Latina y el Caribe se ha desplomado un 94% en promedio desde 1970. (Imagen: Jane Rix / Alamy)
Las ONG también querían un lenguaje más contundente en torno a las subvenciones y cuestionaron la falta de un objetivo numérico sobre la reducción del consumo y la producción humanos, motores clave de la pérdida de biodiversidad. Greenpeace se mostró especialmente crítica, alegando que la financiación acordada no es suficiente y que el objetivo 30×30 no prohíbe ciertas actividades perjudiciales en las zonas protegidas.
"En conjunto, la COP15 no ha conseguido la ambición, las herramientas ni la financiación necesarias para detener la extinción masiva", declaró An Lambrechts, jefe de la delegación de Greenpeace.
Avaaz afirmó que el 50% de la tierra y los océanos deberían haberse protegido en el marco si las partes quieren revertir, y no simplemente detener, la pérdida de biodiversidad. Sumando las zonas protegidas existentes y los territorios de los pueblos indígenas en los que se protege la biodiversidad, la proporción global actual superaría el 30%, según la ONG.
El acuerdo incluye el concepto de soluciones basadas en la naturaleza, muy utilizado en el mundo del clima pero considerado controvertido en el de la biodiversidad. Un grupo de expertos en finanzas verdes firmó un documento antes de la COP15 criticando el concepto por promover la compensación de biodiversidad, que podría crear problemas medioambientales y sociales.
El camino a seguir tras la COP15
Ninguno de los 20 objetivos de protección de la biodiversidad a escala mundial se alcanzó plenamente en el anterior acuerdo sobre biodiversidad, conocido como las metas de Aichi, según un informe de la ONU de 2020. Pero los negociadores afirman haber aprendido la lección, y el nuevo acuerdo incluye disposiciones para que los objetivos sean mensurables y se pueda hacer un seguimiento de los avances de los países.
"Mientras Leo Messi y sus compañeros de equipo cuelgan ahora los botines y celebran una victoria muy reñida, a la comunidad mundial de la biodiversidad le espera una fase de duro trabajo: integrar la arquitectura del marco en las políticas nacionales", declaró Andrew Deutz, director de política mundial de The Nature Conservancy.
El nuevo acuerdo no es jurídicamente vinculante, pero los gobiernos tendrán que demostrar sus avances en el cumplimiento de los objetivos a través de planes nacionales de biodiversidad. Estos planes son similares a los planes climáticos nacionales, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), que los países ya utilizan para demostrar sus avances hacia el cumplimiento del Acuerdo de París.
"El marco es equilibrado y sólido: tiene un objetivo claro de movilización de fondos públicos y este objetivo es fruto del duro trabajo de muchos países", declaró Li Shuo, responsable de campañas sobre clima y energía de Greenpeace China.
Y añadió: "Todos los objetivos destacados, como el 30×30, el control de los pesticidas y la contaminación, y la necesidad de revertir la tendencia a la extinción se han abordado adecuadamente".
Bert Wanders, Director General de Avaaz, afirmó que las promesas realizadas en la COP15 de destinar fondos a la biodiversidad, proteger un tercio del planeta y preservar los derechos de los pueblos indígenas suponen un importante paso adelante en la protección de la vida en la Tierra.
"Pero por sí solo no será suficiente. Los gobiernos deben escuchar lo que dice la ciencia y aumentar rápidamente su ambición de proteger la mitad de la Tierra para 2030", añadió.