Berríos renuncia a jesuitas tras investigación de denuncias sexuales y acusa “maltrato”
Felipe Berríos, quien enfrenta una investigación canónica, tras ser acusado de hechos de connotación sexual, envió una carta a sus “compañeros jesuitas”, donde argumenta su radical decisión de abandonar la Compañía de Jesús.
“Por una parte, he sido denunciado de hechos que no he cometido; por otra, se han atribuido a gestos y palabras mías connotaciones que nunca tuvieron”, dice el sacerdote actualmente suspendido de su actividad como tal, insistiendo en su inocencia.
Y agrega que, “una cosa es que mi forma de ser sacerdote, horizontal y directa, pueda haber incomodado o ser considerada inadecuada por alguien, pero no comprendo por qué el gobierno de la provincia insinúa en sus declaraciones que se me ha investigado por hechos que podrían constituir delitos graves. Esta difícil situación no solo ha sido tremenda en sí misma, sino que, además, se suma el modo en que el gobierno de la provincia ha actuado en relación a mí”.
Adicionalmente, y apuntando a su autodenuncia en la justicia civil de hace unos meses, cataloga como “inaceptable” que un chileno “sea sometido a un proceso jurídico distinto al estado de derecho”.
Asumiendo estar muy afectado por lo sucedido, en la carta que publica este jueves The Clinic, dice sentirse “maltratado por el gobierno de la Compañía”.
“Sus ambiguas declaraciones a la prensa han sido condenatorias. Todo esto en un proceso mediático con filtraciones intencionadas que me han perjudicado. El Provincial ha tenido actitudes objetivas y comprobadas en que ha optado más por cuidar la imagen de la institución y su propia persona, que la búsqueda de la verdad y la justicia. Si por alguna razón, el Provincial ha sido incapaz de actuar como Provincial, tiene para ello un Socio y Consultores para corregirlo, quienes han brillado por su ausencia”, agrega.
Considerando esta postura de la congregación, dice que se le ha hecho “imposible vivir en la obediencia jesuita”, contexto en el que cuestiona que se le haya obligado a marginarse de su comunidad en La Chimba de Antofagasta.
[caption id="attachment_740812" align="alignnone" width="824"] Berríos insiste en su inocencia - Captura de video[/caption]
"No puedo irme a La Chimba haciéndome el leso"
“Se me pide una obediencia que violenta mi libertad de conciencia y atrofia mi vocación. Jamás debería haber existido este dilema en que para vivir mi vocación de jesuita, debo de renunciar a ser jesuita”, cuestiona.
Argumentando que no pide “un trato especial” ni mucho menos, Berríos explica que vivir aislado de su lugar de trabajo “no tiene justificación alguna”.
“Queriendo profundamente a la Compañía de Jesús, y estando agradecido por todo lo que ella me ha dado, y muy consciente de que gracias a ella he podido identificarme con el Señor y su evangelio, por lealtad a la misma Compañía, debo renunciar a ser jesuita. No puedo permanecer indefinidamente lejos de mi comunidad; no puedo ser jesuita y no obedecer; no puedo irme a La Chimba haciéndome el leso, porque eso sería traicionar mi conciencia, la misma que la Compañía me ayudó a formar”, dice luego.
Posteriormente, apelando a que en algún momento dijo que “moriría como jesuita”, asegura que se ve en una encrucijada que vulnera su vocación.
“Tal vez este sea el día más triste de mi vida, pero si no doy este paso, todos mis días en adelante se harían tristes y estoy hecho para en todo amar y servir”, dice luego confirmando su renuncia a la Compañía de Jesús.
“Por ahora volveré a La Chimba a compartir la vida de los excluidos, misión que la Compañía me había dado”, asegura antes de citar un fragmento de “El Quijote de La Mancha”.
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.